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Por Lujan Cambariere

Una corta licencia por maternidad llevó a la diseñadora gráfica María Julia Tramutola a abrirse un nuevo camino en el diseño y manufactura de muebles para chicos. “Estando en casa empecé a analizar cómo mis hijos mayores (mellizos de casi cuatro años) aprendían del pequeño mundo que tenían al alcance. Casi por ósmosis incorporaban lo que tenían cerca, que paradójicamente, eran osos pandas, elefantes y koalas. Cortina de baño, almohadones y sábanas impresos con fauna que les era más familiar que la nuestra”, detalla.
Bajo esa lectura, comenzó una investigación sobre animales autóctonos argentinos que no fue tarea fácil: de nuevo, había más bibliografía de los extranjeros que de los nacionales. “Para hacer la síntesis perfecta de un animal tenés que contar con muchas fotos y material. Así podés crear el concepto, morfología y estética que sean más representativos”, explica la diseñadora. Los socios de Tramutola, Ignacio Boero y Marina Queirolo, hicieron espacio en el estudio para los animales y decidieron sumarse al rescate. Así fueron surgiendo las distintas especies que dieron forma a los muebles artesanales –mesas, sillas, baúles, esquineros, estantes, repisas, cubos, percheros, mecedoras y lámparas– de líneas simples y depuradas, llenos de colores, que además suman un mensaje. “Imágenes, colores y formas que sobre todas las cosas los ayudan a expandir su conocimiento de lo propio”, agrega Tramutola.
Así inspirándose en cuatro regiones del país dieron con las especies y la colorimetría deseada. “Aguará guazú (zorro grande en guaraní), yaguareté, oso hormiguero, vicuña y tatú carreta en tonos rojizos, ocres y violetas para representar al nordeste. Tortugas terrestres, boas de las vizcacheras, lechuzas de campo, venados de las pampas y ñandúes en tonos amarillos y anaranjados para el centro. Yacarés overos, ranas misioneras, guacamayos rojos, carpinchos y mariposas en verdes, fucsias y naranjas para la Mesopotamia. Y ballenas francas australes, cóndores, pingüinos magallánicos, delfines y cisnes en azules y blancos para la Patagonia.
“La idea es comunicar una idea. Por eso siempre se respeta la síntesis que tiene el animal y se incorporan accesorios o detalles. Y por supuesto, las condiciones que deben sumar los muebles especialmente ideados para chicos. Que sean en materiales simples y accesibles (madera de pino o fibrofácil), pintados con óleos, acrílicos, esmaltes sintéticos y barnices no tóxicos, con puntas redondeadas –nada de filos o entradas–, piezas grandes de encastre que no puedan llevar a la boca y las alturas correspondientes”, resume Tramutola.
Además cada uno lleva impreso en el interior el resumen del origen e historia del animal. ¿A futuro? “La idea es ampliar la línea a vajilla, blanquería, cuadros y móviles, que sigan revalorizando lo propio”, detalla.
Showroom: Av. Libertador 14.116,
Martínez, 4793-1552/1991,
mail: [email protected].