UNA NOCHE EN LA BIZARREN MIUSIK PARTI
› Por Facundo García
Se disfrazan de integrantes de la Brigada Z, encarnan a Sailor Moon y emulan a Píkachu; o simplemente lucen con orgullo esa camisa hawaiana que los demás juzgan impresentable. Sean cuales sean sus mambos individuales, cada vez son más los que se cansan de ir a conchetear a los boliches y deciden deschavarse. Cientos de estos desatados estuvieron el viernes y el domingo en los regresos de –agárrense fuerte– Ariel de Commanche, Los Ladrones Sueltos y Machito Ponce. ¿Pasó en Ritmo de la noche? ¿En Arriba las gomas? No, fue en las Fiestas Bizarren, que en la penúltima celebración de este año ofrecieron una verdadera ensalada de estrellas crepusculares y se confirmaron como uno de los hallazgos de 2008.
Diez pibes de una iglesia evangélica atinaron un pogo pacifista cuando Willy Polvorón se hizo cargo de la previa. El trovador del Tercer Cordón del Conurbano subió con una tira de morcillas al cuello y compartió sus composiciones populares filosóficas, entre las que destacó, como siempre, la célebre máxima: “La vida es una sucesión de asados”. Luego del cierre de Willy con un Let it Be que casi hace salir de la paz eterna a George Harrison, se vino la expectativa pre-Commanche: ¿se habría quedado pelado aquel mechudo carilindo que cantaba “estoy / estoy perdiendo la cabeza por ti”? Nada de eso. Ariel apareció con un peinado corto de galán porno soft, el lomo en su lugar y claritos (porque hay cosas que el tiempo no cambia). El éxtasis de las chicas que lo habían tenido en sus posters adolescentes era atronador.
Y eso que el escenario Bizarren –en el que ya brillaron Pablito Ruiz, Jazzy Mel y Pocho la Pantera, entre otros– tenía más para ofrecer. Mientras se preparaba el próximo número, el público hacía largas colas para meter la mano en “La caja misteriosa” y adivinar qué había adentro, golpear una bolsa de boxeo o regalar ofrendas al cantante de Los Ladrones Sueltos. Paula se sentía a gusto: “En la fiesta anterior me disfracé de saquito de té”, recordó. “Igual, lo que solemos hacer es salir todo el grupo decorado en composé: venimos todos de animales, o todos de superhéroes. Somos más o menos diez.” Entonces llegó el turno de Los Ladrones Sueltos. “Hay canciones que perduran en el corazón de los que se atreven a cantarlas”, pinchó el frontman Christian Puga. La rubia en el avión, No le dijo nada y otros temas fueron excusa para que el baile entrara en su tramo más caliente, instancia que la banda eligió para avisar que está preparando un nuevo disco (¡tiemblan los Pibes Chorros!).
Poco después, la fotógrafa del NO intentaba trabajar sin que la absorbiera el trencito despertado por el jingle de Si lo sabe, cante. La salvó la aparición de Machito Ponce. El “dominicano de Villa Domínico” abrió con Póncelo. Otras obras maestras del castellano, como Plástico o Samanta, provocaron la sorpresa de saber que por capricho cósmico nadie ha olvidado esas letras. A esa altura estaba claro que el público es la figura principal de las Bizarren, y que los aplausos dedicados a artistas –desplazados por el mismo mercado que los creó– combinan la alegría con cierto aire de comprensión.
* La próxima Bizarren Miusik Parti es el 26 de diciembre a las 23.30 en El Teatro Roxy (Lacroze 3455). Tocan el Grupo Tremendo, Teto Medina y Alcides. Más info en www.bizarren.com.ar
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