La ampliación de la Facultad de Ciencias Económicas sobre la avenida Córdoba es un inesperado aporte a la vida universitaria. El proyecto ganador resuelve el programa requerido y organiza bien un tema difícil: cómo conformar un claustro y mantener un diálogo con la plaza Houssay. Esa idea de abierto y cerrado a la vez, y generar un patio elevado junto con una alineación con el edificio academicista existente, organiza una volumetría simple. Formalmente, la arquitectura de masas de la facultad actual, con predominancia de líneas verticales, ahora tendrá adosado un nuevo volumen de vidrio envuelto en una cinta de hormigón al mejor “estilo Moebius”.
El motivo de esta ampliación de la Facultad de Ciencias Económicas es el primer punto a destacar, de dónde sale la plata: es una donación de un ex alumno que se desempeñó profesionalmente en el exterior y no se olvidó de sus orígenes de estudiante de una universidad estatal y gratuita.
El concurso lo organizó la FADU con el auspicio de la SCA. El jurado se compuso por el decano de la Facultad de Ciencias Económicas Carlos De Grossi, Carmen Córdova, Silvia Hirsch, Alberto Varas y Edgardo Minond. El proyecto ganador sobre noventa propuestas presentadas fue elaborado por Tristán Dieguez y Axel Fridman, junto con el equipo conformado por Brenda Levi, María Carranza y Mauro Accatoli.
Los autores rescatan que “el claustro representa la tipología por excelencia de las instituciones de una sociedad disciplinaria. Expresa las ideas de encierro, aislamiento y autonomía, centrales a este tipo de organizaciones. Las instituciones educativas en particular adaptaron e hicieron suya la tipología tradicional del convento (institución paradigmática del aislamiento), convirtiéndola en sinónimo formal de edificio educativo”.
Además, “durante el día el patio estará abierto y cualquier habitante de la ciudad podrá atravesarlo y utilizarlo. A la vez, los alumnos que en él descansan o estudian, si bien se encuentran en un ámbito claramente definido como parte de la facultad, no están aislados sino en contacto visual con el resto del entorno urbano”.
“Al mismo tiempo, la ubicación de los edificios de la universidad en este sector de la ciudad ilustra esta integración entre universidad y ciudad, en oposición a lo que sucede por ejemplo en Ciudad Universitaria, correlato espacial de la idea de aislamiento característica, como hemos dicho, de las sociedades disciplinarias. En esta zona los edificios constituyen un barrio de la ciudad, la comunicación entre ellos son las calles y el espacio exterior que los reúne visualmente es una plaza pública. A través del patio abierto y también a través de la ubicación del hall, el bar, la escalera principal y las circulaciones, con vistas a la plaza y a los demás edificios de la universidad, el proyecto enfatiza esta idea de integración entre la institución educativa y el conjunto de la sociedad.”