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Jueves, 29 de enero de 2004

¡CALIENTE! CON LAS PELOTAS EN LA PLAYA

“La masividad es una cagada”

Se hicieron más grandes de la mano de un disco muy bueno y un hit apto para todas las radios. Germán Daffunchio y Tomás Sussmann, el dúo de guitarras que baja de Traslasierra, analizan presente y futuro de la banda antes de su show en Cosquín. Y también hablan de Kirchner y La Renga.

POR CRISTIAN VITALE
Desde Mar del Plata

Estaba accesible y comunicativo. Pero cuando descubrió el grabador, buscó una sutil excusa –”voy al baño, ¿dónde está?”– y se fue. Casi siempre es así. Al Bocha Sokol no le gustan las entrevistas. Si decide responder (al rato lo engancharon unos minutos para la Rock & Pop), apenas emite frases cortas, y casi con desgano. Como si estuviera en otra cosa. Una hora y media después de la pequeña escena, hacia el fin del recital que Las Pelotas dieron en el parador Rock & Pop Beach, se lo vio haciendo lo que más le gusta. En medio del agite, con los fans pogueando a pleno con Orugas, se trepó a lo alto de las cajas de sonido. Había mucho viento, todo se movía –él también– y por momentos alguien se preocupó por una posible caída al vacío. “Ale, bajate... A este chabón le cabe el riesgo. ¿Te acordás en el Quilmes Rock?”, le decía un pibe a otro, en medio de la playa. Sokol está para eso: el riesgo escénico. La tarea de transmitir qué pasa con Las Pelotas hoy recayó entonces en Germán Daffunchio y Tomás Sussmann, que reman con la banda hace 14 años y ocho discos. “La gente es supersticiosa en todas partes”, exclama Daffunchio, impávido ante una cruz de sal que alguien había improvisado bajo el estudio rodante de la radio.
Un tremendo eructo anunció su llegada pasado el mediodía –el show empezó a las 16.30–. “Estamos contentos, tocando mucho”, dice Daffunchio, más liviano, mientras Gabriela Martínez, Gustavo Jove y Timmy McKern van y vienen buscando qué hacer antes del show. La conversación con ambos guitarristas, entonces, transitó varios caminos: el Cosquín Rock; las encuestas de fines del 2003 (Esperando el Milagro resultó “disco del año” junto a Infame de Babasónicos, según los músicos que votaron convocados por el No), el impacto de un hit a prueba de radio y televisión como Será, las canciones de amor, Kirchner, el precio de la masividad, independencia y complacencia, y la trascendencia que sigue teniendo el último disco, tal vez el más difundido de su historia. “La repercusión... –piensa Daffunchio–, no sé, nunca sabés bien. Sólo digo que estamos muy tranquilos. Es un arte mantenerse a través de los años. Es muy difícil hacer música sin ser complacientes, bancarse el éxito. Para mí, más allá de que la música sea buena o no, la historia es bancártela, ser fiel a lo que sentís.” Al mismo sentido de la ética recurre para hablar del Cosquín Rock, donde Las Pelotas cerrarán la noche del viernes 6 de febrero. “No vemos la hora de tocar, porque lo más importante de Cosquín es considerar a la cantidad de gente del interior que se pasa todo el año juntando guita para ver a los grupos. Esto supera a la vanidad de cada banda tratando de demostrar superioridad sobre otra... La puesta en escena, el look, o toda la poronga. Lo más importante es el respeto a esa gente.”
–¿Cómo les pegó haber compartido el primer puesto en la encuesta del No con Babasónicos?
Germán Daffunchio: –No creemos en las encuestas. Nunca creímos y menos ahora. Si yo hubiese votado a nuestro disco, hubiésemos sido los únicos ganadores. Es muy relativo, porque las encuestas representan el gusto de determinada gente. Además, hay intereses preocupados porque haya grupos arriba y grupos abajo. No me cabe la menor duda de que las bandas que están en multinacionales tienen más posibilidades de ganar encuestas que las independientes.
–Sin embargo, ustedes ganaron y no están en ninguna multinacional.
G.D.: –Yo explico por qué no creemos en las encuestas. No estamos negando lo que pasó.
–¿La repercusión que tuvo Esperando el milagro está asociada sólo a la calidad musical del disco, o también a la expectsativa por los cuatro años que mediaron entre éste y Todo por un polvo?
G.D.: –Nadie sabe cuándo un disco es exitoso o no. Si existiría una fórmula exacta, la implementaría todo el mundo. Nosotros trabajamos mucho en todos los discos, y recién en éste se dio. No sé por qué. Todos nuestros discos tienen hits.
Tomás Sussmann: –Tal vez porque hubo un tema que gustó a gente que no nos había escuchado antes.
–¿Cómo toman el hecho
de que Será haya superado la frontera de las radios exclusivamente rockeras y se difunda en otras, ajenas al “rock”?
