Hacia mediados de los ‘60 existió en Brasil un movimiento llamado “cinema novo”. Entre encuadres, decálogos y cintas de metraje, sus jóvenes directores se proponían filmar la tesitura de ese gran país (o pequeño continente) a través de una estética propia. Esta debía ser fiel tanto a su color como a su sufrimiento, y sin por ello perder poesía. La propuesta era hermosa, fundacional, sonora, visual, política e inabarcable. En Argentina, al igual que en otras partes del Sudamérica, la mecha prendió rápido. Cada país tenía sus “nuevos cines”. Desde entonces ya no fue tan raro ver a los jóvenes “con una cámara y una idea e la cabeza”, según afirmaba Glauber Rocha, el propulsor de un movimiento completamente alejado del pintorequismo. Como todo “nuevo cine” que se precie, tuvo su momento de apogeo, quedó olvidado, y con el paso de los años fue redigerido y apropiado por escuelas de cine, cineclubs y festivales. A esa larga lista de espacios debemos sumar ahora la televisión por cable. AXN (una emisora en la que rara vez pueden escucharse “chingadas”, “vacilar”, “che” o “voce”) concibió un festival de cine independiente como “un homenaje al arte escondido”. Bajo esta premisa se invitó a los realizadores nóveles de toda latinoamérica a participar del concurso, sin más directivas que “Pensar en corto”. El resultado es variado, tanto en géneros, formatos (y también en calidad). Pero si algo une a los 10 trabajos finalistas (de Argentina, Brasil, México, Colombia y Venezuela), y que podrán verse durante este mes por su pantalla, es la forma en la que el presente y localidad parecen fundirse en un fotograma en movimiento. Sin dudas la influencia de González Iñárritu, Meirelles y del pulso renovador del “Nuevo cine argentino” está presente. Sin dudas hay viejos temas tratados con nuevos ojos. Así pasan pobres, estigmas dictatoriales, terroristas, tráfico de órganos; al igual que filosofías de carnaval, nuevos modelos familiares y sueños de fama (los mismos que en otras latitudes). Por suerte hay “poco papagayo y muchas nueces”. Y como muestra del cambio de los tiempos, los espectadores pueden participar de un concurso por Internet, si su selección coincide con la del jurado pueden ganar un viaje a una ciudad latina (www.axnfilmfestival.com). Acaso sin la virulencia del cinema novo, pero con la misma potencia temática y menos preocupaciones a la hora del lugar donde volcar su trabajo, el conjunto de cortometrajes sirve, entre tanto codificado, para hacer una pequeña captura del continente.

* “Pensar en corto”, todos los sábados de octubre a las 19 por AXN.