FRANZ FERDINAND ADELANTARá SU DISCO EN BUENOS AIRES
Alex Kapranos prefiere escaparle a la previsibilidad sobre el escenario, y hablar de fútbol, religión y las nuevas canciones del cuarteto antes que dar lugar al snobismo de músicos, público y prensa. Sin concesión alguna, asegura que Franz Ferdinand nos va a rockear y nos va a hacer bailar.
Durante años, décadas también, esa porción de los músicos a la que le gusta ganarse de antemano el favor del público con datos de Wikipedia no ha dado señales de un repertorio aumentado. No se trata de que entre una y otra visita un grupo X no haya publicado nuevas canciones, o ni qué hablar de un disco flamante, sino de que el discurso pro argentino del rockerismo internacional ha sedimentado en capas y capas de algún guiñito de éstos.
a) Rica carne
b) Mujeres bellas
c) Tango
d) Buen vino
e) Maradona
Todo en una espiral descendente de zenkiu Aryentinas y olé olé olé olés, de la que el punto más bajo fue mostrado el domingo pasado por el cantante de The Killers, Brandon Flowers, quien procuró acompañar el cantito con su sintetizador, demostrando con holgura que no tiene oído absoluto. Pero si aún pocos temerarios osaban asociar el nombre del astro del balompié Lionel Messi con el de este recóndito país sureño –pinchemos la burbuja ya; para la mayoría somos tan “mejor público del mundo” como Chipre antes del corralito financiero o como Israel lo es para todos los grupos de Cris Morena–, menos son todavía los que están al tanto del nuevo código binario para acceder a los corazones del lector argento de prensa especializada en hacer preguntas localistas hasta el hartazgo: Francisco, Papa argentino.
Alex Kapranos, el respingado entrador vocalista de Franz Ferdinand con apariencia de golfista de fin de semana que entresemana nos hizo contonear al mando de esa nave de new wave del nuevo siglo, da cuenta, cuanto menos, de haber atendido al dato antes de que el tour manager le comentara que la sala de chat estaría habitada por periodistas argentinos. “Debe haber mucho júbilo en Argentina por el nuevo Papa. Me conmovieron sus palabras sobre poner más énfasis en el combate a la pobreza. La Iglesia es una organización muy rica porque se supone que fue fundada sobre el principio de ocuparse de los necesitados. Entonces, cuanto más interés por ayudar a los pobres muestre esa institución, será una mejor cosa”, interpreta este músico que en The Fallen, el tema que abría su fenomenal segundo disco, You Could Have It So Much Better, habló de Magdalenas y vírgenes y caídos; y más metafórica y contundentemente, de convertir en vino a... los ricos.
–Fue, básicamente, porque no me gusta cuando los poderosos sobreactúan y joden a gente más débil que ellos.
En contrapartida de su mención al Papa Francisco, este grácil cantante de flamantes 41 años nacido en Inglaterra se alegra, igualmente, de que se vaya a realizar la jornada Buenos Aires celebra Escocia apenas dos días después de que vuelvan a la Argentina para encabezar una nueva edición del festival Movistar Free Music, tras haber actuado como teloneros de U2 en el estadio de River Plate y de haber desconado al Luna Park con otro show. “No sabía que tenían el día de Buenos Aires celebra Escocia. ¿Qué hacen ahí?”, le pregunta al NO. Bueno, la feria con comidas, bebidas, vestimenta y artesanías típicas. “Seguro que los escoceses se la pasan hablando entre sí sobre el deseo de ganarle al fútbol a Inglaterra. Bueno, es algo que ustedes tienen presente también, y de hecho lo hacen un poquito mejor (se refiere a jugar al fútbol, aunque él es claramente mejor que nosotros para hypear a esa selección que nunca clasificó a los playoffs en un mundial).”
Kapranos conoce, también, que los argentinos y los escoceses saben cómo dar una fiesta. En verdad, dice “sabemos”, ya que por haber vivido desde los ocho años en Edimburgo e instantáneamente después en Glasgow, se ve a sí mismo como otro compatriota de William Wallace y Ewan McGregor. “En Argentina, además, tenemos un público muy generoso y leal. Esas cosas no se olvidan: por eso es que seguramente colemos algunos temas nuevos allí.”
