CON NOMBRE PROPIO
El estudio Gira Industria aúna diseño industrial, gráfico y fotografía. Un ejemplo de cuando creatividad rima con multidisciplina.
› Por Luján Cambariere
nDesde los claustros se habla cada vez más de la multidisciplina en el diseño y hasta de aunar las distintas carreras en un cuerpo común. Un grupo de profesionales lo hace carne. Recientemente formado, Gira Industria ofrece servicios integrales de comunicación a través de la suma de distintos saberes.
A Alfonso Lasala, el diseñador industrial del grupo, lo conocíamos por el interesante trabajo que devino en la muestra Crisis Diseño en octubre del 2003 y por su labor en Infinit, marca de anteojos en la que trabaja desde su creación en 1989. Hoy, junto con dos diseñadores gráficos e ilustradores –Nicolás Whelan y Santiago Alonso– y un fotógrafo –Martín Pellizzeri– amplían horizontes.
Usina creativa
“Nos juntamos, en principio, porque queríamos tener una especie de debate. Pares con quienes poder conversar de las cosas que uno hace y así tener un parámetro más afín”, cuenta Lasala. Los cuatro se conocían de trabajos en común para diversas empresas y sabían que tenían las mismas necesidades. “Un proyecto comercial, continúa Lasala, tiene objetivos que en general son temporales y, una vez cumplidos, la relación se corta. Nuestra unión es más genuina. No es desinteresada, pero nos une una búsqueda anterior a cualquier emprendimiento comercial”, señala. Así, entre encargos de lo más variados que en muchos casos traspasan nuestras fronteras, como un importante comercial de animación para Telecom, la producción del manual de marca de Aeropuertos Argentina 2000 de Guayaquil, la realización del arte de tapa del último disco de la banda de rock Los Piojos hasta la puesta en escena y puestas gráficas sobre música de la última Creamfield, mechan acciones independientes.
Sumar para multiplicar
“Hoy más que nunca en diseño se empiezan a borrar los límites”, explica Whelan. “Al diseño gráfico se le suman la ilustración, la animación. De repente te encontrás trabajando con imagen y sonido con lo que todo se hace más difuso pero a la vez más rico”, agrega Alonso.
“La alianza te potencia y además sumás nuevos lenguajes. En nuestro caso, yo siento que ellos tienen una naturalidad para lo gestual para la que yo me siento más estricto o acartonado. Pero a la vez está bueno que cada uno tenga un rol. La cuestión interdisciplina no significa que todos opinan sobre cualquier cosa. Está bueno que cada uno se engrane como en una pequeña maquinita”, aclara Lasala.
Tal vez, sea hoy, con lo que más se identifiquen. En lo que ocupan gran parte de su tiempo y por eso lo que quieren mostrar de su cosecha. ¿Proyectos recientes? Una butaca inflable, un buen ejemplo de re-uso, hecha con la rejilla de un ventilador que oficia de asiento y una cámara de auto; el sillón Tsunami que se infla en caso de catástrofes naturales (y en nuestro país, bien podrían ser de las otras –las sociales– ya que según idearon debajo de sus almohadones el sillón tiene provisiones comopara vivir un mes) y una campera rellenable, un abrigo de mínimo costo ya que su estructura es de tubos de plástico que puede cargarse con hojas o papeles según las circunstancias. Además están realizado un relevamiento fotográfico del barrio de San Cristóbal donde está ubicado su estudio y distintas intervenciones en la vía pública. Este último proyecto, según ellos, es un buen ejemplo de su trabajo de laboratorio. “Antes de producir algo la idea es comunicar, expresar cosas que nosotros sentimos y poder entregar eso como aporte nuestro a la sociedad no simplemente al mundo diseño”, cuentan. “Hoy, suma Alonso, vivimos una invasión visual en la ciudad. Pareciera que no hay límites. Vas a la parada de colectivo y hay afiches, en el subte te plotean un vagón, en el boleto tenés publicidad. Usan mi ciudad para bombardearme, yo la tomo para hacer arte callejero y te masajeo el cerebro de otro modo, seguro más placentero.”
¿Esto es compatible con los encargos de empresas? “Si lo ponés en una mesa de directorio, tal vez no, pero la verdad es que son esos trabajos propios los que te hacen crecer. El empresario piensa en los términos en que él maneja la cosa –tiempo y dinero–. Vos podés y tenés que ir más allá. A la vez, estas acciones no requieren de mucho recurso. No se necesita una inyección de liquidez pero los resultados suelen ser muy positivos y repercuten en el trabajo cotidiano”, remata Lasala.
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