MTV Latinoamérica organizará por primera vez este año la entrega de sus premios Video Music Awards, el jueves 24 de octubre en Miami, con Mario Pergolini como conductor (ya lo hizo saber en sobredosis por su programa de radio) y Diego Torres como el argentino más nominado, con cinco candidaturas. El autor de la música de Canal 9 (“Color esperanza”, la favorita de Hadad) competirá como “Mejor Artista del Año” con Shakira, Alejandro Sanz, La Ley y Juanes; y “Video del año” con la novia de Antonio, Paulina Rubio, Enrique Iglesias y Juanes. Entre las “revelaciones” de la división sudeste –verdadero grupo de la muerte– están Bandana, Jorge Drexler, Leo García, Daniela Herrero y Los Parraleños. Así de variopinto. Hay nominaciones para Babasónicos y Catupecu (ambos con 3 nominaciones, una de ellas para “Mejor Grupo”), Gustavo Cerati (tiene 2), Bersuit y Erica García. La votación para elegir a los ganadores, lanzada esta semana, se hará a través de la página www.mtvla.com
Dos de los VJs históricos de la señal que apareció en el cable latinoamericano en los ‘90 estuvieron en Buenos Aires acompañando al local Alejandro Lacroix en la grabación de un programa especial con los nominados: son el chileno Alfredo Lewin, que enriqueció los backstages contando anécdotas sobre el hampa y la familia Bolocco; y el favorito del No, el mexicano Arturo Hernández, actual conductor de la versión norte de “Conexión MTV”.
Arturo es una especie de chanta bueno, su voz es igualita a la que el doblaje asignara a Maxwell Smart, dice que el DF está lleno de argentinos, y brinda datos sobre su peculiar proyecto independiente, un piloto para TV llamado “Buscando al Mesías”. “Es un programa de viajes con otro toque. Dios le encarga a tres nuevos Reyes Magos que busquen a un nuevo Mesías entre todos los bebés nacidos en la noche del 1/1/2000. Son un astrólogo de la TV, Melchor Monarca; un presentador de videoclips que soy yo, Gaspar Reyes; y un futbolista jamaiquino, Baltazar King. Una enfermedad, pero bien producida. Todavía no se lo pude vender a nadie...” Arturo tiene 32 años y dice que ya no es un chavo, pero le brillan los ojos cuando recuerda sus días como estrella: “La TV me cambió la vida. Durante el ‘97 y el ‘98 tuve mi fantasía de rockstar. Vivía en Miami, y hacía VJ life: me levantaba a las once, iba al gimnasio, después al hotel más glamoroso de la ciudad a tomar un martini (ya no necesitaba pedirlo, llegaba y me lo servían), grababa una o dos veces a la semana para MTV... Probé ese delicioso sabor”. Ahora habla de su ex auto: “Era un Plymouth ‘68 que le había comprado a Gonzalo, otro VJ mexicano. Una bestia de coche; negro con techo verde fosforescente, se llamaba El Avispón Verde. Cuando me dijeron que podía elegir un nombre de siete letras para la chapa le puse Zedillo, que era el presidente mexicano de entonces; súper loser. Después lo dejé botado como seis meses, y cuando lo abrí, estaba lleno de renacuajos. Pobre Gonzalo, lo había armado él. Se enojó mucho. Lo había pagado 2500 dólares, y terminé vendiéndolo a 1500”.