“Lo mejor aún no ha llegado”, le decía Javier Casas al NO tres años atrás, cuando el hardcore y el punk local saboreaban las mieles de una primavera (auto)revisionista, a través de un boom de libros testimoniales (Historias del Bs. As. Hardcore), rockumentales (Ellos son Los Violadores y 25 años de Hardcore Punk, el documental) y regresos. Mientras tanto, Nueva Etica se expresaba como la avanzada local del género, por encima de los restos fósiles de la añorada y fulgurante escena B.A.H.C. Entonces, el grupo venía de atravesar América latina de cabo a rabo, además de realizar una intensa gira por Japón y treinta shows en Europa –organizados por la misma agencia de Madball, Agnostic Front y Hatebreed–, como forma de sostener el lanzamiento internacional de sus discos a través de una red de sellos independientes extranjeros. En resumen, un titánico trabajo de once años, inspirado por la hombría y también por el hambre. “A nosotros nos rinde tocar sin parar y, lamentablemente, eso aquí no sucede por falta de estructura”, se lamentaba el guitarrista en aquella nota de junio de 2009.

Treinta y cinco meses después, la foto no parece ser muy distinta: este sábado presentan a todo trapo en El Teatro su primer DVD, grabado en vivo en Brasil. “Nos pareció una buena forma de mostrar otro público”, revela Casas ahora, y agrega: “Además, San Pablo es nuestro segundo hogar”. Fue en dominio paulista donde comenzaron a tantear su potencial internacional, cuando ni siquiera habían editado discos. Muchos de los músicos tuvieron que transitar los 2600 kilómetros de distancia a dedo. Editado por el sello brasileño Seven Eight Life (también escudería de otros créditos criollos como Sudarshana, Nueva Escuela, Columnas y Las Palabras Queman), Esto es Sudamérica resume los casi quince años de la banda a través de un incendiario show ofrecido en 2010 en el mítico Hangar 110 de San Pablo, al que suman imágenes de conciertos en los otros continentes en que tocaron.

–Hicieron giras por tres continentes, tienen discos editados por sellos extranjeros y un DVD grabado en otro país. ¿Nadie es profeta en su tierra?

–Después de Cromañón, la mano se puso muy difícil en capital porque se cerraron muchos lugares y sólo quedaron salas grandes a precios imposibles para bandas independientes como la nuestra, que se autogestiona y trabaja con productores independientes. Los primeros años fueron muy duros para el hardcore y para la música en general, y ese escenario potenció nuestra política de buscar caminos en el exterior, aunque antes tampoco habíamos sido de tocar mucho acá. También debemos reconocer que gran parte de nuestro público actual no viene específicamente del género que tocamos, ya que se acercaron muchos fans de A.N.I.M.A.L. cuando se separó esa banda.

–¿Se sienten depositarios del legado de la escena B.A.H.C de los ‘90?

–Nosotros no fuimos una banda activa en esa época inolvidable, aunque pertenecíamos al público. Estoy hablando de los años ‘93 y ‘94, cuando Internet no existía y la gente apoyaba mucho a los shows locales y los sellos independientes. Aunque todavía hay muchos de esa escena activos, creo que seguir estando en la movida creando música, difundiendo ideas y tratando de generar un cambio es una buena forma de asumir aquel legado.

–Como militantes straight edge, ¿hasta qué punto creen que se puede vivir desintoxicado en un mundo en el que las manipulaciones químicas y genéticas llegan hasta los suelos y los alimentos?

–Es imposible mantenerse ciento por ciento al margen. Simplemente se trata de hacer lo mejor para con uno mismo. Si bien el straight edge propone una vida libre de intoxicaciones, lo importante no es el rótulo sino vivir sanamente. Cuidarse uno mismo y a los que lo rodean, ésa es la idea. Nosotros adoptamos esa filosofía llevándola a nivel personal, y nos parece genial que muchos pibes se sientan identificados con ella. Y con los que no, está todo bien: nuestras puertas están abiertas para todos.

* Nueva Etica toca el sábado 26 de mayo en El Teatro (Rivadavia 7806). Desde las 18.