Si hay una etiqueta en el mundo que popularizó y desacralizó al diseño, sin decepcionar tampoco a los amantes de la disciplina, esta es Ikea. Paraíso de los que buscan lo accesible en el más amplio sentido de la palabra. No sólo en la ecuación precio-calidad, sino y sobre todo en asesoramiento práctico, tips y hasta herramientas de armado y puesta a punto de todos sus productos (desde un mueble hasta un barral de cocina, pasando por una cortina de baño). Desacartonado y hasta rebelde, Ikea busca siempre sorprender, innovar y echar por tierra los prejuicios a la hora de habitar, por eso no es raro que hayan decidido albergar en un bellísimo espacio a un colectivo muy especial: el Club de las Malasmadres que se desvirtualiza y pone pie en la tienda de Madrid. Un grupo de aliadas –mujeres trabajadoras por elección o necesidad– que buscan también desacralizar ciertos mandatos, ayudarse entre ellas derribando mitos que no suman y sobre todas las cosas, disfrutar de la forma más real posible la maternidad. Libres de prejuicios que parece que también, increíblemente, se comparten en el primer mundo.

Malasmadres house

Es que lo que ahora es un espacio y movimiento nació hace unos años como un blog. Su creadora, Laura Baena, alias la Malamadre Jefa, es una malagueña de 34 años que tras años de experiencia en el campo de la publicidad y en la dirección creativa, experimentó un antes y un después en su carrera tras nacer su primera hija.

Fue en ese momento cuando decidió plasmar sus anécdotas como recién estrenada Malamadre en un blog propio, que en poco tiempo empezó a cobrar una fuerza y un volumen de seguidores tan potente que pasó a ser un club: el Club de las Malasmadres.

“Un día te das cuenta de que la capa de superwoman no vuela. Sientes que eres una malamadre de manual y lo gritas al mundo”, asegura Baena al compartir el comienzo de la historia del Club de las Malasmadres, del que también afirma que “es un club de madres con mucho sueño, poco tiempo libre, alergia a la ñoñería y ganas de cambiar el mundo y ser mejores para sus hijos”. Porque si hay algo que una madre sabe es echarse culpas, aquí y en todo el planeta.

Así la agrupación cuenta con miles de “fans Malasmadres” y se ha convertido en inspiración para muchas mujeres de cara a conseguir su sueño de compatibilizar la vida profesional y su faceta de madre. Que aquí radica la gran proeza. Cumplir con ambas vocaciones sin fallarle a ninguna.

¿Pero por qué el diseño e Ikea? Lorenzo Meazza, director de La Escuela de Decoración de Ikea, explica por qué la compañía decidió sumarse a este movimiento: “En Ikea nos gusta estar al lado de la gente y entender sus necesidades para ayudarles a mejorar su vida y el Club de las Malasmadres inspira a muchas mujeres a través de su blog para conseguir el sueño de compatibilizar su vida profesional y su faceta de madre. Tras una exitosa andadura, este apasionado club quería dar un paso más y ‘desvirtualizarse’, y contagiados por su entusiasmo y energía decidimos acompañarles en este reto. Para conseguirlo, Malasmadres necesitaba un espacio en el que trabajar y crear experiencias para sus fieles seguidoras y por eso junto con Ikea se diseñó un espacio en el que cada día fuera mágico y en el que pudieran desarrollar múltiples actividades además de reflejar su espíritu rebelde y sofisticado. Un lugar lleno de vida, donde forma y función fueran de la mano y en el que además de trabajar a diario, muchas malas madres pudieran tener muchos buenos encuentros. Las claves de este proyecto han sido flexibilidad, colores vibrantes de acuerdo a su identidad desenfadada y elegante, y espacios de intimidad con mucha personalidad”, detalla.

La visión de Ikea es crear un mejor día a día para la mayoría de las personas. Un slogan para adoptar en general cuando se piensa en el propio hábitat. Fundada en Suecia y presente en 26 países, siempre abre juego a nuevas ideas, materiales y diseños. Casas que muden sus hábitos, costumbres, rutinas, como ocurre en la propia vida.