SOPHIE ELLIS BEXTOR, LA BRIT POP
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› Por Pablo Plotkin
En el Hilton, el hotel en que Darín y Pauls tramaron la venta de una increíble plancha de estampillas, Sophie Ellis Bextor se aparece enfundada en un vestido negro pegado al cuerpo, pálida y espigada. Aparenta más años de los que tiene –22– y, un rato después, cantando sobre el escenario de Buenos Aires News, la sensación será mucho más fuerte. Sophie se para, compone y se maquilla como una mujer madura, a pesar de ser una estrella pop post-adolescente. Representa la elegancia de ciertas cantantes de la época disco, y sus canciones varían entre un clasicismo refinado y un sonido standard relajado y anodino. De cruzada promocional, pasó por acá el fin de semana pasado, dio algunas entrevistas express y cantó seis temas en el News sobre una base pregrabada, con un par de extras argentinos que hacían como que tocaban.
En Read my Lips, su primer disco, la ex cantante del grupo The Audience dejó en claro su espíritu retro-pop. Sobre bases electrónicas funcionales, Sophie se revela más hedonista que romántica, más cerca de la boîte que del after hours. “Nací en el ‘79, así que cuando explotó el acid house, a fines los ‘80, yo tendría unos nueve años. Para mí fue mucho más excitante la aparición del brit pop. Creo que nos captó a todos los que por entonces teníamos 14, 15 años. Actualmente, mi relación con el dance sigue siendo distante. No voy a bailar. La música que hago es bailable, pero del lado del pop. La música dance pura, para mi generación, no representa demasiado. Eso es para los de treintaipico.”
Sophie vivió en Londres toda la vida. Sigue yendo a los mismos pubs y asegura que nada ha cambiado desde que, dos años atrás, se alió a DJ Spiller para pergeñar el hit “Groovejet (if this ain’t love)”. Para Ellis Bextor, ser estrella pop fue la consecuencia lógica de un plan preconcebido. “Significa que podés elegir y tomar cosas de un montón de géneros. En sus mejores expresiones, el pop es una forma de arte increíble, tal vez la mejor de todas las músicas. Se abusa mucho de las armas del pop, pero a mí no me interesa lo que se escucha hoy y se tira mañana. Pensemos en Blondie, The Pretenders, David Bowie. El buen pop.”
Se define como una “compositora tradicional”. “Muy británica”, agrega, “y a la vez muy europea”. Canta bien, se porta bien y vende bastante bien. Y no la ponen paranoica los flashes fotográficos. “No voy a los clubes de moda, no me tambaleo borracha por ahí, no tengo un affaire con nadie, no voy a tener un hijo, no me voy a casar, no me voy a divorciar...”
–Sos una buena chica, Sophie...
–Sí, bastante. Y discreta.