Jueves, 13 de octubre de 2005 | Hoy
TODOS SE MOVILIZAN A MAR DEL PLATA PARA “RECIBIR” A BUSH
Había una vez una ciudad feliz. Hasta que se supo que George W. Bush llegaba a la Cumbre de las Américas, este 4 y 5 de noviembre en Mar del Plata. Ahora, la ciudad está flanqueada por barcos, aviones, submarinos, agentes de seguridad escondidos en las carpas playeras. Tomando un camino alternativo después de Seattle, Génova y Escocia, miles de personas ya sacaron su pasaje a la “fiesta” contra la llegada de W. Habrá shows, foros, sorpresas y más sorpresas.
Por Mariano Blejman y Lucas Schaerer
Contra los ocho misiles “aire-aire” que pueden derribar aviones molestos, se propone una inmensa fiesta para resistir. Contra los cazabombarderos, otra fiesta. Contra el presidente más poderoso y delirante del planeta, la fiesta (algunos proponen invitarlo, tal vez se ponga más cachondo con un par de daikiris encima). Contra los francotiradores dispuestos en los edificios Havanna de Mar del Plata, contra los cordones de seguridad, contra los 9 mil funcionarios de seguridad, contra el uso del Hotel Sheraton totalmente copado por la CIA y el FBI, lo único que queda es hacerse cargo de la fiesta, que ocurrirá a unos metros de la Cumbre de las Américas. Una fiesta que sirve también contra el terror, ese terror que sirve también a los extremos (sobre todo a los que se van hacia la derecha).
Una fiesta que hace uso del mar, inspirados en un slogan de Mayo del ‘68 que decía “Bajo los adoquines, la playa”, sentenciaban en aquella época. Muchos de los entrevistados aquí tienen precauciones y algo de paranoia a la hora de cuidarse las espaldas. Decidieron hablar con el No precavidos de hacerlo con el compromiso de mantener en reserva sus nombres. “Bajo la Cumbre, la playa”, dicen ahora las organizaciones sociales que se van a las arenas movedizas sin ánimos de subirse a discursos encaramados en montañas ajenas. Es que siempre hay una forma de enfrentar al poder, dicen: ocupando la calle, convirtiendo la playa en una verdadera reunión de otros mundos posibles. Algo así se han propuesto las organizaciones altermundistas (como le gusta decir al Subcomandante Marcos) o globalifóbicas (como prefiere Naomi Klein) que prometen visitar Mar del Plata unos días antes de la Cumbre que traerá al mismísimo George W. Bush, ese presidente incapaz de consultar el servicio meteorológico. La portaavionización de Mar del Plata es un hecho: el canciller Rafael Bielsa dijo hace unos días: “Hay que rogarle a Dios para que no suceda un atentado”, y el Gobierno parece dispuesto a derribar aviones sospechosos bajo el amparo de la “Operación Derribo”.
Bush, el sordo
Habrá tres convocatorias distintas para comienzos de noviembre. Por un lado, la Cumbre de los Pueblos organizada por la CTA. Por otro, la Convocatoria Antiimperialista, movilizada por partidos de izquierda. En un tercer andarivel, la agenda altermundista puso nuevas asignaturas en el calendario de protesta mundial (una agenda que suele coincidir con la presencia de W. en cualquier oscuro rincón del planeta). Parafraseando una conocida publicidad de café, los militantes parecen decirle a Bush “donde estés, estaré”. Mañana a las 19, la movilización al Obelisco “Vamos a la playa” tendrá intervención escénica, barriletes, performances y videos. “La idea es crear materiales para llevar a Mar del Plata, pero el formato apunta a ser diferente que las manifestaciones típicas. La idea es recuperar el espacio público”, dicen los organizadores.
En la sede de FM La Tribu, Lambaré 873, a metros de Parque Centenario, se vienen reuniendo desde septiembre distintos grupos para organizar actividades contra la Cumbre y para arribar a Mar del Plata, donde montarán guardia. Su expectativa es reunir 10 mil personas. Habrá delegaciones de Rosario, La Plata, chilenos, uruguayos, brasileños, españoles, franceses, estadounidenses (precisamente uno de ¡Nueva Orleans!) que llegarán a participar de las acciones directas y a hacer apoyo técnico. Gabriel Oyhnatcabal, de la Federación de Estudiantes Universitarios de Uruguay, contó que cerca de 200 personas viajarán a la “III Cumbre de los Pueblos”, junto a la Central Sindical uruguaya. Algunos sindicalistas irán a hoteles y otros se alojarán en campings, o vaya a saber uno dónde. Oyhnatcabal dice que viajan a Buenos Aires para repudiar también los tratados bilaterales de su país con Estados Unidos.
