Jue 23.12.2004
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Camisetas para todos

La prueba más notoria del auge del rock (y en especial del hecho acá) se ve todos los días, sin necesidad de esperar los grandes festivales: las remeras con iconografía de bandas coparon la calle como nunca antes. Se las usa como si fueran señales de pertenencia, aunque en esencia son elementos de marketing. Entonces, si es rockero, ¿sí logo?

TEXTOS: JAVIER AGUIRRE
FOTOS: CECILIA SALAS

La remera rockera es la manifestación no musical más lograda del rock. Reúne síntesis, pasión y exclusividad, aun cuando es un producto industrial y un elemento de marketing. Funciona como un tatuaje de tela a prueba de láser, como un estandarte urbano generacional y tribal, como plumaje apto para rituales y para seducciones, como señal de buen o mal gusto, y como carnet de hincha de un equipo que nunca pierde. Mucho más: la remera rockera es un género en sí mismo, y ostenta sus propias reglas y sus motivos clásicos e imperecederos. En la Argentina, hasta construye pertenencias capaces de imponerse incluso a las más irreconciliables y antagónicas, las futbolísticas: un barrabrava de River y uno de Boca pueden abrazarse en el mismo paraavalanchas si es que ambos tienen puesta la camiseta de La Renga o de Bersuit Vergarabat.
Cada país tiene sus propios favoritos para sus remeras de rock (ver aparte). En el nuestro, la lista de modelos inmunes al paso del tiempo y a los vaivenes de la moda está encabezada por el escudo de los Ramones y por los labios abiertos de los Stones, según el ojo autorizado de Lee-Chi, ex miembro de Los Brujos convertido en empresario textil especializado en merchandising rockero. El nivel de clasicismo de estos diseños puede probarse por sus múltiples adaptaciones, como la mutación al albiceleste de la lengua stone, pero también por sus parodias. En ese sentido, medalla de oro para la remera que dice Ramones y muestra varias caras de Don Ramón, el personaje de El Chavo. Pero más allá de marcas extranjeras como son los Rolling Stones o los Ramones, Lee-Chi advierte que un producto local como los Redondos, en especial la tapa del disco Oktubre, tiene status de clásico de la remerografía rockera argentina. Un motivo es clásico, se entiende, cuando trasciende en el tiempo a su momento histórico de aparición: hoy por hoy, aquellos diseños que incluyen imágenes de los últimos discos de Catupecu Machu y Ratones Paranoicos (El número imperfecto y Girando, respectivamente) son los más vendidos de la vidriera Lee-Chi 2004/05.
Los músicos viven la Era de la Remera Rockera con mayor o menor grado de protagonismo. “Hay artistas que no dan bola al merchandising y otros son obsesivos”, acota Lee-Chi, que actualmente trabaja con bandas de rock argentinas, españolas o eventos electrónicos como el South American Music Conference, de reciente paso por la Argentina. “Los Catupecu Machu tienen su diseñador propio, Quique, que es un verdadero arreglador estético del grupo, y trabaja tanto en lo que se ve en el escenario como en la ubicación de cada imagen en remeras y mochilas”, cuenta Lee-Chi. También hay casos, como Los Piojos, que venden sus propias camisetas a través de su sitio oficial en Internet. Pero quienes intentarán ubicarse a la vanguardia durante el 2005 son los Divididos: no sólo prepararon seis nuevos diseños para su show de Obras al aire libre (tres sólo para esa velada, los otros para que sigan en el mercado) sino que programaron un plan de acción marketinero que consiste, según el ex Los Brujos, en “convertir la remera en un medio de comunicación entre los fans y los músicos”. “Ricardo Mollo estuvo en la oficina y proyectamos una serie de camisetas numeradas, que incluirán textos escritos por ellos, a modo de comunicados”, amplía Lee-Chi.
Es que el logo de una banda o la tapa de un álbum ya no es el único recurso de la camiseta rockera. Un ejemplo es el flamante emprendimiento llamado Meras Remeras, que selecciona versos, títulos de canciones o frases más o menos célebres de la cultura rock y, como en samplers textiles, los coloca sin más aclaraciones en el centro de la escena (o de la remera). Así, su catálogo incluye citas a Lennon (“Working Class Hero”, “Love Is the Answer”), a Babasónicos (“Tóxica”, “Chico dandy”), al slogan de los tests de ácido lisérgico de los años ‘60 (“Freak Freely”) o hasta a las muletillas de la figura para-rockera argentina más mediática del momento, Roberto Pettinato (“Bum bum maracas”).
Sigue Lee-Chi: “Lo que me sorprendió cuando estuve en Estados Unidos fue que, contrariamente a lo que se puede suponer, allá el merchandising rockero no representa lo mismo que en la Argentina: salvo en Los Angeles, no se ven remeras de rock por la calle”. Acá, está claro, se le dice sí al logo de la banda estampado en el pecho. Entonces, ¿para cuándo la declaración de Buenos Aires como capital mundial de la remera rockera? Si hasta el fantasma retro-snob que habita en Palermo Hollywood ya está lanzando las remeras de artistas cool como... Poison o Def Leppard.

