La Asamblea Barrial de Floresta, el teatro comunitario El Épico de Floresta, la FM La Bemba, la Unión de Trabajador@s de la Educación UTE-CTERA, Quiero Vale Murga y la Cooperativa de trabajo de Arqueólogos Urbanos hizo ayer un encuentro para explicar la situación en el Corralón de Floresta. El lugar es exactamente eso, un corralón municipal fuera de uso –se guardaban los carros de limpieza y se alojaba a los caballos– que fue recuperado por los vecinos como espacio público. En 2005, tiempos pre-macrismo, el Corralón fue reconocido como tal por el gobierno porteño y en estos once años se lograron cosas como construir una escuela secundaria y un memorial a los pibes asesinados por un policía durante la caída de Fernando de la Rúa. El Corralón es sitio histórico por ley porteña y aloja una gran cantidad de grupos y actividades en los galpones existentes.

Luego llegó un proyecto de reforma del lugar que fue combatido por los vecinos, con apoyo de legisladores y comuneros, hasta que se abrió a los opiniones de la comunidad, algo que sólo se logra frenando al macrismo, que nunca tiene canales de comunicación con los vecinos. Así, en la nueva plaza se podrá continuar con las actividades artísticas y científicas actuales, se podrá proteger el patrimonio existente, crear un espacio deportivo para la escuela y mantener la huerta. Pero hubo disidencias que terminaron en un amparo por parte de algunos grupos, amparo que fue eventualmente levantado por la misma justicia que lo concedió. Algunos grupos se negaron a acatarlo y mudarse provisionalmente. Las entidades vecinales temen que la demora sirva de excusa para no hacer las obras o para no acatar el plan acordado con el gobierno porteño.