Arcos al 2200. Una de las casas bien pensadas y elegantes que alguna vez constituyeron Belgrano. Mal restaurada, con pegotes por todos lados, una “puesta en valor” a la bartola, sin ganas. Y arriba el horror de la foto. El especulador de turno cumplió con la débil legislación cautelar y dejó la fachada. El arquitecto cumplió con el dogma de “hacer una ruptura” y creó eso de vidrio y hormigón. El especulador hizo buen dinero, el arquitecto se sintió feliz por sus honorarios. Nosotros nos quedamos con el clavo. Y es por eso que, al decir del vecino que descubrió este edificio, el infierno tiene un lugar especial que reserva a los arquitectos argentinos.
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux