Las librerías patrimoniales
La secretaría de Cultura porteña tiene un conocido interés por la definición de patrimonio que trasciende los ladrillos. Este lado de la cultura generó hace tiempo ese interesante programa que valoriza y ayuda a preservar cafés y confiterías de la ciudad. Esta semana, se cristalizó el plan que busca revitalizar las Librerías Patrimoniales de Buenos Aires, con un libro que las documenta –nuevamente, como se hizo en su momento con los cafés–, un mapa de recorrido, y un servicio de asesoría para que las librerías puedan cambiar sin perder su valor patrimonial.
El libro fue escrito por Enrique Magochi y el recorrido fue creado por Alvaro Abós, autor de una obra sobre el Buenos Aires literario que en parte ya cubría este territorio. En las páginas de Librerías de valor patrimonial de Buenos Aires hay fotos de lugares como la Clásica y Moderna, El Ateneo, El Túnel, Galerna, Prometeo, Gandhi, Norte y De Avila, en su esquina inmortal. El criterio de selección es ecuménico: valor arquitectónico del local, antigüedad de la librería, relevancia cultural y rol en la vida de lugares como la avenida Corrientes, la peatonal Florida o la Avenida de Mayo, para hablar de apenas tres. El recorrido se plasma en un mapa con fotos, medios de transporte y cápsulas de texto, y en el futuro inmediato con recorridas guiadas en grupos.
El servicio de asesoramiento técnico ayuda a que las reformas o intervenciones en los locales –estanterías, mobiliario– cumplan con las necesidades de comercios vivos, sin atentar contra el costado patrimonial o histórico.