Jue 02.08.2012
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CINE GORE / BIZARRO III: OLYMPIA

Sólo entre chicas

Leo Damario utilizó dos géneros porno para disparar la historia de su opera prima, que es un largometraje que muestra a una película al “borde” de lo legal en la previa de su primera gran fiesta, donde la esperan 16 tipos en una sola toma.

› Por Facundo Enrique Soler

La industria pornográfica se renueva constantemente y sus distintas variedades para satisfacer el placer (o morbo) de la clientela cada vez se vuelven más rebuscadas. Durante la última década hubo dos géneros que crecieron dentro del mundo de los que pagan por mirar: el primero es el “gang bang”, un todos contra uno sexual de proporciones desvariadas donde generalmente varias docenas de muchachos pasan por todos los orificios de una señorita dispuesta a recibirlos (el record mundial lo tiene la actriz estadounidense Lisa Sparxxx, tras encamarse con 919 hombres el mismo día). La otra gran variante en demanda del porno es “barely legal”, el título que les ponen a las chicas que recién cumplen 18 años y ante los ojos de la ley pueden mantener relaciones sexuales con adultos y, frente al apetito sexual de sus pretendientes, siguen guardando una estética adolescente o aniñada.

Leo Damario utilizó estos dos géneros para disparar la historia de su opera prima Olympia, un largometraje que muestra a una “barely legal” en la previa de su primera “gang bang”, donde la esperan 16 tipos en una sola toma. Pero la estética del film está muy lejos de ser un relato pajero de una orgía, sino que explora las andanzas de Olympia (así se llama la protagonista, encarnada por la modelo Mora Escola) en un mundo mirado exclusivamente con ojos femeninos, donde comer un damasco es más sexy que cualquier coito posible. “Quería hacer una película tan naïve como Juno y tan trágica como Kids”, comenta Damario al NO cuando se le recuerda una escena muy particular, un pantallazo de la cuenta de Twitter de la protagonista, una Sasha Grey de Puerto Madero, en el instante en que se entera de su embarazo y posible contagio de VIH. “Así es como yo las miro a ellas, así es como miro al mundo. La búsqueda que tiene Olympia no es obscena. Me llamaba hacer una película que seduzca a las mujeres viendo a las mujeres. La belleza que se maneja es tan sublime y refinada que las chicas terminan queriendo ser como la protagonista.”

La obsesión y devoción de Damario por el mundo femenino es evidente durante las dos horas que dura Olympia: en ese transcurso el único hombre que aparece en escena (luego de un variado elenco de modelos femeninas) es Lolo Fuentes de Miranda!, en lo que significó su debut actoral. El guitarrista tuvo que encarnar el papel del ex de la flamante pornstar y la estética que hereda por consecuencia es la de un pervertido grasa que siente cierto orgullo por haber hecho sangrar a la chica en su primer acto sexual. Estos matices dejan entrever una intención del director para vengarse del machismo que reina en el ambiente del modelaje, la publicidad y hasta el rock. “Las actrices con las que trabajo me cuentan que a veces en los castings los encargados las manosean o se pasan de vivos. Este medio me resulta muy sexista y cosificador, eso me da asco. En mis sets de filmación intento que haya un ambiente de respeto absoluto”, aclara Damario.

Olympia tiene muchas aristas que llaman la atención. Está filmada con un proceso retro pero novedoso, un enfoque de planos cerrados con luces inadecuadamente cómodas que recrean la sensación de no estar viendo una película sino varias fotografías acompañadas de diálogos. El elenco, más allá de las modelos femeninas y la visión negativa del macho cosificador, también incluye a Mercedes Morán como una coach sexual, Edda Bustamente en el papel de una magnate porno y Mercedes Iñigo con una aparición fugaz en la sensual sesión de fotos de Olympia. La música, un recorrido interesante por gemidos, fiestas y melancolía, es obra de otro integrante de Miranda!, el mismo Ale Sergi.

La distribución de Olympia también se escapa de lo normal, el film nunca llegó a una sala común y en realidad sólo fue proyectada en la edición de este año del Festival de Berlín y en una avant-première en la peluquería local Roho el mes pasado. “Me gusta que la película tenga esa histeria y no sea fácil de ver, que elija al espectador y no al revés. Mi interés pasó por hacerla no por que la vean”, explica Damario, un director joven de 26 años que en una carrera corta pero intensa realizó dos documentales de Babasónicos, varios videoclips en el mundo del rock (Miranda!, Deborah del Corral y Una Fábrica, entre otros) y muchas publicidades. El próximo proyecto es otro largometraje con vistazo a un mundo femenino, pero en esta ocasión con un enfoque en una relación amorosa, el matrimonio igualitario y la infidelidad. La película lleva el nombre de Resentimental y cuenta con las actuaciones de Leticia Brédice y Juanita Viale, la pareja en cuestión. La grabación comienza en diciembre.

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