Que Twitter es la red social de mayor influencia no es novedad. Son muchos los medios de comunicación, diarios, revistas y diarios, programas de tevé y radio, que toman frases de músicos, artistas, futbolistas, diputados, gobernadores, chimenteros baratos y famosos en decadencia. Pero teniendo en cuenta la masa incontenible y ansiosa de declaraciones en la red del pajarito, hay gente con creatividad que puede hacer cosas divertidas con eso. Por ejemplo, en Jimmy Kimmel Live!, el late night show conducido por el mismísimo Jimmy, está el bloque Mean Tweets: básicamente, las grandes celebridades del supuesto país todopoderoso leyendo tuits sobre ellos. Hasta ahí, nada loco. Lo cómico es que no leen cualquier tuit sino únicamente los bardeos, las puteadas y esas cosas que un artista no quiere escuchar, pero obviamente tomados con humor por los protagonistas.

Los Mean Tweets fueron tal furor que en YouTube ya acumulan más de 80 millones de visitas entre todos los videos oficiales. Tan buena fue la repercusión que incluso hubo ediciones especiales dedicadas a músicos y a jugadores y técnicos de la NBA. Imposible perderse a Justin Bieber –próximo a entrar a rehabilitación según fuentes amarillas– pidiendo que Dios devuelva a 2Pac y se lo lleve a él, a Will Ferrel (que con gorra y palillos en mano podría ser el hermano perdido del batero de los Red Hot Chili Peppers, Chad Smith) leyendo en el inodoro con las bolas al aire.

O las caras de David Cross y Jason Bateman (ambos popularmente conocidos tras Arrested Development), Andy Dick leyendo a un usuario que comentó que le gustaría golpearlo desde un celular lookeado con tachas psicohardcore, Kristen Stewart acomodándose el pantalón cual cowboy después de que otro tuit la acusara de ser hombre, incluso al añejado Matt LeBlanc (Joey de Friends) riéndose de su edad o los Backstreet Boys dos décadas después de sus grandes éxitos, al genial dúo de la peli Tenacious D (los “Lennon y McCartney gordos y gays” Jack Black y Kyle Gass, según el tweet), y a Katy Perry y Zoey Deschanel, que sépanlo: ¡ni ellas ni Emily Blunt ni Siwan Morris son la misma persona!

Ahora sí hay qué hacer entre cada chapuzón: sintonizar YouTube y clavarse un Mean Tweets, garantía de risa.