En este mundo de premoldeados y fiaca creativa que es la construcción argentina, cada tanto se encuentra gente que despierta esperanzas. Nada raramente, suelen ser personas que recibieron tradiciones fuertes, mandatos que no abandonan. Los Ctibor –se pronuncia como si la C fuera una S– están desde 1905 en Ringuelet, orillas de La Plata, fabricando ladrillos que se usaron en medio Casco Fundacional. Hace unos años, transformaron la vieja planta original en un Museo del Ladrillo y ahora anuncian otra patriada patrimonialista, la recuperación del Horno Hoffmann que quedó en el predio ahora histórico.

La Fundación Ctibor funciona en lo que hace 109 años era un andurrial y ahora es un animado cordón suburbano platense, y tiene su museo y sede en el viejo edificio de administración de la empresa. El edificio en sí es un lindo ejemplo de arquitectura de época y exhibe dos peculiaridades que lo enmarcan en algo especial. Lo primero que se ve es que parece instalado arriba de un talud, como una isla; lo que ocurrió en realidad es al revés, porque durante décadas se cavó a su alrededor para sacar arcilla y hacer ladrillos, hasta nivel del terreno para abajo. Lo segundo es que fue construido con ladrillos propios, de lo que hoy llamaríamos “segunda selección”. Eran los que estaban demasiado cerca del fuego y se ennegrecían. Malos no eran, porque el edificio sigue ahí todavía.

Parte del predio de Ctibor está alquilado hace muchos años a un hipermercado y el Horno Hoffmann está atrás. Lo que en su momento fue una verdadera transferencia tecnológica está en muy mal estado por falta de mantenimiento, como puede verse en las fotos, pese a varios proyectos comerciales que se barajaron. Recientemente, la Fundación Ctibor tuvo un encuentro con patrimonialistas platenses y la idea es comenzar los trabajos de preservación. Lo primero que harán, por lógica, es consolidar el edificio para que no corra peligro, cosa nada remota. Luego se piensa en generar ahí un espacio histórico para actividades culturales y artísticas.

En septiembre serán siete años desde que la Municipalidad platense honró el espacio de los Ctibor como Patrimonio de Interés Municipal Arquitectónico de la Ciudad de La Plata. Lejos de indignarse por posibles especulaciones inmobiliarias, como harían otros, Jorge Ctibor –nieto del fundador– y su familia llevan el tema con orgullo. Para comprobarlo, basta visitar el lugar, lo que puede combinarse en la página www.ceramicactibor.com.ar