La ecuación es más o menos así: el lenguaje es una manera de pensar el mundo; el software es un lenguaje virtual; por ende, el software es una manera de pensar el mundo virtual. Entonces, el modo de hablar el ciberespacio es ideología pura. Este razonamiento lleva al siguiente axioma: quien controle el “modo de pensar” en Internet estará describiendo su ideología. Por el momento, hay dos fuertes corrientes filosóficas en el mundo del software. Está aquella que piensa que el código –el lenguaje, el modo de escribir los programas– debe ser cerrado, privado, capitalista. Y otra corriente de pensamiento que opina que el software debe ser abierto, público, socializado. Por ahora va ganando el software privado. Bill Gates es el hombre más rico del planeta, entre otras cosas, por haber construido una manera de mirar Internet. ¿Por qué cada vez que querés navegar hacés click en el Explorer, que tiene espantosos problemas de seguridad, y no usás el Mozilla-Firefox, que es más seguro? De todos modos, el software público de código abierto está tomando cada vez más terreno tanto en los sectores privados como públicos de la mano de Linux/GNU.
Microsoft –el adláter del capital privado– está preocupado. De eso habla el libro Internet, hackers y software libre, compilado por Carlos Gradin, que se presentó ayer en el Centro Cultural de la Cooperación. El libro contiene reflexiones de autores diversos acerca del uso de las nuevas tecnologías. Hablan de ética hacker, de modos de programación, de sistemas operativos libres y centros de comunicación independiente. Algunos de los artículos recopilados pertenecen al sociólogo Christian Ferrer, a Marilina Winik (colaboradora de Indymedia Argentina), y al fundador de la filosofía de código abierto Richard Stallman, que hace ya unos años difundió el concepto de copyleft. El copyleft es como el copyright, pero usa las leyes de la sociedad capitalista para dar expresa autorización para que los programas creados bajo ese espíritu se distribuyan gratuitamente a través de la red. Ese modo de hacer, en vez de acumular, distribuye. En vez de concentrar, socializa. No es poco.
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