Sáb 14.03.2015
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La síntesis de un problema

La diseñadora china Yang Liu ejemplifica estereotipos y prejuicios de género en pictogramas de comprensión inmediata. Una divertida radiografía publicada por la editorial alemana Taschen.

› Por Luján Cambariere

La diseñadora china radicada en Berlín Yang Liu les dedicó un libro a las diferencias de géneros. Hombre y mujer. Cara a cara, su reciente trabajo para la editorial alemana Taschen, vuelve a poner sobre la mesa esas diferencias que parecen irreconciliables. Algunas un tanto obvias, arquetipos o clichés de antaño, y otras más sutiles y contemporáneas. Mucho prejuicio heredado pero también, y por qué no, esas verdades que defendemos a rajatabla frente al sexo opuesto pero que admitimos frente a los pares. Todo valiéndose de la síntesis, contundencia e ironía que ofrece el universo de los pictogramas.

Nacida en Beijing, con estudios en la Universidad de Bellas Artes de Berlín (UdK) y trabajos como diseñadora en estudios de Singapur, Londres y Nueva York, Liu aclara que éste no es un retrato sesgado o personal. “No es lo que yo opino. Eso poco importa”, arranca en un reportaje que diera recientemente con motivo del lanzamiento del libro a la propia editorial. “Tanto en éste, como en mi libro anterior –East Meet West– he intentado ir más allá de mis propias vivencias. No se trata de un autorretrato sino de documentar mis percepciones sobre este tema basadas en las vivencias, los desafíos y las perspectivas de hombres y mujeres a quienes ha conocido en mi vida. Por eso la pregunta sobre si me identifico personalmente y en qué medida no reviste demasiada importancia. La cuestión es, más bien, si estos temas tienen relevancia”, señala sobre decenas de pictogramas binarios que develan relaciones y clichés que Liu comprobó existen en todo el mundo. Trabajando desde muy joven en distintas capitales del mundo, le llamó la atención cuántas cuestiones relacionadas con los estereotipos de los sexos no sólo seguían vigentes sino que daban pie a nuevas remixadas, por decirlo de algún modo. “Desde temas cruciales como lo que busca cada uno en una relación de pareja o los roles, estereotipos o armas de cada cual en la sociedad. A cuestiones más frívolas como la actitud frente al equipaje, lo que nos gusta o vemos en las revistas o cómo entendemos los diálogos telefónicos”, reflexiona.

Así, los diseños de Liu describen toda una amalgama de situaciones que van del dormitorio a la cocina y la sala de reuniones y son tan sencillos y accesibles en su presentación como infinitos en las asociaciones, evocaciones y temas que plantean.

“Imagine un mundo donde ver a un hombre con vestido resultara tan natural como ver a una mujer con pantalones, donde ver a una mujer desnuda en público no se considerara provocador o sexy, sino tan repulsivo como ver a un hombre exhibicionista. Un mundo donde ambos sexos tuvieran las mismas posibilidades en el entorno laboral y de alcanzar el éxito profesional”, de-

safía, demostrando una vez más que lamentablemente no hemos trascendido aún hoy muchas cuestiones.

“Comencé hace siete años con la investigación. Elegí el tema porque es universal. En todas las grandes urbes, mujeres y hombres discutimos y nos quejamos de los mismos temas. En cierto que hay algunos más evolucionados en ciertas cuestiones –en China, por ejemplo, mi país de origen, la mujer ha alcanzado muchos logros y en algunas ciudades casi se desconoce el rol del ama de casa, aclara, aunque quedan demasiados prejuicios por ambas partes–. En ningún momento pretendo dar lecciones, ni cátedra de nada, sólo reírnos un poco de no-sotros mismos”, remata.

¿Por qué pictogramas? “Los pictogramas son uno de los medios de comunicación más antiguos. La escritura fue evolucionando lentamente desde sencillas ilustraciones hasta caracteres gráficos y finalmente los caracteres tal y como los conocemos hoy en día. Quería que el medio visual fuera lo más conciso posible para que el contenido ocupase el primer plano. En la cultura china tradicional las expresiones artísticas más elevadas utilizan medios visuales mínimos para representar contenidos de lo más profundos. Sin dudas eso también me ha influido, aunque sea de forma inconsciente. Con este libro tengo la esperanza de introducir un poco de humor en la relación entre los sexos. Para algunos mis diseños pueden ser un simple entretenimiento, una excusa para invitar al diálogo, pero también pueden dar pie a que las personas recapaciten y traten a los demás con un poco más de tolerancia”, remata.

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