Te prefiero igual, internacional
› Por Javier Aguirre
Mientras en la Argentina nuestra cumbia villera (¿nuestra o, si no, de quién?) parece haberle copado la parada al rap, el –ahora– dúo chileno Tiro de Gracia introduce en su formato hip hop el discurso americanista y combativo que por aquí parece patrimonio casi exclusivo del rock latino y el nü metal. Precursores chilenos del rap, y quizás entre los más representativos de América latina, los TDG ostentan cierta saludable rareza: la de añadir en las letras, además de la predecible crítica callejero-social que es regla en el género, temáticas de mitos, fantasía y ficción, tal como puede chequearse en su álbum debut (Ser humano, de 1997) con la canción “Chupacabras”: “El chupacabras es un mito-huevada inventado por los yanquis. Dicen que es un alienígena que mata ganado, y había tenido mucha repercusión en México, así que nosotros lo tomamos para hacer una canción”, explica Juan “Pincel” Salazar, en velocidad oral crucero de trescientas setenta palabras por minuto. “Pero luego decían que el chupacabras había aparecido también en el norte de Chile, y en todas las radios empezaron a pasar nuestra canción... Se convirtió en algo raro. Estábamos por ahí y nos gritaban: ‘¡Eh, chupacabras!’.”
En lo que es casi una minuciosa división de poderes, Pincel es el encargado de las letras “míticas y oníricas, aunque también de hueveo y mujeres”, según su propia definición; mientras que su media naranja Fabián “Lengua Dura” Sánchez, con linaje de rap clásico y devoción por Run DMC y Public Enemy, se ocupa de la temática más social. “El rap es un deporte de contacto –arremete Pincel, mientras Lengua Dura almuerza y asiente–. Si en un show no aparece la improvisación ni el ida y vuelta, eso no es rap. Por eso en nuestras presentaciones el free-style se cumple todo el tiempo: si aparece un breakdancer, bien; si alguien quiere rascar un disco, también.” Tienen 25 y 26 años, y ya llevan diez de carrera (“empezamos como niñitos”), por lo que es tentador y hasta práctico el paralelo con los Illya Kuryaki: “Los Kuryaki están muy bien, abrieron camino. En Chile los seguían mucho las chicas adolescentes. Cuando empezamos, nosotros éramos como los Kuryaki chilenos; o sea, adolescentes haciendo hip hop. Pero hemos conocido más a los Geo Ramma, la verdad. Y ahora está sonando mucho allá ‘Mil horas’, del Sindicato Argentino del Hip Hop. ¿Es un cover, no? En general, la escena chilena de rap no es grande, es más bien under. Así que estamos muy atentos a todos los grupos latinos de rap; y nos llena de orgullo todo lo que tiene para decir el hip hop latinoamericano. Tiro de Gracia hace lo que antes hizo Control Machete: adueñarse del hip hop de Estados Unidos, alimentarlo de cuestiones latinoamericanas, y llevarlo de ciudad en ciudad.”
El alimento al que alude el verborrágico Pincel, además de nutrir letras como las de la canción “América” (incluida en su flamante EP Sueños, versión reducida editada en la Argentina de su tercer álbum Retorno de misericordia), se metaboliza en la inclusión de instrumentos folklóricos como charangos y cajas, y hasta un sample de... Los Chalchaleros. “Eso es buscar las propias raíces, más allá de que seamos un grupo de hip hop clásico. El hip hop es un lenguaje universal, lleno de códigos válidos en el Bronx, Europa, Japón o Santiago de Chile. Nuestro rap es internacional, pero a la vez latino y único”, rapea, vertiginoso y con ritmo, Pincel. Lengua Dura vuelve a asentir y se termina el puré. n
Tiro de Gracia se presenta mañana
a las 22 en Cemento, junto al Sindicato
Argentino de Hip Hop.