Preguntas patrimoniales
En su discurso corporativo, Magic Carrot insiste una y otra vez en el respeto al valor patrimonial del silo de Bunge & Born. Pero nuevamente se trata de un caso donde el respeto al patrimonio llega hasta donde la conveniencia del emprendimiento le marca límites.
Al refuncionalizar un edificio se entiende que habrá cambios drásticos en su estructura. No es lo mismo un predio fabril que uno de viviendas, y raramente se pueden reaprovechar los espacios sin cambiarlos. Por ejemplo, los departamentos del sector de silos necesitan ventanas, y Magic Carrot las abrió con tino, siguiendo la altura y alineación de las existentes.
Un límite común y habitual es la volumetría exterior, el lado público del edificio que trasciende usos y ganancias, formando parte de la ciudad.
Al transformarse en El Porteño Building, el silo de Puerto Madero sufrió una alteración bastante seria en la altura de su volumen central. En fotos previas a la obra se puede ver que el silo estaba rematado con una gran nave industrial de dos aguas superpuestas, típico techo fabril, revestido con chapas muy oxidadas y degradadas. Las fachadas originales contienen este volumen con un pedimento sencillo y elegante con una gran ventana circular, sobre el que se levanta un paño plano, como una espadaña. La cumbrera del techado, lógicamente, encaja en el vértice de la espadaña y todos en paz.
Pero ahí había lugar para dos pisos, y El Porteño Building simplemente subió por encima de su altura natural, marcada por sus fachadas originales. Así, el edificio queda “cabezón”, pesado de arriba, con un largo techo que sobresale en forma antinatural de sus fachadas laterales. Visto de frente, esconde su torre original, que queda toscamente petisa. Lo notable es que el silo tiene APH y sin embargo la alteración fue aceptada, típico furcio por falta de legislación que proteja lo histórico como histórico. Y también que hasta por escrito Magic Carrot insista en que no se alteró la altura de los techos, “que siguen estando dentro de la volumetría original”. Eso no es cierto: la foto justo arriba de estas líneas muestra que evidentemente el silo no tenía esa altura de techos.