Bush, el ciego
Las fuerzas de seguridad norteamericanas se están preparando contra alguno de los integrantes del “Eje del Mal”, que al parecer también han llegado a la Argentina con ánimo de hacer playa: se prevé movilizar 7500 agentes, además de los “colegas” del resto del continente, una masiva comisión de la CIA, barcos de la Armada argentina, radares de guerra para vigilar el espacio aéreo, bombarderos A-4 Fightinghawk, entre otras cosas.
Entre las organizaciones que desembarcarán en Mar del Plata días antes de la Cumbre, hay metodologías distintas entre activistas “autónomos”, partidos políticos o sindicatos. “Somos asamblearios, autónomos, autogestivos y la acción directa no violenta. La idea es modificar el método de protesta y la forma en que tomamos decisiones”, cuenta al No uno de los militantes que suelen reunirse al calor de la publicación electrónica Indymedia.org, órgano que junta de forma descentralizada información sobre la revuelta.
No reniegan de las movilizaciones callejeras, pero pretenden que “sea una fiesta la protesta. No queremos ir de un lugar a otro y que todo finalice allí. Pretendemos ocupar un espacio público, que las acciones sean de desobediencia civil, una confrontación política en la calle. Lo nuestro es el carnaval, lo grotesco de la resistencia, la sátira”. Ya lo decía Rabelais: la risa es una forma indestructible de decir lo que lo serio no dice. O algo así. Muchos militantes están organizados en el Grupo Bristol, en Etcétera, o amparados por el aire de FM La Tribu. El nombre de Bristol, según cuentan al No, fue decidido en alusión a “la playa marplatense, que está siendo privatizada y que se encuentra en la zona de exclusión. Allí, los jefes de Estado van a sacarse una foto”.
Bush, el mudo
En la entrada de La Tribu hay un inodoro de cartón que en la tapa tiene a Bush padre e hijo pescando. El recipiente intenta ser un buzón para los reclamos que cualquiera desee expresar a los presidentes reunidos. “El NO a Bush condensa la oposición al neoliberalismo y al capitalismo”, expresa una militante que prefiere no dar a conocer su nombre para no poner en riesgo su fuente laboral, pero que estudia periodismo en una universidad del Gran Buenos Aires. El grupo comenzó a reunirse en el ciclo de cine paralelo al Bafici que se desarrolló en el mes de abril en Buenos Aires.
Por otra parte, la agrupación Prisma esta a favor del ALBA, una especie de ALCA pero con la visión política del presidente venezolano, Hugo Chávez. En una última actividad se vio la película La imaginación radical (carnavales de la resistencia), del español militante antiglobalización Marcelo Expósito. “La idea es difundir por qué estamos en contra y hacerlo con alegría. Estamos en contra de la llegada de Bush por sus políticas económicas, porque los presidentes toman decisiones a espaldas de los pueblos, en contra del Libre Comercio, del ALCA y la militarización de los países”, argumenta María, una socióloga en la UBA.
Muchas de estas organizaciones pararán en el alejado campus universitario del balneario, muy a su pesar, a varios kilómetros de donde se reúnen los presidentes. De la Cumbre de los Pueblos (organizada por la Central de Trabajadores Argentinos, CTA) participan con algunos talleres, entre ellos de formas de organización e intervención callejera. “Nuestra confrontación es en la calle y no desde otra cumbre”, plantean.
La “III Cumbre de los Pueblos” organizada por la CTA ser realizará del 1º al 5 de noviembre en oposición a la “IV Cumbre de las Américas”. Es la respuesta más organizada. Se espera una masiva participación de agrupaciones populares de la Argentina y el resto del hemisferio, y habrá además shows de música, con importantes sorpresas. “Bush es un hombre recurrente con su necesidad de apertura comercial y puso de manifiesto su actitud intervencionista en América latina y el desprecio por el respeto a la voluntad de los pueblos”, dicen desde CTA. Héctor de la Cueva, de la red mexicana de lucha contra el ALCA, explica: “Queremos decirle al pueblo de Mar del Plata que no iremos a provocar problemas. Somos trabajadores, campesinos y estudiantes de diversos países animados por la intención de hacer oír nuestra voz”. Autorizados por la Municipalidad de Mar del Plata, la Cumbre de los Pueblos utilizará el Polideportivo del Parque Municipal y el Centro Universitario.
Bush, el recio
Por otro lado, los altermundistas (o globalifóbicos) que pretenden luchar contra el sistema capitalista y “su forma de tomar decisiones unilaterales” están recibiendo desde el exterior “muchísimos mails”, el medio por excelencia con el cual se comunican sin dejar de lado el encuentro físico. Se han convertido en voceros de baja frecuencia en radios como FM Palermo, Radio Libre, Radio Faro. Se sienten identificados con películas como Surplus, que ironiza sobre la sociedad de consumo, y Democracia en las calles, que narra la cumbre de Seattle, en el ‘99.
