El inglés del diseño
Fugazmente en Buenos Aires para participar en Puro Diseño, Piers Roberts fue un huracán de charlas, consejos y conceptos. Una charla con un creador de movidas, vidrieras y maneras de vender.
› Por Sergio Kiernan
Por Sergio Kiernan
A Piers Roberts hay que escucharlo largamente y eventualmente pararlo y hacerle la pregunta del millón: ¿De qué vivís? El inglés altísimo sonríe y repregunta, “¿no se entiende lo que hago, no? Ni yo lo entiendo”. Vaya entonces una palabra de precaución sobre esta nota que navega entre dudas por la incapacidad completa de Roberts de encasillarse y ponerse una etiqueta.
Lo que queda en claro es que este fumador en cadena que no va a ninguna parte sin su sombrero –es un apasionado que recomienda sin vacilar sombrereros londinenses que todavía venden homburgs o sitios checos de internet para modelos avant garde– es una máquina de generar ideas y movidas que descubrió la receta para mover de su placidez a las grandes corporaciones. El hombre es original: en lugar del habitual paternalismo del europeo o norteamericano –vengo a enseñar recetas que no sé si ustedes tan pobres podrán aplicar– se le ocurre explicar su interés por la malaria argentina: está convencido de que en Gran Bretaña y el Primer Mundo nunca se va a solucionar la pobreza, que todo va a empeorar y que tal vez por aquí encontremos recetas que les servirán a ellos. Y no al revés.
Roberts inventó en 1998 el “Designers Block”, una feria de diseñadores que arrancó con 35 expositores y hoy es la sección lanzada del London Design, con cinco eventos anuales. El mismo año abrió con su socio Rory la tienda Same, en una cervecería cerrada. Fue el invitado estrella de la Puro Diseño argentina, en la que parece que habló con absolutamente todo el mundo, y dio una conferencia en el British Arts Center sobre la sustentabilidad del diseño, que es la manera oficial que tiene Roberts de decir “vivir del diseño”.
“Vine a Buenos Aires hace dos años, y es impresionante lo que maduró la actividad por aquí”, dice Roberts, vaso en mano en la tienda Campari de la feria de diseño. “Veo un extraordinario potencial y también las debilidades típicas, las mismas que veo en tantos países a los que voy y donde el diseño está creciendo. Por ejemplo, los diseñadores que sólo producen objetos para vender, que intentan producir todo a mano, que venden y comercializan de un modo poco profesional.”
“El tema central es vivir del diseño y para eso hay que tener una buena idea, lograr una producción material y conseguir llegar al mercado. El diseño gráfico puede hacerse en el dormitorio con una Mac y un mail, el diseño de objetos es más complejo, porque implica una producción. En mi país descubrimos el problema y cada vez más tratamos de crear sinergias donde uno diseña, otro produce, otro distribuye y llega al mercado. Hay nuevos modelos de empresa, que reúnen gente que sabe y gusta de hacer cada cosa, o empresas que diseñan, empresas que producen y empresas que marquetinean y distribuyen y hacen negocios juntos. Así se soluciona el típico problema del diseñador que es mal vendedor y no sabe tomar una herramienta, del vendedor que no sabe ni dibujar y el fabricante con mal gusto. Son nuevos empleos: el que sabe dibujar, el que sabe tejer.”
Roberts explica qué significa, en su caso, vivir del diseño. “Yo diseño condiciones para que los vendedores lleguen a los compradores y ámbitos donde los diseñadores se pueden cuestionar lo que hacen y mejorarlo. En las empresas nos dedicamos a buscar los errores en la lógica de producción y les vendemos una lógica mejor, además de intentar anarquizarlas un poquito, que siempre les hace bien. Y trabajamos asesorando al gobierno, que no pierde de vista que en los últimos años uno de cada cinco empleos nuevos en Londres tiene relación con el diseño y la creatividad.”
El hombre del sombrero cuenta con particular deleite que La Mano va a participar como invitada especial del Designers Block, con ayuda oficial británica, y casi con orgullo personal que Perfectos Dragones fue elegido entre los 900 postulantes para la exhibición, que ganó el premio Foundation 100 % Design y que su presentación está en la web como ejemplo para otros postulantes. Y el resto es vasos que van y vienen mientras Roberts se pierde en la fascinación de hablar del reciclado a la manera argentina, del fenómeno solidario, de la búsqueda de artesanías tradicionales, de la organización social de las favelas y de la necesidad de no aflojar los standards cuando se trata de mercados emergentes. “Aquí hay gente tan talentosa como en cualquier otra parte. No necesitan consideraciones especiales. Pueden llegar y van a llegar.”
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