Jueves, 25 de marzo de 2010 | Hoy
DEMAGOGIA II: ENTREVISTA A PAUL BANKS, JULIAN PLENTI O JUANITO
El cantante de Interpol se refiere al público argentino como el de “mejor reputación”. Su cambio de nombre es una apuesta a que la música pueda valerse por sí misma. “En diez años nos entenderán”, dice Banks.
Por Luis Paz
Paul Banks es uno de esos tipos que creen que AC/DC debería hacer su set de rock simple pero efectivo para siempre, sin jamás osar experimentar. Lo que lo saca del grupo de tipos comunes es ser el cantante de Interpol. Y lo que lo pone acá es la edición de Julian Plenti is... Skyscraper, debut solista firmado con seudónimo y no del todo alejado del sonido de la banda que facturó las canciones Slow Hands y Obstacle 1, y se ganó un lugar entre los grupos más oscuros del revival post-punk durante la década pasada, con sus guiños a Joy Division, Dinosaur Jr. y Bauhaus. “Hay un solo tipo cuando se trata de hacer música: yo. Julian Plenti, Paul Banks, Juanito, me da igual. Pero elegí publicarlo como Julian Plenti para esquivar eso de que es el disco del cantante de Interpol. Quería que valiera por sí mismo”, explica él.
Algunas canciones son incluso anteriores a su ingreso a Interpol, en 1998. Otras son más recientes. “Pero todas, por igual, son parte de mi historia y han estado en mí, como ideas, como melodías, como intenciones, durante mucho tiempo. Tenía que vomitarlas y hacerlo fuera de la banda.”
–En la banda soy un contribuyente, uno más en un grupo de personas. Es la primera vez que pueden escuchar al ciento por ciento mi idea de música, sin concesiones. El disco tiene un tempo tranquilo, pero hay momentos en los que necesito ir al palo. Hay un tema que es como punk progresivo. Siempre hay diferentes energías dando vueltas, aunque prefiero las baladas.
Banks compuso Julian Plenti is... Skyscraper (o Skyscraper, a secas) en su computadora, por una decisión más bien utilitaria: “Me dejaba meterle todos los instrumentos que quisiera”. Pero no estaba dispuesto a falsear música en un disco, así que convocó a un grupo de amigos (Sam Fogarino, el baterista, es el único Interpol invitado), consiguió violines, cellos y otros instrumentos para contentar sus delirios, y le acercó la grabación a Matador, el sello que había editado el debut de Interpol de 2002, Turn on the Bright Lights. “Quería publicarlo en un sello chico para que la gente lo fuera descubriendo de a poco. No quería una major poniendo montones de publicidad para inflarlo, ni que nadie ‘estilizara’ el disco para que vendiera más. Quería que el CD tuviera la misma intención que todas esas cosas que compuse en mi computadora durante estos años y fuera fresco.”
Si Interpol se ajusta al concepto elegido en ese nombre (lo preciso y lo ordenado), Skyscraper no se sale de esa línea, aunque explora bastante más ciertas texturas casi acústicas y algunos elementos bailables. Es cierto que el resultado es algo inconexo, pero es absolutamente parejo en cuanto a la calidad de las composiciones: Only if you Run y Games for Days están a la altura de cualquier tema del disco Antics, lo mejor de Interpol. “La verdad es que nunca vi a Interpol como una banda con un sonido rastreable, eso lo dicen los medios. Y es frustrante que no puedan ver cuánto hemos cambiado entre disco y disco. Pero, bueno, en diez años nos entenderán.”
–No estoy seguro de que sea un álbum más maduro, pero es diferente en cuanto a los temas, eso te lo acepto. Nunca pensé que escribiría sobre una chica que vi en la tele (se refiere a Girl on the Sporting News), pero fue lo que me pidió esa imagen, esa porción de música, ¿se entiende? Cuando canto algo, es porque la música me está marcando que debo ir por ahí.
Para Banks, todos los caminos conducen a un escenario, pero incluso él admite que necesita vacaciones pronto. “Me pasé las últimas grabando Skyscraper (aquí distribuido por Ultrapop) porque no quería posponerlo más, pero necesito parar”, se excusa al teléfono, parco para las respuestas, pero interesado en volver a explicar todo frente a cada nueva pregunta, como si no quisiera dejar nada fuera de su control. Por eso se frena: “¿De qué lugar me dijiste que eras? ¡Ah, de Argentina! Tu país tiene posiblemente la mejor reputación como público. Cuando una banda vuelve de tocar allá, siempre hablamos de ustedes. Me acuerdo de cuando tocamos con Interpol (en 2008), todo lo que viví fue hermoso. Tal vez volvamos en 2011”, promete Banks. O Plenti. O Juanito. Da igual.
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