OTROS DOS BUENOS ESTRENOS ARGENTINOS
Un pesado y un marciano
”Hay que ser honesto para vivir fuera de la ley”, cantó alguna vez Bob Dylan, y aquel verso se hace película en Un oso rojo. Y eso más allá de la cumbia que musicaliza el tercer largometraje de Adrián Caetano (Pizza, birra, faso, Bolivia). A pesar de tanto reconocible paisaje suburbano, gracias a los colectivos y a la cerveza, la historia del Oso es un western clásico en el que los remises son los caballos y los bares, el saloon. “Una de tiros”, como le gusta definirla a su director, pero con códigos. Su protagonista es un preso que sale tras comerse ocho años de cárcel, luego de matar a un policía en un asalto. Un hombre decidido y jugado en busca de la vida que perdió, su familia, su mujer y –especialmente– su hija, a quien le promete que no volverá a la cárcel. Así se completa, junto a El bonaerense, una pintura suburbana de la vida a ambos lados de la ley: si aquel film es un estudio naturalista, Un oso... es nada más que un film de aventuras. Bien oscuro y con mucho paisaje, con un héroe encarnado por Julio Chávez que se revela como nuestro pesado de pantalla grande: un pesado de jeans, una remera estirada por todos lados, y el nombre de su hija tatuado en el brazo. Un tipo con códigos. Los mismos que honra Caetano al filmar sus tiroteos, contra malos con o sin uniforme, y con un sorprendente René Lavand (¿se acuerdan de aquel mago manco?) incluido en el reparto. M.P.
Ser un marciano con residencia en la Tierra no es nada fácil, y si para peor la experiencia ocurre en la Argentina actual, el alien se encontrará –efectivamente– alienado. Mercano, aquel marcianito verde que en formato de dibujos animados apareció en Much Music, estrena hoy como largometraje. Su director Juan Antín (creador del personaje, junto al dibujante Ayar B) descubre ante el No que el paso de los cortos al largo no fue traumático: “Teníamos hechos 50 capítulos, que en total suman 120 minutos, y la película dura 75. Con un largo podés ir a cines y al menos recuperar algo de plata, porque a los cortos los canales de televisión te los pasan, pero como de onda”.
Mercano el marciano, opera prima de Antín, incluye en su banda de sonido canciones de Jaime Sin Tierra y Leandro Fresco, además de las voces que prestan para algunos personajes Fabio Alberti, Roberto Carnaghi y Graciela Borges, cuyo clásico vozarrón es el de la esposa de Sr. Economía, un adinerado empresario estadounidense (“en esta película, los malos son los yanquis”, festeja Antín). Que los villanos sean burócratas y empresarios no es un detalle menor, ya que la película radicaliza la argentinidad de la serie: “En los cortos, la Argentina estaba vista como un decorado, pero en la película hay más interacción, es muy de actualidad. Hay una corporación que se adueña de todo y deja a la gente en la calle... Hasta hay saqueos, policías que explotan... Mercano es víctima: ya resignado a que no lo van a rescatar, idea un Marte virtual que es un éxito, y la Corporación lo caga. Es el individuo –el marciano– frente a las corporaciones, que siempre te terminan cagando”. J.A.