Jue 24.06.2004
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LEE “SCRATCH” PERRY Y MAD PROFESSOR EN BUENOS AIRES

De la cabeza

Acontecimiento para la incipiente nación “Argenchina”. Viene el genio loco de Jamaica, productor de unos jovencitos The Wailers, creador de un sonido único que tendió puentes del reggae al dub y viceversa. Junto a él estará el profesor loco, su mano derecha, y también su anfitrión en calidad de reincidente en Buenos Aires.

POR SANTIAGO RIAL UNGARO

”Jah provides the bread.” Aunque la heladera quede vacía, el solo hecho de que Lee Scratch Perry y Mad Professor se suban al hasta hace poco ultraviolento escenario del Hangar (en Rivadavia al 10.900) promete ser un hecho histórico, una terapia curativa, y hasta quizás una ceremonia chamánica. O una locura total. Lo que seguro va a haber es una dulce hoguera de vanidades en la que, como ya pasó con Mad Professor el año pasado, Buenos Aires (se recuerda, capital de Argenchina) volverá a vibrar con la esencia del Sound System puro. Nuestros corazones, agradecidos. Sobre Lee Perry se ha dicho todo y más, pero siempre con extremismo: que el tipo es un maestro, sí, pero que el tipo está loco y que The Clash (que al igual que los Beastie Boys, Max Romeo o The Congos gozaron de su talento de productor) llegaron a asustarse de lo pesado que era el pequeño (Little) Perry. Desde estas páginas, alguna vez Sergio Rotman comentó lo imposible que era para el coleccionista conseguir su discografía completa. Ahora el MP3 y los CDR ayudan a que sus discos estén por todas partes. Y, aunque desparejos, todos tienen lo suyo. Y lo cierto es que, si las nuevas expresiones musicales que la tecnología ha proporcionado a los compositores implican que el interés inicial de la música se haya transformado actualmente en la experimentación del propio medio de emisión de los sonidos, cuando se estudie con mayor perspectiva esta transición, el nombre de Lee “Scratch” Perry tendrá que ser puesto a la altura de músicos “serios” del siglo XX como John Cage y Karlheinz Stockhausen, y al mismo nivel de luminarias del pop (por calidad e influencia) como los Beatles y los Beach Boys de la segunda mitad de los ‘60 o Kraftwerk. O Mad Professor.
Productor, compositor y mezclador, Perry nació en St. Mary en 1936 y a fines de los ‘50 hizo sus primeras experiencias junto a Prince Buster, capo del ska jamaiquino original. Luego, en los míticos Studio One del talentoso y tirano Clement Coxsone Dodd’s (por donde pasaron los que luego serían los artífices del reggae y del dub en los ‘70) fue uno de los pioneros de la aparición del reggae riddim. En algún momento de los ‘60, al parecer influenciado por King Tubby (el otro genio del dub), creó Black Ark, sus propios estudios, que en un rapto de ira divina incendió. Su influencia es incalculable: cuando Perry produjo la música de unos pibes muy talentosos, conocidos sólo en Jamaica como The Wailers, junto a Bob, Peter y Bunny con la base rítmica de Upsetters (su sello, su banda), integrada por los hermanos Carlton Barret (drum) y Aston “Family Man” Barret (& bass). En esas sesiones, casi en forma simultánea, el reggae y el dub surgieron como las dos caras del mismo fenómeno musical que influyó, con el tiempo, a músicos y productores de aquí, de allá y de todas partes. Aston (bajista también de varios de los más hermosos discos de Augustus Pablo y King Tubby), explicó en su momento que “lo único que hacemos con mi hermano es tocar tratando de que el bombo de la batería siga el ritmo del corazón: eso es todo”. En realidad, a eso se le agregó la mano de Lee Perry, su sensibilidad y su espíritu juguetón para ecualizar esa cadencia ralentizada y convertirla en música, en Dub Music. Por su parte, Neil Frazer (Mad Professor, nacido en 1955 en Guyana del Sur, sur de Sudamérica, sur de Jamaica), es algo así como el heredero de L.S.P, su mejor alumno pero también su ayudante, su compadre, su mano derecha... y su indispensable modernización a nivel software: en los discos que han hecho juntos, el aporte de Mad Professor, exponente del dub inglés, creador del sello de reggae Ariwa (palabra nigeriana que significa “música” o “comunicación”), pero también virtuoso del Pro-Tools y músico generacional y geográficamente más conectado con la electrónica europea (incluso la alemana, con sus colaboraciones con Puls Der Zeit), potencia y revitaliza la magia del viejo maestro sin que el sonido pierda su esencia ni su calidez, logrando una síntesis admirable. Mad Professor empezó desdeel lado técnico, como ingeniero en service de bandejas de mezclas y amplificadores. De ahí a armar su propio estudio de 4 canales en su habitación en 1979 sólo había un paso. A diferencia de Perry, en el caso de Neil Frazer, su nombre no se basa en una leyenda negra de anécdotas apócrifas sino en el apodo que le pusieron sus propios amigos en el colegio, asombrados por sus experimentos. Ya en los ‘80, su serie Dub me Crazy (que incluye Beyond the Realms of Dub y Escape to The Asylum of Dub, de 1982) justificaron a otra escala ese apodo con sus sorprendentes efectos y su mutante sonido. Luego, sus colaboraciones con U-Roy, así como el hecho de que los Massive Attack confiaran en su locura para que convirtiera el excelente Protection en el no menos valioso No Protection (1995) le otorgaron su merecida fama mundial. Son dos genios del dub, maestros de la locura. Y si nos guiamos por Mystic Warrior (disco realizado en conjunto, de 1989), el encuentro promete ser un experiencia paranormal e infecciosa. Una experiencia religiosa. O casi. ¿Quién sabe?

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