JOSELEVICH
› Por Matías Gigli
Eduardo Joselevich transita por el camino de la investigación en materia de diseño industrial desde la década del sesenta, cuando participó en la empresa SIAM en tiempos pioneros del diseño nacional. En la década del ’70 fue codirector de Meta-Design, un grupo con sede en Buenos Aires y Barcelona que fundó en sus años vividos en España y en donde diseñó el sistema Fototrama junto con su mujer Fanny Fingermann. Fototrama es un proyecto de paneles gráficos celulares de amplia difusión mundial a través de acuerdos con empresas de España, México y Japón (como la imagen que ilustra la nota), o del fotograma montado en la Fundación Miró de Barcelona y premiado en el Concurso de Diseño Industrial Delta ’79.
Joselevich además desarrolló un prototipo de pantalla acústica plegable con gráfica incorporada, de cartón corrugado, con tecnología NXT el cual llega a un excelente resultado sonoro con un bajísimo costo. El proyecto viaja en las valijas del inventor todavía en la búsqueda de un industrial que lo materialice.
Por otro lado, en el último año y en conjunto con su socio y amigo Silvio Grichener, organizaron el Proyecto @ula 2000, conformado por un prototipo de entorno educacional con macropantallas táctilo-sensibles. La idea es sacar del autismo a los usuarios de las pantallas e incorporar al espacio de estudio una gran pantalla generando una situación grupal de trabajo.
Ahora, Joselevich acaba de publicar en Ediciones Infinito Diseño Posindustrial, teoría y práctica de la innovación. Su idea no es sólo mostrar trabajos pasados, si bien están incluidos en el volumen, sino plantear a los estudiantes de diseño la necesidad de insertarse activamente en el medio actual entendiendo principalmente la necesidad de la investigación sin tener de antemano resuelta la instancia de la aplicación concreta.
Cita los ejemplos de empresas como 3M con el invento del Post-it, que innovó en el pegamento de uso reversible, sin saber en qué producto y en qué aplicación se utilizaría y que luego se convirtió con los papelitos amarillos en prácticos señaladores de libros y demás usos cotidianos. Joselevich cita además a la empresa suiza Swatch que originalmente se dedicó a relojes y la cual transformó los mismos en un producto tanto industrial como gráfico. Se plantea también el fin de las disciplinas como compartimentos estancos y rotulados como disciplinas independientes y tal el caso del diseño gráfico y el industrial y la supremacía de la técnica mediática como predominante a la materia específica. Desde sus años en Siam en donde la gráfica sólo tenía lugar a la hora de rotular los productos con un logo, la producción industrial hoy en día se conforma como un producto resultado de varias vertientes del diseño.
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