[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

Lo último que se supo de Los Alamos aquella vez, en octubre del año pasado, era que tenían fechas apuntadas entre lo que iba a ser una estricta reunión de grabación. Pedro López y Andrés Barlesi habían vuelto de Marsella y Berlín, respectivamente, para instalarse en un confortable chalet de Martínez y confeccionar, en una semana de trabajo intensivo, lo que ahora presentan como Luces blancas. Hacía algunas semanas que cuatro de sus diez temas habían aparecido en Bandcamp, y no pasó mucho tiempo antes de que dieran a conocer las únicas dos fechas en las que el combo de narco country psicodélico hará presencia en Argentina: la primera, el sábado pasado, cerrando la noche del Festival Ciudad Emergente, y la segunda, este sábado 14, que será la presentación oficial del disco en Niceto Club.

De las maquetas que Pedro había mandado con anticipación, seis se convirtieron en temas y el resto se escribió ahí, esa semana. “Aparecieron canciones que escribió Andrés en el piano que había en la casa. De hecho, el tema que cierra el disco, El inmenso mal, es todo de piano que grabaron él y Jonah Schwartz”, dice Pedro, zambullido en el recuerdo de esas etapas embrionarias. Habla de climas, acordes planchados extendidos, guitarras derretidas entre slide y reverberación, de las dos canciones que compuso y cantó Jonah, One Divided by One y Deep in The Desert, hasta llegar a la canción que da nombre al disco: “Esa la compuso Gaby Sanabria junto con Jonah. Habían hecho una letra en inglés con bocha de palabras interesantes, pero difíciles de interpretar para un público de habla hispana. Entonces modifiqué la letra, puse algunas cosas nuevas, y de pronto les dije que estaría bueno que se llamara Luces blancas. A todos les gustó, y más allá de la referencia al segundo disco de Velvet Underground o la referencia palera de Dylan en los ‘80, para mí da una impresión de luminosidad en Los Alamos. Siempre fuimos una banda re austera, seria, con una carga muy gris. Y éste es un disco muy serio pero con mucha luminosidad. Me parece súper abierto. Creo que la gente lo puede entender más que el primero”.

Las letras son también obra e hijas de esas semanas: “Las escribí entre el viaje en avión, la semana que giramos y la que ensayamos, que escribía en el bondi, cuando terminábamos de laburar un tema. Antes de dormir escribía, me levantaba y seguía escribiendo. Resolver la movida en esa semana fue un re laburo de artesano”, comenta Pedro López.

¿Creés que tu actividad con Mathieu Poulain en el proyecto Oh! Tiger Mountain te ayudó para tan exhaustivo ritmo de trabajo?

–Seguramente, porque con este pibe estoy haciendo lo que hago con Los Alamos, pero todo el tiempo. Nos tomó diez años tocar, hacer notas y toda esta movida. Mathieu sacó un disco independiente, bancado por él, y tocamos para la tele y al lado de Dr. John. En Europa es todo mucho más profesional y rápido. Allá, un grupo que está bueno se nota mucho más rápido que en Argentina. Acá, para que la prensa y los productores se interesen pasan tres años. Allá, el chabón sacó tres temas y salió en la tapa de revistas.

La vez anterior que Los Alamos se presentaron en el Ciudad Emergente fue en 2008. En ese show, bajaste línea desde el micrófono respecto de las pocas posibilidades de tocar fuera de esas pocas y exclusivas oportunidades. ¿Creés que sigue haciendo falta decir esas cosas?

–Siempre hace falta decirlas, por más que sea sutil. Sin decir “andá a la puta que te parió”, obviamente no vas a empezar el concierto bajándole la pasti a todo el mundo. La gente lo tiene que disfrutar, pero hay momentos para decir lo que uno quiere. Como grupo tratamos de no involucrarnos a nivel político porque todos somos re distintos. Sabemos que no participamos de un evento político porque por más que ese partido político tenga afinidad con un miembro, el grupo no tiene nada que ver con eso. Para mí Ciudad Emergente no es un acontecimiento político; es esta política de la ciudad que organiza esto para que la gente vaya y diga “Qué bueno la Ciudad de Buenos Aires”, pero eso no nos importa. Ahí tocamos porque sabemos que es la vez que vamos a tocar para mucha gente, y gratis.

* Sábado 14 en Niceto Club, Niceto Vega 5510. Desde las 21 con Mariano Rodríguez y Karina Vismara.