Un taller solidario en La Cumbre, Córdoba, produce blanquería creativa y da salida laborar a un grupo de mujeres.
Por Lujan Cambariere
Cierto es que el diseño da últimamente para infinitas movidas, ferias, debates y charlas. También, y sobre todo, en varias provincias del país sustenta proyectos que generan nada menos que una salida laboral para personas fuera del sistema.
Tal es el caso de Creciendo, una ONG de La Cumbre, Córdoba. En ese pueblo enclavado en la sierras del Valle de la Punilla, conocido por su paisaje y por personajes que anclaron allí por sus encantos –como el escritor Manuel Mujica Lainez, el pintor Remo Bianchedi y el escultor Hernán Dompé– con no más de 7000 habitantes y pocas posibilidades laborales fuera del turismo, un grupo de mujeres comenzó a trabajar por otras. Las motivaba fundamentalmente ayudar a sus hijos. Así, empezaron a ir a las escuelas y trabajar con las familias. Enseguida surgió la necesidad de una salida para las mamás, en su mayoría jefas de hogar. Con la idea de crear un microemprendimiento de autogestión nació el taller de manualidades y costura. Hoy, a tres años del inicio, cuentan con una exquisita línea de blanquería estilo patchwork totalmente artesanal que les dio pie a la esperanza.
Hecho a mano
Este es el nombre de la etiqueta a través de la cual comercializan toda su blanquería –principalmente colchas, mantas, almohadones, individuales, posaplatos– que hacen en un delicado estilo quilt o patchwork. Un trabajo totalmente artesanal donde abrevan de distintos motivos infantiles, muchas flores y distintas costuras para un estilo que, ahora encuadrado en el Shabby Chic, gana adeptos. “El diseño se dio por casualidad o necesidad,” cuenta Julia Alurralde, gestora de la idea y actual presidenta de la ONG. “Cuando empezamos, en enero del 2001, la lana era prohibitiva. Si pedíamos, con lo que nos donaban no llegábamos a terminar una prenda. En cambio, recibimos una donación muy grande de retazos de tela. Yo tengo experiencia en lo textil y este estilo era el que mejor se adecuaba a nuestras posibilidades. Es muy creativo y si bien requiere de mucho detalle lo pueden hacer desde sus casas con sus propias manos sin que medie ninguna maquinaria.”
Así empezaron con un diseño básico, simplemente uniendo cuadros. Organizaron una feria navideña con almohadones y adornos, y ya son expertas costureras de diseños más rebuscados. “Al principio, las chicas hacían lo que les pedíamos. No se animaban a engamar ellas mismas los tonos o a sugerir un motivo. Hoy, además de hacer un trabajo exquisito, ahondan en nuevos diseños. A raíz de eso ahora estamos abocándonos cada día más a la blanquería infantil que tiene mucha más salida. Aviones, animalitos, osos, flores. La gente los pide y valora estas piezas artesanales y únicas”, suma Alurralde.
“Yo no sabía ni enhebrar una aguja”, cuenta Cecilia Capdevila, joven mamá de cinco niñas. “Como vivo lejos de la escuela, las dejaba y tenía que quedarme esperándolas en la esquina todas esas horas hasta que salieran.Hoy, en vez de pasar frío en la puerta, corro al taller donde hago algo que nunca imaginé que lograría. Además, traje a mi hermana y mi mamá y todas encontramos una salida.”
Creciendo en la Cumbre: López y Planes 152, La Cumbre, Córdoba, 03548452778,
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