LA HEGEMONíA DEL VIDEO DIGITAL
Sólo en la Argentina, más de un millón y medio de videos fueron vistos en YouTube durante el mes de agosto. Es decir, los usuarios argentinos se clavan 50 mil videos por día.
› Por Javier Aguirre
Y de pronto conocíamos el videoclip pero no recordábamos la canción. El milenio pasado terminó con el videoclip coronado como herramienta (comercial) imprescindible para la difusión de música popular. Las superproducciones ochentosas y noventosas del rock y el pop no pijoteaban nada: maquillaje, estrellas invitadas, animación incipiente, coreografías multitudinarias, robots, piscinas con tiburones, supermodelos en celo, helicópteros, fieras salvajes, tomas aéreas de tractores escribiendo el nombre de la canción sobre una hectárea sembrada, locaciones recónditas, lanzallamas, producción en material fílmico y todo lo que el dinero (de la división “Promoción y Marketing” de las discográficas multinacionales) pudiera pagar en pos de conseguir el videoclip más llamativo, más impactante y más atractivo para las señales de TV dedicadas a la música o, para más precisión, a los videoclips, llamáranse MTV, Much Music, Q, CM, VH1, Music 21 o la que estuviera en la grilla en cada momento. Todo por la alta rotación (o “heavy rotation”, como se decía, y está claro que lo de “pesado” era bastante certero para aludir a ciertas repeticiones constantes, sí).
Los videos zarpados, barrocos, costosísimos, descomunales, ambiciosos e hiperbólicos de Michael Jackson o Duran Duran tuvieron su correlato, poco después, en la Argentina, con presupuestos más modestos, pero en un punto, comparables: no parecía raro que, en su pico de popularidad, artistas argentinos de rock como Soda Stereo o Los Fabulosos Cadillacs, fichados también por multinacionales, lograran recursos para financiar videos de alta gama.
Hoy el mundo parece otro. Los canales de videos no dan (casi) videos, o en todo caso los clips son apenas un elemento más, y con peso específico recesivo, en una programación que elige basarse en realities, programas para buscar novia, sitcoms, series, dibujos animados, bloopers o películas viejas con algún link musical en su elenco o banda sonora. Y esa hegemonía que tuvo la tele a la hora de difundir un video de un músico ha pasado de manos, claro, en beneficio de Internet. En especial, del coloso YouTube (otro emprendimiento del... Grupo Google). Con otras reglas y otras posibilidades, como los presupuestos menores, la inmediatez, las nuevas puertas digitales que se abren todo el tiempo y rediscuten el negocio, y la independencia del criterio –o de los intereses– de programadores y/o amigotes del bajista que trabajaran en el canal.
Con empresarial diplomacia, Florencia Bianco, gerente de Comunicaciones de Google, asegura ante las cámaras del NO que YouTube no compite con señales de TV ni con discográficas. “Son relaciones complementarias, la TV y YouTube siempre se han potenciado mutuamente, y las discográficas son las que más impulsan los videos de sus artistas en YouTube”, señala Bianco, y destaca: “Además de la búsqueda de rarezas, o de versiones específicas, los conciertos en vivo son una de las preferencias de los usuarios que ven videos musicales, a tal punto que los shows resultan verdaderos hitos fascinantes para YouTube, que nos han dado momentos históricos, como los 19 millones de espectadores que vieron el streaming en vivo de una presentación de Coldplay, o los 10 millones de fans que vieron a U2”.
En la caótica diversidad de redes sociales, portales de video y opciones para que la música entre por los ojos, YouTube aparece como el más consolidado pez gordo. Un pez gordo capaz de propiciar formas experimentales de videos –como el nuevo clip de Catupecu Machu, de la canción Vi llover, que está siendo codirigido por fans de la banda a través de las plataformas de Google y YouTube–. Y que también es capaz de tirar por la cabeza cifras que no sólo resultarían importantes para una banda under, sino también para artistas consagrados: cada mes suma 4 mil millones de –por llamarlo de algún modo– horas/YouTube (unidad de medida inexistente que estima el tiempo sumado de todos los que miran videos en su plataforma). Sólo en la Argentina, más de 1 millón y medio de videos fueron vistos en YouTube durante el mes de agosto, es decir, los usuarios argentinos se clavan 50 mil videos por día. Y aunque no todos sean clips musicales, la potencialidad de este gigante resulta evidente a los ojos de los músicos emergentes (y también de los ya emergidos hace años), en pos de la bendita difusión. Que habilita, también, la promesa de “monetizar”, eufemismo online por “agarrar un sope”. Se trata de una opción –impulsada desde hace tiempo tanto en YouTube como en los blogspot y en otras franquicias de Google– que apunta a que quienes suban videos originales, con derechos en regla, puedan recibir una recompensa en metálico mediante el adosado de publicidad a sus contenidos.
“YouTube es la mejor herramienta que tenemos, nos hizo crecer muchísimo en la Argentina y en América latina”, rinde pleitesía ante la webcam del NO Luciana Segovia, cantante de Cirse, banda pop-punk de Adrogué que acaba de acordar la monetización de sus videos. La vocalista atribuye al portal difusor de videos un rol fundamental en el crecimiento de la banda. “Yo crecí viendo MTV y aprendiendo música de los videos, pero hoy eso ya no existe, no podés aprender sobre artistas mirando televisión”, se lamenta Luciana, y revela que Cirse actualiza su canal de YouTube más a menudo que lo que se presenta en vivo. “A la gente le gusta saber en qué anda la banda, y ya que los videoclips oficiales no se hacen muy seguido por cuestiones de presupuesto y de material, nosotros subimos de todo: acústicos, ensayos, backstage, saludos, versiones, adelantos de temas nuevos, hasta hemos transmitido conciertos en vivo”, enumera, y chapea con las cifras de reproducciones que superan casi siempre los seis dígitos. Los números te dejan, otra vez, rascándote la cabeza. Y no sólo los de Cirse (que ya pasó la barrera de las 300 mil visitas, con menos de dos años de historia en el portal), sino los de muchos de los artistas que han subido su trabajo a YouTube. A ver, al azar, periodismo en vivo: Dread Mar I se anota 2 millones de miradas para el clip de Buscar en Jah, Estelares detenta 600 mil visitas con el video Melancolía, Andando Descalzo cuenta 97 mil con su canción Ilógico, Las Pastillas del Abuelo se apuntan ¡3 millones! de pasadas por Miedo a equivocarme. Y así. ¿Será mucho, será poco? Poco no parece.
Algún día todos tendremos nuestros 15 minutos de streaming. Y si un festival con nombre de sponsor se suma al fenómeno de la transmisión online y en vivo de conciertos, está todo dado para la multiplicación: de espectadores, de repercusión para los artistas, de patrocinadores, de negocios... La próxima estación está muy cerca, ya que YouTube transmitirá en vivo la edición 2012 del Personal Fest (1º y 2 de diciembre, con Kings of Leon, Fiona Apple, Babasónicos e Illya Kuryaki & The Valderramas, Molotov y Natalia Lafourcade, entre otros). Es que cuando las telefónicas, los gigantes de Internet y el rock se dan la mano, todos ganan. Bueno, casi todos.
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