En 1996, la entonces investigadora técnica de la cátedra de Historia Urbana de la UBA, Olga Vitali, encontró un tesoro en Mataderos. Era una parte grande de la estructura metálica del pabellón que presentó a la naciente Argentina próspera en la Exposición Universal de París de 1889. El diseño del edificio era el último grito tecnológico, como se puede saber al pensar que los franceses festejaron ese centenario de su revolución con la maravilla de la Torre Eiffel, realizada con la misma técnica de estructura metálica remachada. El pabellón fue desarmado y traído al país y fue uno de los edificios de la muestra que festejó nuestro Centenario, en 1910. Instalado en lo que hoy es Plaza San Martín y entonces era más un campito que otra cosa, el edificio siguió ahí hasta los treinta como primera sede del Museo Nacional de Bellas Artes. Cuando se inauguró la actual construcción, creada por el gran Alejandro Bustillo, el edificio se desarmó, sus esculturas y ornamentos fueron desparramados por la ciudad toda y su estructura fue vendida. Ahí se perdió el rastro, hasta que Vitali lo encuentra techando un galpón fabril en el oeste porteño. Eventualmente, este peculiar objeto patrimonial fue catalogado como parte del patrimonio cultural de la Ciudad. Ahora está en venta en MercadoLibre, en un anuncio que destaca su historia y pide, por tanto, un millón y medio de pesos, muy por encima del valor normal de un techo de galpón. Es justo y está bien que un particular pueda vender un objeto patrimonial, ya que en este caso se entra en el parámetro general del mercado de las artes y las antigüedades. Pero resulta que un objeto así catalogado puede tran-sarse sólo bajo custodia del gobierno porteño, lo que no está en absoluto indicado en ninguna parte del aviso. El sentido común indica que quien pague de más por tener esta estructura histórica lo hará para destacar su historia y exhibirla, no para esconderla o usarla como un material de construcción común. Este caso, tan raro, marca un antecedente importante para el futuro. Habrá que ver qué termina ocurriendo y cómo se terminan portando las partes.