La Ciudad presentó esta semana el proyecto Aquí Patrimonio, que reúne a vecinos, actores privados, sectores del gobierno porteño, la Corporación del Sur y el Estado nacional para restaurar una serie de hitos urbanos en 28 barrios de Buenos Aires. La iniciativa es una versión material del concepto de “patrimonio intangible” que maneja la Secretaría de Cultura porteña y que valoriza lugares de significado para los vecinos, más allá de su valor material o histórico. En este caso, se repararán desde plazoletas a calesitas, pasando por edificios con alto uso social o alto valor patrimonial.
La Corporación Buenos Aires Sur será agente en siete proyectos. Cuatro son los entornos de sendas calesitas de la zona sur que necesitan luces, parquización, bancos y papeleros. Otro es la reparación de la plazoleta de la Vuelta de Rocha que, pese a su aspecto naval, se llama “de los suspiros” y que fue demolida recientemente por un colectivo. Finalmente, están los maravillosos edificios de la Sociedad Luz, la biblioteca socialista inaugurada en 1899 por Juan B. Justo y que posee 90.000 volúmenes, y la sede de la logia masónica Hijos del Trabajo, poseedora de una fachada simplemente única.
Obras Públicas de la Nación estará involucrada en obras en la pequeñísima capilla de San Cayetano, en una villa de Lugano, y, a pocas cuadras, en el comedor y centro social creado con dos vagones de subte. También habrá trabajos en las sedes de la asociación Sarmiento, la parroquia San Fermín y la biblioteca Malaponte. Un edificio particular y centenario, el de Boedo 857, va a recuperar su remate en espadaña y sus balcones.
El Mercado de Hacienda estará involucrado en crear un baño para discapacitados –y de paso renovar sus instalaciones sanitarias públicas– en su muy popular museo Criollo de Mataderos.
La Secretaría de Infraestructura y Planeamiento de la Ciudad va a trabajar en una lista de sitios que abarcan desde el Conventillo de la Paloma hasta el Instituto Perón, pasando por cosas tan poco conocidas como el monumento a la salida del primer colectivo. También se trabajará en la casa Pantano, la iglesia transparente de Villa Real, la pérgola del viejo mercado de Villa Luro, la biblioteca Carriego de Palermo y el comedor Trapito, que funciona en una casa chorizo de Soldati. Esta fase incluye tres edificios de porte, como el formidable palacio del Instituto Bernasconi, el Círculo General Urquiza y la Mansión de Flores, en la calle Yerbal.
Las intervenciones serán modestas, baratas y urgentes. La lista suma muchas cubiertas, instalaciones básicas, consolidaciones y limpiezas. El programa, en total, implica un millón cien mil pesos, y la apuesta es a su efecto multiplicador entre los vecinos, que se sientan motivados a encarar trabajos similares en sus casas. Por supuesto, la Ciudad busca padrinos en el sector privado, que aporten materiales o presupuesto para realizar o expandir el programa.
Los primeros pasos serán dados en la zona Sur, donde la Corporación ya tiene realizadas sus licitaciones y comenzará a trabajar muy pronto.