Sábado, 6 de septiembre de 2014 | Hoy
El diseñador industrial Manuel Sáez regresó a su ciudad natal para hacerse cargo de la carrera de diseño y promover la disciplina en la región.
Por Luján Cambariere
Corría noviembre del 2010 y en este mismo suplemento titulábamos “De Tucumán a la Gran Manzana”. Ahora y gracias a este fenómeno reciente donde los ejes se corren o revierten, Manuel Sáez regresa a su ciudad natal. Lo hace conservando su oficina Manuel Sáez & Partners y clientes en Nueva York, pero incorporando el de-safío de dirigir la carrera de diseño de la Universidad San Pablo, de San Miguel de Tucumán, y generar proyectos que desde el norte de nuestro país lleguen al mundo.
Sáez pasó por la importante marca de muebles de oficina Humanscale, de donde le quedó una especialidad en ergonomía. También hizo bicicletas plegables y eléctricas como la CMYK, ganadora del ID Magazine Spark Award y del segundo premio en el People’s Award del Cooper Hewitt National Design Museum. Y también hizo diseño para marcas de consumo masivo. A nivel local, desarrolla productos para Interior Forma, Vaca Valiente y Garden Life. Además, creó la Fundación para el Liderazgo en el Diseño y en el Emprendedurismo para ayudar a la industria local a través del diseño.
¿Qué fue lo último en que estuviste trabajando en Estados Unidos?
–Uno de los últimos trabajos fue una silla de oficina económica para Staples (famosa tienda de artículos de oficinas), pero todavía estamos trabajando con diferentes clientes, principalmente con CB2 en la temporada 2016. En Nueva York seguimos manteniendo una oficina comercial donde está mi socio, Shane, quien maneja la parte operativa y comercial del negocio, y yo desde aquí contribuyo en lo creativo. Mi icono es la bicicleta plegable y eléctrica, que en la actualidad se encuentra en su tercera etapa evolutiva. Además, estoy a punto de largar un producto nuevo, una bicicleta de fibra de carbono, un material que es más fuerte que el acero pero más liviano. La idea es poder hacerla desde Tucumán.
¿Cómo se da tu regreso?
–Lo venía pensando hace tiempo y creo que era el momento. En lo personal, me gustaba la idea de que mi esposa, Tracy, y mis hijos, Sofía de tres y Mateo de dos años, sintieran la cultura argentina como propia. Mis costumbres. Y en lo profesional, creo que llegué a los objetivos planteados en su momento y era hora de tomar nuevos desafíos. Volví con la idea de hacer desde Argentina, y en especial desde Tucumán, cosas de relevancia mundial. Se que es bastante ambicioso y creo que podré porque estoy muy motivado a construir desde lo nuestro. Mis amigos me preguntaban por qué no me quedaba allá, sobre todo por lo económico, pero vi la oportunidad donde otros ven falencia y quiero que Tucumán muestre su lado positivo.
¿Con qué te encontraste en tu provincia? Pros y contras en general de la región y en particular de la universidad y enseñanza en diseño...
–Tucumán es un lugar muy especial. Geográficamente está muy bien ubicada en la región y cuenta con mucha actividad comercial. Además tiene cuatro universidades, lo que lo hace un lugar con gente muy capacitada. Creo que hay de-safíos desde el punto de vista del desarrollo industrial. Con el potencial disponible creo que Tucumán podría tener mucha más industria. Desde la Universidad de San Pablo, donde estoy como director del Centro de Diseño, Estrategia y Creatividad, la cual incluye el liderazgo en las carreras de diseño industrial, textil e indumentaria, estamos enfocados en el desarrollo de la industria local. Actualmente, por ejemplo, los alumnos guiados por los docentes estamos trabajando con dos empresas: Nivel, un fabricante de muebles con quien estamos desarrollando una línea de productos, y Apucay, un productor de telas en lana de llama con quienes estamos desarrollando una colección de indumentaria hecha con sus telas para vender bajo su propia marca. Si bien Tucumán tiene muchas limitaciones a nivel tecnología, hay un capital humano muy importante para el diseño. Sólo se necesita un plan de crecimiento para la promoción de la industria. Tucumán depende mucho del agro y poco de la industria. Eso se puede revertir.
¿Qué estás proponiendo desde tu gestión, qué tipo de formación?
–Es muy importante que los egresados tengan los conocimientos y las herramientas necesarias para triunfar en el mercado laboral. Para ello es necesario que tengan una fuerte base en los procesos y metodologías tradicionales de las actividades creativas, como la investigación, el dibujo a mano y la ejecución de prototipos, pero también es necesario entender las nuevas herramientas tecnológicas como los softwares y tencnologías de prototipeado rápido. En este aspecto hemos logrado un convenio con Autodesk, quien produce Autocad, Maya, Inventor, en el cual tenemos 125 licencias de todos sus softwares para que los alumnos puedan aprender y practicar. Por otro lado, creo que estar expuestos a lo que pasa en el país y el mundo abre la cabeza y promueve el desarrollo personal, por ello estamos participando en competencias de diseño. Recientemente tres de nuestros alumnos fueron seleccionados finalistas del concurso organizado por Masisa, un gran logro para Tucumán, que ganó 3 de 12 lugares disponibles.
¿Qué creés que podés aportar gracias a tu experiencia en el exterior?
–En Argentina veo la gran oportunidad en la industrialización de la mano del diseño. Donde veo que podría aportar más es en el desarrollo de la industria desde las pymes. Hace quince años que trabajo con China y vi cómo se desarrolló industrialmente y también trabajé mucho con Brasil, un caso más cercano al nuestro, donde el crecimiento y la profesionalización de la industria ocurrieron y promovieron el crecimiento del PBI. Por eso creé la Fundación para el Liderazgo en el Diseño y en el Emprendedurismo. El objetivo es ayudar a la industria local a través del diseño y del liderazgo, para que se genere más actividad económica. El gobierno nacional está haciendo muy buenas cosas a través del IDEP, el INTI, pero creo que no son suficientes. Hay créditos, curso, capacitación, pero creo que está faltando un poco de asesoramiento en diseño para que las cosas que se hagan tengan una relevancia mundial. Queremos sumarnos, ser complemento.
¿Qué creés que podemos ofrecer desde el sur del mundo?
–Capital humano, mentes creativas que aporten la novedad, diseñadores que lleven sus creaciones al mundo de la competitividad y el desarrollo. Tucumán, recién comienza, por eso quiero estar aquí, para ver nacer este semillero de futuros profesionales del diseño.
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