El arte con intenciones políticas que se trasladará a Mar del Plata no dejará nada librado al azar. Están preparados para resistir un ataque policial, sin armas (aclaran), pero tomando en cuenta cuestiones mínimas de seguridad, como el contacto con abogados. De hecho, ya circulan por los sitios web “Tácticas para evitar ataques policiales” en las manifestaciones donde el Laboratorio de Desobediencia “Barricadas con Conciencia”, de España, sugiere un manual a seguir en el caso de que llegue lo peor: qué hacer con los gases lacrimógenos (“avisar, tirarse al suelo y cubrir vías respiratorias”, “usar guantes para ‘devolver’ las latas”), tirar bolillas a los caballos para detener su andar, ayudar a los chicos “que están siendo golpeados”, cubrirse el rostro para evitar ser identificados; escribirse en el cuerpo el número de teléfono de un abogado para no perderlo en caso de ser detenido. “Los enfrentamientos callejeros son una respuesta enfurecida a esta represión y una defensa firme de nuestra libertad de expresión”, dicen los creadores. Y subrayan la necesidad de “no atacar al pequeño comercio”.
“Si destrozamos todo entenderán que estamos nerviosos y que queremos que las cosas cambien ya. Si hablamos amablemente los poderosos se burlarán de nosotros. No tenemos ningún medio de expresión; ahora ésta es nuestra forma de hacer correr el mensaje.” La frase corresponde a un militante, dicha tras los enfrentamientos con la policía en una manifestación por el Derecho a la Educación, en octubre del ‘98 en París. “La provocación generada a través de los medios, el pánico para detener y no salir a la calles, vincular el terrorismo como oponente a la democracia. La idea es terrorismo o democracia. Para eso sirven las bombas que estallaron la semana pasada en el Gran Buenos Aires. Estos ataques legitiman aún más la represión”, reflexionó, rodeado de otros compañeros, un muchacho que llegó en bici hasta La Tribu.
Bush, el necio
Mar del Plata todavía no entra en temporada alta, pero ya está que arde. “Se están produciendo detenciones arbitrarias. Detienen colectivos y bajan a los pasajeros para revisarlos. Todo esto se realiza a la luz del día, la intención es atemorizar, persiguen a activistas mediante intimidaciones o seguimientos por la calle, siempre de civil y por teléfono. Además existe un exhaustivo control sobre los que viven dentro de la zona de exclusión. Los hacen tener un certificado de domicilio, les revisan la propiedad, ocupan los espacios privados, no ya los públicos solamente”, cuentan.
“En otras cumbres, como en Génova ‘01, donde la policía asesinó a Carlo Giuliani, un militante que vivía en una casa okupada, se colocaron contenedores que bloquearon las calles. En Seattle, la población movilizada fue impresionante y las fuerzas de seguridad no se encontraban preparadas para semejante oposición. Por este motivo fue posible detener la Cumbre. Muchos de los presidentes en aquella oportunidad no pudieron pisar la calle fuera de los hoteles”, rememoran. La última Cumbre, en Escocia, terminó en tragedia.
“Tenemos que sumarnos a otras actividades masivas, como la movilización callejera, y pretendemos que a las nuestras también se sumen otros”, cuentan los altermundistas que quieren asemejarse a una izquierda no parlamentaria, y se sienten inspirados en grupos surgidos en los ‘60. No pretenden participar de las elecciones. No quieren tomar el poder. El anarquismo, el antimilitarismo y el Mayo Francés están en sus génesis. “El odio no es contra Estados Unidos, porque vendrán otros países mejor posicionados que ocupen la misma política. La lucha es contra una forma de vida”, asevera uno que participa en una asamblea barrial de 15 personas en el norte del Gran Buenos Aires.Durante el 19 y 20 de diciembre hubo encuentros entre fuerzas políticas que hasta ese momento no tenían contacto. La web www.indymedia.org funciona como núcleo en ese sentido. Las actividades principales reunidas al calor de la Cumbre de los Pueblos están pensadas antes del comienzo. Sin embargo, otras agrupaciones proponen quedarse también el 5 de noviembre, cuando la Cumbre esté en su albor.
“Por debajo de la lucha contra la desocupación, la desigualdad, los temas candentes son el ALCA, los tratados bilaterales, la militarización y el agua. En la reunión del G-8 realizada en Escocia no supimos de qué hablaron. Sabemos lo que no queremos y lo justificamos, que es la forma en que funciona el mundo regido por el dinero y depredando salvajemente la naturaleza misma. Pero no tenemos la solución. Sabemos que queremos un cambio, pero no tenemos decidido cuál”, se sinceran. “Pero si nosotros vencemos el miedo que nos tratan de imponer, otros pueden hacerlo. Queremos romper con lo naturalizado, con lo concebido y la pasividad general. No queremos ser la vanguardia de la Cumbre, sólo una parte. A la vuelta de Mar del Plata nuestro futuro no está decidido.”
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