Blues Motel, la tozuda y pertinaz banda de rocanrol reminiscente, grabó tres discos ¡en seis meses! ¿Exceso de creatividad, detonación de energía positiva, sobrepeso de ideas? Adrián Herrera, guitarrista y compositor, revela el enigma. “Se nos planteó como una alternativa de mantener a la banda en movimiento en un año que pintaba difícil para tocar. Al ser independiente, tenés que estar generando cosas todo el tiempo. Los discos de las bandas autogestionadas tienen menos “vida” que un disco editado por una compañía. Entonces, esta es una manera de estar dando vueltas lo más que se pueda.” La trilogía imparable empezó en junio con la edición de Golpea, disco en el que la banda muestra su faceta eléctrica, prosiguió con su contraparte acústica: En la casa de piedra y concluye con un tercero, mixto, que saldrá a fin de año. ¿Cuál es método de semejante productividad? Según Herrera, la simple tarea de resolver el grueso de las canciones en el estudio de grabación. “Generalmente se les buscan demasiadas vueltas a los temas, cuando al final, si la canción es buena, es buena con una guitarra acústica y la voz, no se necesita más.”

Además de su perfil acústico, el despojo y la frescura son los datos que definen En la casa de piedra, un muy buen disco, poblado de reminiscencias sesentistas y atmósferas sonoras que pegan certero en un núcleo emotivo “atemporal”. El grupo lo grabó en apenas siete días, tocando “todos juntos y al mismo tiempo”. “La idea fue que ningún instrumento pasara por un enchufe. Queríamos algo relajado, íntimo, cálido”, refiere Herrera.

—Qué sesentoso suena Destierro... insisten en buscar sonidos al ‘67 y el choque del rock con la música hindú.

—La idea de poner sitar en algún tema nos ronda desde que empezamos a tocar. Siempre nos gustó la época psicodélica, no sólo los Stones de Brian Jones o lo que hacía Harrison en los Beatles, sino un montón de bandas: los Zombies, Donovan, Love. Y la música hindú tiene una magia particular. Encima éste es un instrumento acústico, así que cerraba todo.

—¿Cosa de tres lo hicieron para mostrar a los rolingas cómo eran los Stones antes de Let it bleed?

—(Risas.) Hay una parte que muchos se están perdiendo, ¿no? Es una lástima que acá se tome a los Stones desde Start me Up en adelante: Jagger haciendo el baile del pato y eso. ¡Hubo vida antes de eso! Y sí, el tema tiene esa onda, tira para el lado de Banquete de Pordioseros, que los Stones grabaron casi íntegramente con instrumentos acústicos.

—¿Qué es la “casa de piedra”?

—Un lugar medio sagrado. Una especie de fortaleza donde estamos haciendo música, aislados de todo lo demás. ¡Y sin luz eléctrica!

* Blues Motel presenta En la casa de piedra este sábado en el ND/Ateneo, Paraguay 918.