Desde que el macrismo hizo una operación para sacarse de encima a su titular Mónica Capano, la Comisión para la Preservación del Patrimonio Histórico y Cultural porteña volvió a su plácido destino de sello de goma. Ente mixto del Ejecutivo y la Legislatura, la utilidad de esta Comisión era perfectamente nula hasta que la tomó Capano por nombramiento, como es de tradición, de la oposición. El problema es que la nueva titular descubrió que la Comisión tenía asiento en el CAAP, donde se autorizan tantas demoliciones rentables, y lo tomó para sí. Fue imperdonable y el macrismo lo puso al tan insutil Cristian Ritondo a resolver el tema.

Pero Capano dejó cosas en marcha y en estos días salió de imprenta otra más. Se trata de la Guía para iniciar la aventura de descubrir el patrimonio de piedra y cal en las comunas porteñas, un libro con formato de revista que explica el patrimonio, invita a conocer y apreciar, y relata los básicos legales del tema como herramientas para los vecinos. Medio libro es un álbum de fotos con edificios señeros, ejemplares, de cada comuna, como para marcar sus valores.