CON NOMBRE PROPIO
Lúdicas, innovadoras, funcionales, dos nuevas luminarias salen al mercado más cerca del objeto que de la lámpara convencional. Se trata de la familia Act!, de Pablo Scarafia, y de la Big Píxel, del estudio La Mano.
› Por Luján Cambariere
Dos nuevas luminarias salen al ruedo con características poco usuales o impensadas hasta ahora. Más cerca del mobiliario u objeto que de la lámpara convencional y con cualidades innovadoras a las que ofrece el mercado, por lo menos, local. Sus autores las vienen pensando y trabajando hace un tiempo, pero decidieron que salgan a la luz por este medio que las presenta por primera vez en sociedad. Innovadoras, lúdicas, funcionales, bajo consumo, se trata de la familia Act! del arquitecto y magister en diseño Pablo Scarafia y de la nueva Big Píxel de la etiqueta La Mano de los diseñadores industriales Raquel Ariza y Tomás Benasso.
Como muchos otros profesionales del interior, Pablo Scarafia salta de la universidad de su Córdoba natal a Milán. Y ahí, nada menos que en la cuna del design, concibe este nuevo producto. Es que ávido de foguearse con la vanguardia, en el 2003 parte a la Domus Academy, donde en el 2004 obtiene el título de Master in Design. Como lo suyo allá parece que fue meritorio (se graduó con honores) a la hora de hacer la tesis de la maestría que consistía en el desarrollo integral de un producto, podía elegir entre las mejores empresas del sector como coequipers. El no se anduvo con chiquitas y optó por Artemide, firma de iluminación emblemática. ¿Su propuesta? Desarrollar un sistema de bases luminosas sensibles al movimiento y familias de objetos que se colocan modularmente sobre ellas. Un producto simpático y funcional por donde se lo mire. Cuenta Scarafia que en Italia la desarrolló en plexiglas torneado, luego pintado. Prototipos preliminares previos a estudiar las posibilidades del vidrio. “Act! fue diseñada en base a la cantidad de habitaciones de un departamento estándar tradicional italiano –habitación, cocina, estar y baño–. Por lo tanto se comercializa vendiendo las bases o fuentes luminosas en grupos de cuatro o por separado de manera individual. Las bases son unos cilindros de 5 cm de diámetro y 2,5 cm de altura que poseen dentro un circuito de 9 leds y un sensor de movimiento. Así cuando uno se acerca, se encienden. Por otro lado, la familia de objetos, en este caso contenedores –vasos, platos, fuentes, bols– posee una cavidad modular común donde encajan estas bases o fuentes luminosas. De esta manera todas las piezas de la familia pueden ser intercambiadas sobre las distintas fuentes, sin necesidad de desenchufarlas. Al poseer color e iluminarse, lo hacen sobre lo que esté sobre ellas. Así, por ejemplo, resultan prácticas para dejar encima todo lo que uno lleva en los bolsillos (llaves, tarjetas) cuando llega a su casa”, detalla Scarafia desde San Francisco, localidad cordobesa donde actualmente reside y tiene su estudio. La tesis fue seleccionada por la Domus para ser exhibida en Nantes (Francia) en la muestra “Jóvenes talentos del mañana” organizada por la Cumulus Network, la Asociación Europea de Universidades y colegios de arte, design y medios y hoy intenta abrirse paso en nuestro mercado.
Mientras, el estudio La Mano de Ariza y Benasso que ya ostentaba un modelo apodado Píxel pero pequeño (15 cm) fabricado casi artesanalmente en resina, se decidieron a agrandar la familia. Pasó el tiempo, como suele suceder con los procesos productivos que en nuestro país suelen ser largos, y a través de otros encargos (cestos de residuos) en rotomoldeado, vislumbraron la posibilidad de utilizar este material para su diseño. Obvio que la idea ya no sería la misma. Ahora la querían más grande (de 30 cm x 30 cm) y modular pensando en sumar funciones y posibilidades. “Hablar de una lámpara de aplicaciones múltiples años atrás hubiese sido impensado, por estar siempre asociadas a materiales frágiles y delicados. Pero hoy, gracias al uso del polietileno rotomoldeado, logramos un objeto luminoso resistente, multifuncional, casi lúdico. Módulos encastrables, rígidos pero translúcidos, que nos evocan al inolvidable ‘Rasti’ y que nos permiten construir diferentes estructuras: columnas de luz, senderos en un jardín, asientos, bases para mesas bajas, divisores de ambientes, entre otras. Fácilmente transportables por ser livianos y muy durables, proveen una luz difusa que puede ser blanca o tonalizada por una fuente de luz de color. Las dimensiones de cada cubo son de 30 cm. por 30 cm. por 36 cm. de altura. Entre las patitas de apoyo tienen un orificio para el reemplazo de la lámpara bajo consumo (220 volts, 11 watts) o bien con tecnología LED que favorecen el ahorro de energía eléctrica. Estos bloques austeros nos permiten crear efectos novedosos de luz y color”, detallan. “La idea ahora es jugar con el espacio, pensarla para armar ambientaciones o separaciones y hasta, por qué no, como banquito para sentarse. Por eso está pensada tanto para cuartos para chicos como para boliches o terrazas”, suma Ariza. “Con mucho trabajo fuimos haciendo el modelo, la matriz y las pruebas y ajustes durante estos dos últimos años”, remata Benasso y ahora sale a la cancha en versión verde, roja y blanca.
Pablo Scarafia: (+54) 3564 422 215, [email protected]; La Mano, 4736-3890, www.lamano.com.ar, [email protected].
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