ALIEN ANT FARM, LA ULTIMA APARICION “CHISTOSA” DEL ROCK USA
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Golpearon con su versión de “Smoth criminal”, de Michael Jackson. Parecen continuar una línea graciosa en actitud, videos y letras, propia del universo adolescente al que apuntan. Desde Los Angeles, el cantante Dryden Mitchell acepta: “Si alguien cree que somos estúpidos... bueno,
es una interpretación”. POR JAVIER AGUIRRE
› Por Javier Aguirre
El cine ya lo había mostrado: el campus de un college, chicos vírgenes, rubias con tops, chabones con campera de gimnasia que son mariscales de campo de fútbol americano, chistes de doble sentido con salchichas, concursos de eructos, etcétera... Esa visión made in U.S.A. del concepto de “boludez” –cuya sensibilidad y humor fueran retratados por películas como American Pie y antes, en los ‘80, por “Porky’s”–, tiene su correlato estético en muchas bandas de rock USA de la década pasada y la actual, especialmente a la hora de los videoclips (ver aparte). Los Alien Ant Farm no han hecho mucho con sus videos para diferenciarse de esa idea, pero su segundo disco ANThology (nótese el gracioso juego de palabras del título), en términos musicales, no está nada mal: combina chubascos no sobreactuados de nü metal o rock altenativo con cadencias pop, guitarras de distorsión saturada y hasta algunos climas cálidos que sorprenden.
El cantante de este cuarteto californiano, Dryden Mitchell, expone ante el No su teoría del humor y el rock: “Todo lo que hacemos es medio en serio y medio en broma. No podemos tomarnos esto con excesiva seriedad, más allá de que respetemos la música y disfrutemos mucho componiendo y tocando. Así que no hace falta que alguien nos diga ‘ustedes no son serios’. Ya lo sabemos. Y si alguien cree que somos estúpidos... bueno, es una interpretación”.
La irrupción mundial de Alien Ant Farm fue a través de su cover de “Smooth Criminal”, tema de Michael Jackson que fuera vagón de cola de Bad, el disco de los infinitos hits: “Nunca hablamos personalmente con Michael, pero nos dijeron que él escuchó nuestra versión del tema y que le gustó. De todos modos, hubiéramos preferido que nuestro primer single fuera una canción original nuestra, aunque tampoco podemos quejarnos. Nos llegó el éxito rápido y no tenemos nada que protestar”. Buena parte de la repercusión que el debut mainstream del grupo se debe indudablemente a “Smooth Criminal”, que ya cosechó loas diversas como ser nominada al Grammy (“Mejor Performance de Rock”), o como en Buenos Aires formar parte de la programación de SubTV, el circuito cerrado de TV de los subterráneos. El tema no es una casualidad. Desde hace años, el repertorio en vivo del grupo incluye covers de distintos artistas, desde Michael Jackson hasta Weezer, pasando por The Police. Mitchell recuerda: “La primera vez que hicimos ‘Smooth Criminal’ en vivo a la mitad de la gente le voló la cabeza, y la otra mitad de la gente la odió. Esa sensación de 50 y 50 fue bastante excitante”.
En el video de “Smooth Criminal”, Dryden baila con la torpeza propia de un punching ball azotado por un joven y brioso boxeador en pleno entrenamiento, en evidente actitud de paveo: “Esas cosas no quieren decir que sea un idiota. La verdad es que no queremos aparecer en la tele poniendo caras de malos, ni haciéndonos los cool; es mejor divertirnos. No necesitamos hacer de cuenta que somos feroces para sonar poderosos, tratamos de que nuestra música sea excitante por sí sola, sin que mostremos los colmillos ni señalemos a la cámara como si quisiéramos romperle la cara al camarógrafo. Elegimos pasarla bien”. En su nuevo clip, “Movies”, siguen adelante en su onda: todo transcurre en un cine, entre butacas y palomitas de maíz, donde los fans y los músicos saltan de un lado a otro de la pantalla. Como “La rosa púrpura del Cairo” pero con guitarras distorsionadas.
En verdad, el éxito rápido también tiene, por detrás, el padrinazgo de sus amigos y coterráneos de California, Papa Roach. AAF habían tenido apreciable repercusión con su debut independiente Greatest Hits, de 1999, y los P–Roach les ofrecieron, a través de su sello New Noize, su primer contrato discográfico, que derivó en ANThology: “Somos grandes amigos, vamos a nuestras casas, salimos juntos cada vez que podemos, y nos reímosmucho. Ellos nos trataron siempre muy bien, y resulta que eso es bastante raro en este ambiente: las bandas en general son muy competitivas, y hemos tenido muchas experiencias de mierda. No es por ser vengativos, no vale la pena perder el tiempo en eso, pero en cierta medida tener éxito es como una contestación a todos los que te trataron mal cuando eras una banda nueva y cualquiera se cagaba en vos”.
Revanchas al margen, y sin desentenderse de su discurso pro-irreverencia y anti–solemnidad, Mitchell se cuida de aclarar: “Creo que si se presta atención a nuestras canciones, a pesar de los chistes, se nota que no somos idiotas, sino gente real que hace música real. Y tenemos una de las cosas más importantes para un grupo de rock: no somos aburridos”.
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