OZOMATLI, DESPUES DE GIRAR POR ASIA
Estos chicanos asentados en Los Angeles llegan a la Argentina con su brebaje de rock latino, salsa, merengue, hip hop, funk y otras yerbas. Los ganadores del Grammy como “banda de rock latino alternativo” se preguntan, por cierto, “¿qué cojones es ‘latin alternative’”.
› Por Roque Casciero
Que una banda de Los Angeles con mayoría de chicanos en su formación, nombre de dios azteca y notoria influencia del rock latino haya girado por China, Nepal, Túnez, Jordania y la India antes de pisar América del Sur es, por lo menos, bastante extraño. Como para complementar la curiosidad de la gira asiática de Ozomatli, que de ellos se trata, hay que decir que fueron en una misión apoyada por el Departamento de Estado del gobierno de Bush, aunque la banda nunca se ha callado las críticas a la invasión a Irak, ni al modo en que se trata a los inmigrantes. “A nosotros también nos sorprendió que nos llamaran y lo primero que preguntamos era si sabían qué clase de banda éramos”, recuerda entre risas el saxofonista y clarinetista Ulises Bella, uno de los seis integrantes originales del combo. “Parece ser que una mujer que trabaja en el Departamento de Estado escuchó una entrevista que nos hicieron por radio y la música la impactó tanto que insistió para que fuéramos nosotros. Claro que no íbamos a incendiar una estatua de Bush en los conciertos, pero nadie nos censuró. Si en una entrevista nos preguntaban qué opinábamos sobre la situación de los inmigrantes, nosotros dábamos nuestro punto de vista... ¡a huevo!”
Pues bien, después de tan exóticos destinos –fueron la primera banda estadounidense en tocar en Nepal–, finalmente los Ozomatli desembarcarán en la Argentina con su cóctel de rock latino, salsa, merengue, hip hop, funk y otras yerbas: el sábado tocarán en The Roxy y también formarán parte de Cosquín Rock. Todo en el marco de la gira de presentación de Don’t Mess with the Dragon, su cuarto álbum de estudio. “Ya era hora”, dice Bella. “Hace años que queríamos ir, pero siempre se nos complicaba para conseguir promotores. Espero que después de esta visita podamos viajar más seguido.” Según el saxofonista, “grupazos” como Soda Stereo, Los Fabulosos Cadillacs y Café Tacuba fueron una influencia “de alguna manera” para Ozomatli, aunque aclara que la banda nunca quiso encasillarse en la escena de rock en español, “que en 1995 (cuando se formó el grupo) era bastante grande en Los Angeles”. “No queríamos meternos en una cajita y eso nos ayudó en cierto sentido, en otros no.”
–¿En qué los perjudicó?
–Al principio había mucho pedo con las estaciones de radio por la mezcla del inglés y el español, aunque diez años después no es nada raro con el reggaetón o con la Shakira.
–¿Se sienten más cerca del rock latino que del anglo?
–No sé, porque hemos tenido oportunidad de hacer giras enormes con grupazos del rock en español y nos fue muy bien, pero también sucedió lo mismo con bandas de rock anglo. Para nosotros la música es música, a lo sumo la dividimos en buena o mala. Lo bonito de estar con las bandas de rock en español es la vibra que se genera.
–Bueno, pero ustedes han ganado un Grammy como banda de rock latino alternativo.
–¿Cuál es el sentido de eso? ¿Qué cojones es “latin alternative”? En ese concurso del Grammy estábamos nosotros con la Julieta Venegas, los raperos Akwid y no sé quién más, artistas muy diferentes. Pero parece que era la cajita para ponerles a todos estos grupos...
–Que tienen la piel un poco más oscura.
–¡Seguro! Pero la fusión va a pasar, de un modo u otro. Piensa en la época en que había moros en España: se generó un mestizaje que, pese a que los echaron a patadas, tiene una influencia enorme. ¡A huevo que la fusión va a pasar!
Algo de ese choque de planetas sucede hoy mismo en Los Angeles, según Bella, y eso inspiró a Ozomatli para crear la canción City of Angels: “Hay muchos temas que hablan sobre la ciudad, pero quisimos tener el nuestro para contar lo que está pasando hoy con el mestizaje. Creo que es como un adelanto del futuro del mundo, porque todas las grandes ciudades van a ser mestizas en unos años”. La vida en LA también inspiró La temperatura, creada el 1º de Mayo de 2006, el “día sin latinos” en el que la comunidad hispana salió a manifestarse para demostrar la importancia de su aporte a la vida económica y cultural de Estados Unidos. “Estábamos grabando el disco en el estudio, el bajista y yo pensábamos que nos estábamos perdiendo la protesta, así que fuimos a ver esa energía”, recuerda el saxofonista. “Había millones de personas en las calles, así que regresamos motivados para hacer una canción sobre el modo en que esos manifestantes pararon al sistema.”
–¿Cómo es tener a Terminator como gobernador?
–¿Cómo te lo digo? ¡Tengo un actor como gobernador! Ganó por ser famoso y como político ha hecho muchas cosas con las que no estoy de acuerdo. Por ejemplo, su apoyo a la guerra y el tratamiento a los inmigrantes, siendo el hijo de puta un inmigrante (Arnold Schwarzenegger es suizo).
–¿Por qué la música de Ozomatli tiene influencias tan variadas?
–En primer lugar, por Los Angeles: cuando iba a la escuela, en el autobús sonaba de todo. Pero la mayor parte de cómo se espesó el sonido viene de la historia de cada músico de la banda, porque cada uno vino de una educación musical diferente, sea formal o informal. Asru (trompetista y cantante) estaba involucrado en la escena de salsa, merengue y cumbia, mientras que yo venía de la escuela del jazz, aunque también me gustan el ska y el punk. Y Jiro (Yamaguchi, percusionista) sólo estudió tablas y percusión de la India. En esa mezcla salió este sonido muy orgánicamente.
* Ozomatli toca este sábado 2 en The Roxy (a las 19) y el 8 de febrero en Cosquín Rock.
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