Es que Franz Ferdinand está cincelando el sucesor de Tonight: Franz Ferdinand, tras haberse entregado a un experimento de versiones dub (Blood) y de haber colaborado en la banda de sonido de la Alicia en el País de las Maravillas de Tim Burton. En los tres años que pasaron entre aquella cita de baile trasnochado y este presente de temas filtrados sin que jamás se sepa, tratándose del Archiduque restaurador del ritmo, si van o no a estar en el disco entrante, Franz Ferdinand se acomodó tranquila y holgadamente en el mainstream. Y aunque el propio snobismo de músicos que aparecieron en el último par de años a repasar la new wave y el dance rock no le permita a esos artífices aceptarlos, Kapranos y compañía tuvieron mucho que ver con la posterior adhesión del público joven a intentos de rock bailable como los de Kasabian, Bloc Party o hasta Vampire Weekend.
“No estoy muy al tanto de cuáles de las canciones nuevas estarán dando vueltas por Internet. Nunca vuelvo a escuchar nuestros conciertos: eso te vuelve autoconsciente como performer y los performers autoconscientes son un dolor de huevos”, concluye el también autor de Rock Bites, un volumen que compila crónicas de comidas y restoranes del mundo escritas para su blog y algunos medios impresos. “Pero claro que sé que algunas canciones que van a estar en el nuevo disco fueron captadas en vivo cuando las tocamos en algunos shows”, acepta.
Trees & Animals y The Blackpool Illuminati aparecen como unos rockitos veloces y fuertes, en la línea de sus canciones más potentes. La última, en particular, está montada sobre un beat muy llevadero. Right Thoughts! Right Words! Right Action! tiene una cosita glam que obliga al pisotón en negras, de igual modo que Evil Eye bucea el arroyo new wave desprendido del cauce Talking Heads. Ambas son canciones pop muy buenas. Stand on the Horizon tiene una melodía de estribillo adhesiva que acerca a esa canción a la tradición clásica de las bandas cancioneras británicas de rock. Y Fresh Strawberries tiene una hermosa letra. “En verdad, todas son muy divertidas de tocar. Creo que son las mejores canciones para tocar en vivo que hayamos escrito: por el modo en que las arreglamos, por estar pensadas para un cuarteto, sin truquitos ni mierdas extra: sólo unas buenas canciones. Eso siempre ha sido lo mejor para nosotros, lo sé reconocer.”
Sus shows son la rubricación de una receta inefablemente divertida, con cierta osadía. Y eso fue lo que los convirtió en responsables (en parte) del acercamiento a la música bailable de una generación que a comienzos de siglo fue curtida por el retro y el metarrock. De hecho, ya van a ser diez años desde Darts of Desire y Take Me Out, el EP y el posterior sencillo con los que Franz Ferdinand comenzó a devolver el rock a la pista de baile y a reubicar el meneo en los boliches rockeros con el siempre patente look de vivir bien perfumados. “Es gracioso, porque hay gente que puede ser terriblemente snob en cuanto a la música, ¿o no? Me refiero a esos que dicen: ‘Ah, no, yo escucho house solamente’ o ‘Yo soy del punk’ o ‘Lo mío es el metal’, lo que fuere. Creo que la gente que entró a la música luego de Napster tiene menos respeto por los márgenes de los géneros que los abuelos que se acercaron antes a la música. Yo sólo escucho un tipo de música también: la que me moviliza, la que hace que la sangre fluya por mis venas y la que me demuestra lo buena que la vida es en verdad. Es todo lo que pretendo para nuestra música: de modo que sí, eso implica que rockeemos y que te hagamos bailar.”
* Franz Ferdinad tocará el viernes 5 en el Movistar Free Music (Plaza del Planetario Galileo Galilei, Figueroa Alcorta y Sarmiento). Desde las 18 con Major Lazer y Of Monsters and Men.
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