El textil como protagonista de las piezas de Valentina Marún y Julián Cúneo.
› Por Luján Cambariere
En las fronteras es donde se cuece el diseño por estos pagos. En la intersección con la artesanía, el arte, la autoproducción a escalas en sintonía con nuestras posibilidades y demanda. Es algo que entendieron los chicos del novel estudio Fro, Diseño de Fronteras, y por eso se bautizaron tomando las tres primeras letras de esa palabra tan clave para el diseño al sur. Los dos son diseñadores industriales, Julián Cúneo por la Universidad de Palermo y Valentina Marún por la San Pablo de Tucumán, y lo que los juntó fue la trama material y humana. Un pariente y una propuesta en ese momento artística de Cúneo que ya incluía trabajar con el textil, hicieron que se conocieran en el jardín de la República. Ahí nació su alianza y desde que se asociaron, muy recientemente, ya presentaron sus propuestas en Casa Foa, la muestra Deseo y próximamente en la Feria Puro Diseño. La familia Mineralia, de mesa, sillón y perchero y las bellas luminarias Panal, dos colecciones donde el textil en función del universo objetos es el protagonista.
J.C. –Mi mejor amigo de la facultad es de Tucumán. Estaba terminando mi empresa previa –Trama viva– para la que diseñé una maceta para hacer jardines verticales en tela, que fue un pequeño fracaso, no funcionó, pero me quedó el bichito de trabajar en textiles. El tío de mi amigo –Manuel Sáez, reconocido diseñador– era el ex jefe de ella, y así que nos conocimos.
V.M. –Yo terminé de cursar en el 2012 y quería hacer pasantías, abrir el horizonte y viajé a Nueva York a hacer una pasantía en su estudio de Manuel y luego en Brasil, donde él trabajaba para una empresa, Opa, donde estuve trabajando un año. Pero quería terminar mi tesis así que regresé a Tucumán.
J.C. –Empecé con el tema de las macetas. Mi ex novia tenía una máquina de coser y empecé a experimentar. En el camino buscando información doy con un artista que usa esta técnica que yo empleo, Doug Johnston. La técnica es cordón cosido en zigzag. Una gran espiral de una línea en el espacio. Manejando la curvatura. Al principio fue desde el lado artístico que la empecé a aplicar. Me fascinan las posibilidades de los textiles para el diseño. Cuando ella viene de Tucumán, nos juntamos, nos pusimos al tanto de lo que estaba haciendo cada cual y dijo algo que para mi fue clave: “Quiero crear una empresa, trabajar de forma seria”. Lo mismo que a mí me interesaba, así que arrancamos.
V.M. –Pensamos en idear una primera colección que nos representara con tecnología a nuestro alcance. Así surge esta línea en varilla curvada en cobre, elementos simples pero una estética formal disruptiva. Justo surgió el concurso de Casa Foa y nos pidieron un banco de exterior. Y una de las interioristas, Mati Costa Paz, nos pidió un sillón para su espacio. Y luego sumamos el sillón para el Proyecto Deseo, en caño y un jackard super especial. Son tres elementos que generan un recorrido visual particular. La mesa suma tres tipos de granitos diferentes para la tapa. Un patchwork de granitos negros. Un material duro que uno no lo imagina para un producto tan liviano pero a la vez super resistente. La línea nace de los minerales, básicos y esenciales.
J.C. –Cuando nacen los primeros productos, surgió la necesidad de resolver la tela del sillón y mi papá me sugirió contactar a un amigo que tenía una empresa increíble que nos salvó. Una fábrica que tejen jackard del mejor. Esos golpes de suerte que no siempre se dan. Y de buena onda nos hizo un desarrollo que nunca nos podrían haber hecho. Nos dio la posibilidad de diseñar un jackard de altísima calidad en un mes.
V.M. –Utilizamos recursos como la transformación, los gradientes, las texturas, y los aplicamos a la dureza del granito, la ductilidad del hierro y la flexibilidad de los tejidos. Nos interesan las interrelaciones y como se afectan los objetos en su composición, geometría, texturas y colores. Partimos de elementos geométricos simples, en este caso el triángulo, buscando generar a través de sus distintas conformaciones formas que traduzcan en cristales minerales, es decir, lo esencial.
J.C. –Fue por un pedido de una amiga de Perú. Un desarrollo mío pero que tomó impulso con ella. De hecho lo primero que ella me dijo es: ‘¿Cómo se lava?’ y ahí tuve que resolver el producto de otro modo. Están hechas con cordón de algodón con un sistema desmontable para poder limpiarse. El resultado es un volumen que contiene luz, que es ligeramente amorfo pero a la vez armonioso. Las piezas de madera están torneadas en gravilea? La instalación eléctrica es de cable textil y portalámpara cerámico.?Estamos trabajando en el desarrollo técnico del proceso, para la generación de volúmenes utilizando una máquina 3D para la impresión de textiles. Esto es sólo el comienzo.
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