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Hace algunos días, Google publicó su ranking de las palabras más demandadas por los argentinos en este motor de búsqueda. La primera fue Facebook, mientras que la segunda es el del artista revelación no sólo de esta edición de la encuesta anual del NO, sino de cuanta lista aparece sintetizando lo mejor de 2011. Los Wachiturros inventaron el paso de moda, patentaron la canción del momento, evidenciaron la influencia del reguetón en la cumbia, y le pusieron la chapa identitaria a una tribu que hasta hace poco pasaba inadvertida. ¡Todo esto en tan sólo siete meses! Desde su aparición en el programa Pasión de Sábado, la gran boy band del país, que a partir del uso de chombas Lacoste disparó las ventas del cocodrilito de la elite —al punto de que la marca no sabe qué posición asumir ante el fenómeno ocasionado por una propuesta cultural periférica—, generó emociones encontradas. Son tantos los que los admiran como los que los odian.

El sexteto, en el que las edades de sus integrantes oscilan entre los 16 y los 21 años, culminó el 2011 de la forma más lógica y, al mismo tiempo, inesperada: con un Gran Rex el pasado domingo, hecho inédito en la historia de la música popular contemporánea argentina, sobre todo si consideramos su breve trayectoria. “Nos sentimos muy orgullosos de haber llenado semejante teatro”, asegura Leito, el DJ de Los Wachiturros, vía telefónica desde Neuquén, a donde viajaron apenas bajó el telón de su debut en calle Corrientes, para cumplir con una serie de compromisos promocionales. “Lloramos, reímos y disfrutamos con toda nuestra familia ese día. Así que estamos muy contentos.” Al mismo tiempo, recibe la noticia de que se llevaron el premio al artista revelación de la encuesta de este suplemento, votada por sus pares músicos. “Con tan poco tiempo, ser elegido el artista revelación nos pone muy contentos. Todo eso se lo debemos a la gente, al éxito que estamos teniendo gracias a ellos.”

Pero a Leito no le sorprende tanto la elección. Lo que lo desconcierta es que sea el rock el que haya tomado la iniciativa de situar a su banda en lo más alto de la categoría. “¿Me lo decís en serio?”, pregunta. Si bien a Pablo Lescano se le debe el achicamiento del limbo entre uno y otro género, ahora Los Wachiturros disfrutan de las consecuencias. “Me sorprende que colegas tan importantes como Banda de Turistas nos tengan en cuenta, porque somos nuevos en esto. Nos alegra que haya gente conocida que nos considere buenos artistas.” Al tiempo que se reprodujeron sus imitadores tanto acá como en Chile, su segundo bastión de popularidad, el combinado de Morón, tópico de moda para sociólogos y antropólogos, prepara las canciones del sucesor de su primer álbum, llamado igual que su hit, Tírate un paso, que ya pasó la barrera de las 10 mil unidades vendidas. “Después de esta gira, descansaremos. En el verano trabajaremos a full, y terminaremos de darle formas al nuevo disco a ver qué pasa.”

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