En un año en el que en diseño, en lo que tiene que ver con muestras y eventos, pasó poco y nada, es para celebrar la reciente inauguración de la muestra DAC (Diseño Argentino Contemporáneo) en la sede de la Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat. Una exposición organizada por profesionales de larga data: curaduría del arquitecto Ricardo Blanco, producción ejecutiva de Andrés Castro y general de Andrés Gribnicow y Georgina Gil y diseño de montaje de Georgina Pizzabiocche, que además continúa hasta marzo y suma objetos a la tienda donde adquirir diseño.

¿El mérito más destacable? Básicamente el extenso y completo repaso. Doscientas piezas de cien diseñadores locales que, ubicadas en el segundo piso del museo en dos amplias salas interconectadas, incluye desde el clásico abanico de sillas y bancos, a bicicletas y productos para oficina y gastronomía. Así, dan el presente los más grandes, los intermedios y los más jóvenes. Están las damas. Y muchos de los rubros posibles, lo que resulta indispensable para que el público general, que es lo importante, comprenda que el diseño está en todas partes.

“Un país con una industria de muchas pequeñas empresas que tiene una óptima artesanía industrial ha sido el campo de acción del diseño en lo que va del siglo XXI. La objetística, el universo de los objetos pequeños y en general monomaterial, simples artefactos sin mecanismos, han sido en los últimos años, explica Blanco, el centro de la atención de los diseñadores argentinos.”

En ese escenario y universo, señala Blanco, donde a pesar de la poca salida laboral la disciplina del diseño se ha convertido en una profesión masiva, los objetos pequeños y de hogar ganan la parada. Y por ejemplo –aclara de un segmento bastante copioso– “han orientado a los diseñadores a considerar la mesa cotidiana como un paisaje y la pueblan de personajes, algunos cuasi individuos, otros pequeños animales y otras simples formas agradables”, remata.

De los pioneros participa el televisor Televa de Julio Colmenero, la icónica e internacional BKF del emblemático trío Bonet, Kurchan y Ferrari, los prensalibros Donna de Eduardo Naso y por supuesto varias piezas signé del propio Blanco desde su silla Cabeza de Vaca hasta la más reciente junto al talentoso diseñador industrial catamarqueño Cristian Mohaded, Twist lanzada en Malba promediando el año.

De la generación intermedia, el multipremiado banco Circus Stool de Alejandro Sarmiento, el BKF de cemento de la dupla Doberti-Rimoldi, la bellísima lámpara Domo 510 en vidrio de Topi Reta, el divisor Juncos de Lux del binomio Friedenbach-Arena y el sillón Lunar de Patricia Lascano, bendita entre tanto varón, por largo tiempo.

De las generaciones más jóvenes (los treinti y cuarenti), la muestra reúne las luminarias de los A3 –Beiras del Carril, Cabalin, Marinic–, la Hanoi de Fede Churba, la Volta de Martín Wolfson, la Rulo de Fede Varone y la Big Pixel de La Mano (Ariza-Benasso).

Del rubro mobiliario, la potencia del interior: el banco Ojo de los jujeños Usos –Tezanos Pinto y Gronda–, el perchero AG y banco Matero de Designo Patagonia de Rapoport-Sabattini de Bariloche, la silla Haiku del cordobés Ernesto Torriano y el banco Matero Foxi del marplatense Nicolás Fosatti.

Además de la vajilla gastronómica de Ají Diseño (Izbicki-Jeifetz), el mate Mateo de Cherny-Demarco y el Icono en cerámica de Nobrand, los vasos Mareado de Sanguinetti-Wolf, el lapicero Rodante de Diseñaveral (Cifuni-Laurencena), el portarrollo Yokito de Pla (Combina-Domínguez) y la bicicleta Lorette de Burta Nathan, entre otros.

Más noveles, pero todos protagonistas también como los anteriores de nuestras páginas, el banco Ovni de Grupo Bondi (Gomes Llambí y Lópex Prystaijko) y el reloj Nud de Alejandro Palandjoglou, entre otros.

* Olga Cossettini 141, muestradac.blogspot.com.ar