CARNICEROS, ENTRE EL TANGO Y LA CUMBIA
Argentinísimos
Su líder Alejandro Lafleur escribió la “Cumbia del falso asado” que la Bersuit versionó en sus shows del Luna Park, el año pasado. Ahí no concluye la conexión-vergarabat: Pepe Céspedes y Oscar Righi serán los productores del disco debut de la banda.
Alejandro Lafleur, cantante y compositor de Carniceros, tiene una larga historia vivida en los márgenes del rock argentino. Tanta, que en sus 51 años trabajó junto a Miguel Abuelo y Jorge Pinchevsky, por ejemplo. En los comienzos de la dictadura de Videla, Lafleur se escapó a Francia con un pasaporte falso. Estuvo diez años en Europa, tocando y enseñando música, hasta que pegó la vuelta. Armó un proyecto con Abuelo, que quedó trunco con la muerte del cantante. Y después cayó preso “por un quilombo de pepas”, recuerda hoy. Aquel fue el mismo operativo policial en el que estuvieron implicados –y condenados– Gustavo Bazterrica y María José Cantilo. “Tuve la desgracia de caer con una cantidad grande de drogas, pero era para consumo personal. Caí en el manejo de un juez –que ahora está con pedido de juicio político– que decía que yo era un gran narco cuando, en realidad, era un aventurero. Uso drogas alucinógenas desde que soy muy chico y creo que son un buen camino para la humanidad, si están usadas en condiciones óptimas y si sos mayor de edad. La cuestión fue que me procesaron por almacenamiento y me dieron doce años, aunque después me bajaron la pena y salí a los tres.” En el ambiente hostil del encierro Lafleur no podía hacer música, así que agarró los libros: se puso a estudiar sociología. Cuando salió, dio los finales que le quedaban y algunos profesores “que sabían que no era lo que decían que era” lo recomendaron para ser docente en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, donde todavía trabaja. Ya escribió dos libros y planea publicar otro sobre la despenalización del consumo de drogas.
La vuelta a la música de Lafleur fue con Carniceros, una banda en la que el tango y la cumbia tienen tanta importancia como el rock. De hecho, el cantante dice sus letras con voz ronca, de un modo muy similar al de su ídolo Roberto Goyeneche. “Su mensaje es del tipo que yo aspiro a transmitir: muy localista y con un sentimiento muy profundo”, admite Lafleur. “No lo imito, pero debemos tener en común el amor por Buenos Aires. Aunque es la ciudad del mundo que peor me trató... Goyeneche es el nexo entre el rock y el tango, quien hizo que comprendamos que el tango tiene la misma bronca que el rock. Como argentinos, el tango es nuestro pequeño aporte original y consistente al mundo de la música. Quizás el tango me ayudó a enhebrar piezas que no son ajenas, como la cumbia. Pero Carniceros también tiene rocanrol, funky, raggamuffin. Son músicas que nos divierten y entonces divertimos al público. Es que si la alegría no crece, muere.”
Con la formación actual (Alejandro Benvenuto en bajo, Jerónimo Sarasua en batería, Juan Bravo en guitarra y Diego Rams en teclados; todos sub-25), Carniceros grabó ocho canciones con producción de Pepe Céspedes y Oscar Righi, bajista y guitarrista de Bersuit Vergarabat. “Cuando los chicos escucharon ‘La cumbia del falso asado’, saltaron por el techo. Y a través de ellos conocí a Gustavo Cordera, un tipo maravilloso, que va a cantar en tres de los temas que vamos a grabar este año”. La relación –casi de padrinazgo artístico– con la Bersuit tiene dos hitos que enorgullecen a Lafleur: cuando cantó con esa banda “La cumbia...” en el Luna Park, y cuando Cordera y compañía hicieron una versión de “Ba-tum-ba-cha-cha!!!” en un acústico en La Mega. “Pensar que compuse esa canción en la cárcel”, apunta Lafleur. Righi y Céspedes seguirán como productores del disco debut de Carniceros, que saldrá a mediados de año. “Tenemos una bola de hits y pensamos que hacemos una música masiva, pero todavía no nos conoce nadie”, dice Lafleur y se divierte con la contradicción. “Y queremos que nos conozcan, por eso salimos de gira por la costa. Claro que, al ser Carniceros, la llamamos ‘La gira de la Costilla’.”
Carniceros toca mañana viernes a las 23 en La Mula Plateada, de Mar del Plata.