Pilar indiscutido de la decoración, como invade todo lo que toca (paredes, pisos, textiles, revestimientos, muebles y accesorios) se impone dosificar el color con criterio propio.
Por Luján Cambariere
Gran protagonista para reforzar el diseño o la arquitectura, para darle carácter a un ambiente o para resaltar detalles de una escena, el color cumple un rol fundamental en la decoración y en la vida misma. En dosis altas eleva el espíritu y la adrenalina. En vibraciones más bajas, relaja. Algunos colores remiten a otros tiempos. Otros destellan modernidad. Sus poderes son indiscutidos, pero dar con los colores indicados siempre representa un reto.
DARA (Decoradores Argentinos Asociados), a través del Instituto del Color, investiga sus aplicaciones señalando las tendencias cromáticas futuras y orienta sobre los criterios a seguir en pintura, decoración y diseño de interiores en su carta de color. Algo así como un muestrario con los tonos más vanguardistas de la temporada para que cada cual componga su propia paleta.
El color como herramienta
“El color define la identidad de los espacios”, dice Doris Oliva, decoradora y presidenta de DARA (*). “Le imprime personalidad a un lugar. Por eso está tan relacionado con la transmisión de un estado de ánimo. Con algo casi intuitivo que te hace vibrar y se va plasmando casi como un cuadro, donde cada cual crea su propio juego en base a una combinación de intensidad, luz y tonalidad. Además de distintas técnicas y recursos como pueden ser las diferentes rugosidades, pátinas o hasta el avejentamiento de las paredes que suman efectos.” Por supuesto, también existen otras pautas que condicionan esta elección. “Un ambiente cerrado con poca luz exigirá una paleta clara donde los colores fuertes estén dosificados por medio de accesorios o detalles como cuadros, objetos, alfombras o marcos. Mientras que en los lugares luminosos, amplios o abiertos a la naturaleza, se puede jugar con las tonalidades fuertes y sus contrastes”, remata.
El color como un juego
“Lo trabajo logrando un equilibrio e integración visual con el afuera cuando busco, por ejemplo en una casa de playa, amalgamar pisos, columnas y revestimientos con el azul del agua y el cielo y las cortinas en versión calabaza con el color de la arena y el sol de las puestas. O también por contrastes, trabajando con colores fuertes adentro y afuera”, detalla Oliva. Así para una atmósfera vibrante sugiere el verde limón y el rojoanaranjado, mientras que para una puesta distendida se inclina por el verde agua. ¿Otras buenas alianzas? “El bordó o guinda con los verdes azulados”, recomienda.
La tendencia
Para este año la paleta que presenta la carta de colores CECAL (Centro de Estudios de Color para América Latina, con el auspicio del Instituto del Color de DARA y del Comité Brasileiro de Cores) se inspira en la naturaleza. Así bajo las líneas Arcadia, Agua, Latina y Germinal, reúnen los tonos de la tierra, el cielo y el mar, la idiosincrasia de nuestra región y las nuevas tecnologías, citando distintos tipos de marrones, azules, verdes y grises, entre otros. Mientras tanto, Sam Soler, otro miembro DARA, que ya esta trabajando en la carta de color 2004 adelanta el futuro: “Mucha transparencia e iridiscencia. Cobres y rojizos. Los rojos no viran al azul ni al amarillo sino que son fuertes. También viene mucho lunar sobre telas transparentes (a veces aplicados). Y la gama de colores que tiene que ver con el juego, como ruleta, ajedrez y naipes. En síntesis, una tendencia lujosa, muy elaborada y sofisticada. Mucho sintético y brillo, además de lo natural hecho por la mano del hombre. Una paleta más joven con colores como el turquesa, salmón y naranja claro”.
(*) DARA dicta cursos de color para
socios y público en general. Informes en Juncal 1127, tel.: 4816-2696.
www.dara.org.ar.
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