G.D.: –No hacemos música para un sector sino para todos. Mandás lo que podés. El que lo agarra, lo agarra; y el que no, no. Si Será lo canta gente que no sigue a Las Pelotas, no nos preocupa. No es tema de conversación entre nosotros.
–¿La masividad atentaría
contra la naturaleza
independiente de Las Pelotas?
G.D.: –Nosotros tenemos una forma de pensar y de creer. Y todos estos años nos hemos movido bajo ese patrón. Eso no va a cambiar. Nuestra vida es tocar... Hay tiempos en que estás arriba y otros en que estás abajo. Bienvenido sea si pega un tema o si el disco vende bien. Pero ya estamos pensando en el otro.
–¿Cómo viene eso?
G.D.: –Todavía es un misterio. No nos estamos presionando. Todas nuestras canciones salieron después que nos gustó hacerlas, por lo tanto los temas futuros primero nos tienen que gustar. Después, si vamos a seguir haciendo el Será 2, 3 o 4, ya no depende de nosotros.
En el show presentado en el parador Rock & Pop Beach tocaron siete temas del disco nuevo (Mareada, Será, Esperando el milagro, Tormenta en Júpiter, el desolador Desaparecido, la bellísima Día feliz y Si sentís). El resto –fueron 19 canciones en total– consistió en una jugosa recorrida histórica: Mucho mitos, Sin hilo, Capitán América, Hawai, Músculo y Bombachitas rosas, entre otros. Así, cabe esperar, será más o menos el set previsto para Cosquín.
A propósito, Daffunchio toma el ejemplo de Bombachitas rosas y resalta la predisposición de la banda para componer temas de amor, uno de los rasgos centrales de Esperando el milagro. Rara y rebuscada predisposición, que explica de qué manera un tema de amor como Abejas se transforma en sombrío y árido, como si las reminiscencias de Sumo todavía estuvieran presentes. “Por lo general los boicoteamos. En el primer disco, censuramos varios. Diría que por una cuestión de reflejo condicionado”, explica Sussmann. Y cuenta Germán: “Bombachitas rosas prácticamente lo destrozamos, lo transformamos en una romántica y ridícula canción española. Lo habían elegido como hit y así le fue. Pero en este disco nos la bancamos... No sé cómo hicimos con Será. Creo que es el único tema liviano. Lo demás es bastante denso”.
–Hay temas como Abejas,
por ejemplo, que hablan de
un sentimiento desesperanzador, profundo...
G.D.: –Colectivo diría. No es personal, nos representa a todos.
–¿Cómo hacen para componer canciones de amor que escapen
a cierto formato y temática
habituales, por lo general
bastante ingenuas?
T.S.: –Siempre tratamos de darle una vuelta para no caer en lo obvio. Lo que suena cursi lo tachamos automáticamente. A veces tachamos de más, pensando que es cursi y nos equivocamos. Pero son cuestiones de prejuicio... y de idioma. En inglés todo queda mucho mejor.
–¿Se sentirían cómodos siendo
un grupo masivo como son
Los Piojos hoy, o como fueron Los Redondos en su momento?
G.D.: –Somos felices tocando. Si subís o bajás, si sos más o menos conocido, no nos interesa. No es nuestro deseo ser masivos, ojalá vengan miles de personas a vernos, pero no es un objetivo. Si se da, bien; si no, está todo bien igual.
–La masividad tiene sus
pros y sus contras...
G.D.: –En realidad es una cagada. Nuestro sueño vanidoso no es ser masivos. Ojalá lo podamos ser, pero sólo por el hecho de que lo que decimos llegue a más gente.
–La Renga llenó River, pero se
dice que hacen “rock cuadrado”. ¿Qué opinan de ese tipo
de críticas?
G.D.: –¿Quiénes son los que juzgan? ¿Qué es el rock cuadrado? Los que juzgan, ¿juzgan de la misma manera a la inmunda cumbia? Hay una parte del mundo del rock, la más intelectual, que es recontra envidiosa. Y otra, más cerca del pueblo, que no lee poesías de Bukowski o qué se yo... Nosotros estamos más cerca de ésta. La parte intelectual juzga siempre quién merece el éxito o no. Si La Renga llegó al gran público está bien, son gente de pueblo.
–¿Cuánto pesa la cuestión
económica en este sentido?
¿Les gustaría que los conozcan más para ganar más plata?
G.D.: –¿A quién no? ¿A quién no le gustaría tener más dinero?
–Pero hay formas y formas. La independencia tiene su costo...
G.D.: –Sí. Creo que si nos transformamos en un grupo muy popular, no es por ser complacientes. Nunca dejaríamos de ser lo que somos para ser agradables.
T.S.: –Además, ¿cómo ser una persona agradable?
–¿Creen en Kirchner?
G.D.: –Yo no. ¿Cómo vas a confiar si te pasaste la vida esperando, escuchando mentiras y viendo injusticias? Es imposible creer. Nunca vamos a saber la realidad, porque la información la manejan como se les canta el culo. Es todo relativo en este mundo. La gente también estaba convencida con Menem.

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