Superclásico

¿La lengua stone? ¿Los Beatles cruzando Abbey Road? ¿La Q de Queen? ¿La cara de Bob Marley, la de Jim Morrison? ¿El logo de KISS, el de AC/DC, el de los Sex Pistols? Nada de eso: el galardón de gran favorito entre los diseños rockeros para remeras del mundo angloparlante corresponde a Eddie, el zombie que protagoniza infinitas tapas de discos de Iron Maiden. Al menos, de acuerdo con una encuesta realizada por el sitio teeshirtstore.com entre miles de portadores británicos de camisetas rockeras, que con sus votos elevaron a la icónica calavera metalera por encima de otras insignias en el rubro modelos clásicos. Hay que bajar un poco más en la lista para que aparezcan algunos de las ilustraciones para remeras que, al menos desde aquí, resultan más lógicas: el rostro de Kurt Cobain con sonrisa de Gioconda grunge, inmortalizado en el librito interno del disco Nevermind; el escudo de armas más respetado por la heráldica punk-rocker, que cruza flechas, bate de béisbol y alas de águila, tan propio de los Ramones; o los labios humectados por la lengua más famosa de todos los tiempos, la del logo de los Rolling Stones desde 1971 en adelante. El Top 10 inglés para las remeras rockeras se completa con diseños de Metallica, Joy Division, Primal Scream, Kraftwerk, Public Enemy y los Inspiral Carpets. La duda no se mancha: ¿cuántas remeras clásicas de los Inspiral Carpets existirán fuera de las islas británicas?

Segunda piel


Martín (25)
Remera de Sumo:
“La tengo hace diez años y es la que llevo a todos los recitales de Divididos. Mi vieja sabe que antes de cada show tiene que lavarla porque, si no, se pudre todo con ella: no me gusta ir con la remera chivada o sucia a ver a estos pibes que son lo más. Pero nunca tuve una remera de Divididos. No sé, me parece que hay que tener siempre presente que el verdadero legado de Sumo está en ellos y una remera es la mejor manera de demostrarlo”.

Carolina (22)
Remera de La Renga: “Me compré la del Documento Unico porque no pude conseguir el disco y me quería matar. Pero, bueno, después me grabaron los temas y me compré la remera... La uso de tapa. La remera me trajo buena onda, porque me levanté al chabón que más amé en mi vida. Yo no soy de ponerme remeras de bandas, pero ésta tiene un doble significado y, cada vez que me la pongo, estoy con él... O con Chizzo, que es lo mismo”.

Cristian (28)
Remera de los Redondos: “Tengo como diez remeras de los Redondos, pero la que más me gusta es la de la tapa de Oktubre. También me compré algunas de Hermética y de AC/DC, y las uso siempre. Pero si voy a vender gaseosas en algún recital, seguro me pongo alguna del Indio y Skay”.

Carlos (35)
Remera de Jimi Hendrix: “No creo que haya salido remera de Hendrix que no tenga. Esta la estrené recién y está bárbara... Podés hacerme cualquier cosa menos tocarla porque se pudre todo. En mi placard tengo un batallón de remeras de Jimi y una vez armé un equipo de fútbol de once con mis amigos y salimos a jugar todos con mis remeras de Hendrix. ¡Pero perdimos 5 a 0!”.

Abel (26)
Remera de Led Zeppelin: “Me calenté, la compré y me acuerdo que la pagué un fangote, porque era importada, pero la verdad es que la inversión dio resultado: la primera charla que tuve con la que hoy es mi mujer fue sobre Robert Plant y todo terminó en amor, placer y un nene que viene a todos los recitales con nosotros”.

Beto (19)
Remera de Las Pelotas: “He tenido varias de Sumo, de Las Pelotas, de Divididos, pero eran truchas... a las cuatro lavadas desteñían o se ponían viejitas. Si tengo que ir a un lugar más cool, uso una de The Doors con la cara de Morrison en el medio. Es increíble, pero hay minitas que se te acercan para entrar en onda con vos cuando te ven a Morrison en el pecho”.
(Producción: Cristian Vitale)

 

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