AGUAS(RE)FUERTES
Boca vs. Real vs. Bayern vs. Tevez vs. Messi vs. All Boys vs. Barça vs. River.
› Por Javier Aguirre
Desafiar el marketing es como desafiar a Dios. Es ignorar los clips en cámara lenta sobre el superclásico de esta noche entre Boca y River. Es ningunear los planchazos de Vangioni y las escupidas de Pablo Pérez. Es pasar de los apodos indefendibles como Pity o Pintita, y de los ex jugadores paseando sus papadas por la tele. Es omitir los hashtags, los memes, las chicanas entre conductoras de noticieros, las encuestas y toda esa mierda. Es rechazar la nostalgia de diseño, inoculada a través de glorias pasadas como Francescoli, Ortega, Palermo o Román. Es minimizar la gloria del triunfo y el papelón de la derrota. Desafiar el marketing es desafiar a Dios, sí, pero también al diablo.
El marketing ama la sobreactuación: todo es lo más importante del mundo, desde esas molestas arrugas en la comisura labial, hasta un cruce de octavos de final de Libertadores. La previa excesiva te quema antes de que empiece el partido. Pero después de todo, al fin, llegará la intimidad: vos y la tele. O, mejor, un trío: vos, la tele y el superclásico.
Te cae la ficha. Es una revelación. Está buenísimo saber que esta noche, después del colegio, del trabajo, del amor siestero o de lo que sea que hagas... juegan Boca-River. En vivo y con cierre de playoff. Si te gusta el fútbol, es un día muy especial, aun con esta oferta televisiva futbolera desaforada, asfixiante, de Libertadores, Champions League, Copa Argentina, Copa América... y de torneo de 30 equipos, que imaginó un fútbol sin fronteras pero confundió todo. ¿Dónde termina la Primera División y dónde empieza el Nacional B?
El fútbol televisado es un narcótico dulce; hechiza, excita y tiene un pedo fuerte. Y de pronto te das cuenta de que esto pega. Sí, pegó, ¿sentís? La serie que se define hoy en la Bombonera ya no es, únicamente, la de Boca vs. River. Es Boca vs. Real Madrid vs. Bayern Munich vs. Tevez vs. Messi vs. All Boys vs. Barcelona vs. River. Es el fixture de tu corazón. Y todos los hinchas de equipos chicos, medianos, aspirantes a sexto grande, del Interior y de la C, podemos mirarlo... pero desde afuera.
Esa idea de que el hincha neutral goza el espectáculo sin sufrir porque no tiene nada que perder, esconde algo. Los que vamos ni por Boca ni por River podremos disfrutar el juego, la adrenalina y el morbo sin preocuparnos por el resultado. Pero también es cierto que envidiaremos. Es como ver la final del Mundial entre dos equipos de Europa o de Africa. Es la mejor fiesta de todas y no vamos a estar invitados nunca.
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux