Jue 21.05.2015
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SALTA LA BANCA ENCONTRó LA BELLEZA DE LO SIMPLE EN ¡EUREKA!

“Cuando tenés que ir al hueso, no tenés que ser grandilocuente”

El quinto disco del grupo favorito de los futbolistas locales mantiene la lucha y el mensaje, pero entendiendo el “menos es más”. Antes de presentarlo en el Malvinas Argentinas, revelan los movimientos hacia el interior de una banda habituada a llenar todo lugar por el que pasa.

› Por Lucas Kuperman

Empezaron siendo un dúo. Tocaron, llenaron y dejaron de ser solamente dos. Fueron eternos, y alzaron la voz con unas coplas para un pibe torturado y asesinado. Desde lo más profundo de sus vísceras, siguieron adelante y hoy pueden gritar ¡Eureka!

El nuevo prodigio de Salta la Banca lleva más de un año y medio desde que empezaron a gestarlo. Lo pusieron en marcha tras publicar su antecesor, Visceral, ya que reconocen cierto apuro en la salida de ese disco. “Fue un error nuestro, al pedo. Gaspar (Benegas, guitarrista del Indio, Las Manos de Filippi y productor de ese disco) no tiene que ver en este apuro. Estábamos en un momento muy particular de cada uno, rompiendo con el propio orden de nuestra vida para empezar a entregarle todo a Salta la Banca. Todo fue confuso. Me encantan las canciones de Visceral, pero no las grabamos como debíamos, nos apuramos y no terminamos de conceptualizar el disco. Fue innecesario, salió solo ocho meses después de C.O.P.L.A.”, comenta el cantante Santiago Aysine.

El guitarrista Beto Grammatico continúa: “Gaspar nos quiso bajar un cambio y nosotros nos empecinamos. No tiene gran coherencia conceptual ese disco. Somos críticos, pero no es que está mal. Si en ocho meses hicimos un disco que está bien, en un año y medio te hacemos un discazo, jajá. ¡Eureka! fue una revelación para nosotros. Me parece que cada uno encontró el lugar que le correspondía en el momento que le correspondía en cada canción”.

¿Se sintieron cómodos trabajando este último disco?

Aysine: Cambió mucho el sistema compositivo. Empezamos a componer desde cero y a preocuparnos más por las rítmicas y no tanto por la manera de tocar. Un día estábamos en la sala y le sugerí a Beto no tocar en una parte de una canción, que tenía que esperar. El está acostumbrado a tocar todo, de principio a fin, y le dije que había que estar al servicio de la canción. Logramos intervenir en el momento que el tema lo necesitaba, y así se fue dando el disco.

Grammatico: Empecé a entender que no tenía que tocar todo el tiempo. Que todas las apariciones que tuviera tenían que recontra rendir. Me fui hallando en el lugar y es como tener una posición en la cancha en la que por momentos tenés mucha actividad y en otros tenés que ser muy práctico.

Gonzalo Sosa: Mi miedo o mi inquietud no fueron tanto musicales sino humanas. Sentía que el trío de Juli (Julián Baranchuk, baterista), Beto y yo en bajo estaba sonando muy bien, pero que Mauro (Ostinelli, saxofonista) y Pili (Santiago Maggi, tecladista) no estaban teniendo lugar. No me imaginaba dónde se iban a meter si seguíamos sacando elementos, pero después supimos ensamblar todo.

También tuvieron la incorporación de Juanjo Gaspari, ex Ciro y Los Persas, en violas. ¿Cómo se dio y en qué cambió las cosas?

Aysine: Fue una de esas cosas mágicas que pasaron con este disco. Algo súper energético, de que uno tenía una idea y al toque el otro pensaba lo mismo. Dos días antes de empezar la grabación, me junté con los productores (su amigo Ale Kurz, de El Bordo, y Alejandro Vázquez) y les dije que no iba a grabar las guitarras. Me miraron y dijeron: “Qué bueno, no sabíamos cómo decírtelo”, ja, ja, ja. Increíblemente, habíamos pensado en la misma persona: Juanjo. Lo importante de ese momento era que se junten con Beto, ya que tenían que ensamblar.

Grammatico: No teníamos muy claro cómo iba a ser. Escuchamos los temas, le mostré lo que habíamos grabado en la pre, pero a la viola rítmica no le había dado mucha bola. Era muy básica porque estaba la incertidumbre de si Santi iba a tocar en vivo, y la base no podía ser muy complicada para que tuviera libertad para cantar. La idea fue laburar las violas en estéreo, para darle un vuelo y una ondita más copada. Probamos grabar juntos y quedó tremendo. El resultado fue algo que quería, que estén buenas las dos violas, que te sorprendan una y otra.

Justamente, con todo este laburo consiguieron mucho mejor audio.

Aysine: En todo tiene que ver Ale Vázquez. La mezcla final estaba buenísima y encima lo masterizó Tom Baker (que masterizó discos de artistas tan diversos como Beastie Boys, Bad Religion, Judas Priest, Fergie o Juanes, y trabajó muchos discos y bandas sonoras a la par de Gustavo Santaolalla). Nosotros fuimos por Ale buscando audio, y nos dijo que no nos preocupáramos, que él se encargaba, que lo importante eran las canciones. El tipo la ve en 3D: ve el resultado final cuando recién lo estás inventando. Siempre sabe adónde ir.

En el plano poético, se escucha un disco bastante introspectivo.

Aysine: Sí, es el más nihilista de Salta la Banca. Hasta incluso uno de los menos encriptados que he hecho. A veces, para plantear determinadas emociones, uno no tiene que darles tanta vuelta. Se puede ser igual de lindo sin tener que buscarles belleza a las palabras, con algo súper claro. El desafío era plantear un escenario desgarrador, al límite que tiene que llegar un ser humano introspectivo para poder escuchar el sonido de una lágrima deslizándose. De las doce canciones, diez hablan de mí, pero no por tener que ver conmigo, sino con determinadas situaciones.

¿Sos de buscar esas palabras para describir ánimos o vienen solas?

Aysine: No, ni en pedo. Tengo un gran registro con las palabras, y una gran memoria, y cuando escribo me vienen a la cabeza. Cuando tenés que ir al hueso, no tenés que ser grandilocuente. No creo que te tengas que poner tan elocuente cuando tenés una problemática súper marginal, como me pasó en C.O.P.L.A.. Cuando tenés que calar hondo, no sé qué tan emblemático te tenés que poner. Mario Benedetti es uno de los poetas que más me conmovió, y sin embargo tenía cosas retóricas y otras súper sencillas. Sus poesías más trascendentales, la gente las recuerda porque son sencillas.

¡Eureka! contó con una participación inesperada. Una de las canciones, Quebrado, tiene a Corvata, el metalero cantante de Carajo, como autor. “Fue impresionante”, comenta Aysine. “Nos regaló una canción sin conocernos, que habla perfectamente de una situación en la que me encontraba, y encima vino a grabar. Fue un centinela: venía siempre y nos prestó de todo. Cuando vino a ver la grabación, se conmovió. De hecho era una canción en la que iba a intervenir Andrés Calamaro, y al final no se pudo dar porque se fue de gira. En un momento, Corva me dijo que Andrés es lo más, pero que sintió que dejó su canción en el mejor lugar donde la podría haber dejado. Estaba muy contento con lo que hicimos. Eso me pone súper feliz, ya que un gran artista, paradigmático para muchos jóvenes. Fue un padrino del disco.”

Al momento de entregar el disco, decidieron colgarlo en la web y que la gente le ponga precio. ¿Por qué?

Grammatico: Nos parecía que podíamos generar un rédito de algo que surgiera de la intención de la gente. Lo colgamos gratis, como veníamos haciendo, y dimos la chance de que nos den una mano. Creíamos que podíamos, ante la inmensa cantidad de descargas que tuvieron los otros discos, ayudar a solventar todo el laburo que tuvo este disco, que realmente fue muy costoso. Está bueno que vuelva algo directamente de lo que das. Uno sabe que no se va a hacer millonario, pero suma.

Ya tienen los campos agotados para el show en el Malvinas, ¿cuáles son los próximos pasos a seguir de una banda que llena cada lugar donde toca?

Aysine: Seguir, mi amigo. Eso es todo. Seguir tocando y poder lograr que cada uno de los escenarios merezcan esa algarabía.

* Sábado 30 en el Microestadio Malvinas Argentinas, Gutemberg 350. A las 19.

La lealtad

Ale Kurz no sólo fue el productor de ¡Eureka!: también han salido de gira, tocado juntos y Salta la Banca y El Bordo tienen una gran relación. “Es un grupo en el que estamos las dos bandas, y Ale es mi hermano. Es un interventor clave desde hace mucho tiempo, post Seremos. El me empezó a mostrar un montón de cosas que tienen que ver con la banda. Le empezaron a gustar mis canciones, y cuando la amistad se termina convirtiendo en admiración, el flujo de las ideas es mucho más sencillo. Nos vemos y hablamos todo el tiempo”, dice Aysine.

Por otro lado, vos mismo solés colaborar casi con todos los artistas con los que tenés buena onda.

Aysine: Sí, totalmente. No tengo problema en hacerlo, pero me gusta hacerlo con gente que conozco, o a la que por lo menos le creo. Me pasa que mucha gente me pide, y a veces no es que decís que no, pero ni te sometés al diálogo: necesito conocerte, dialogar, ver qué onda, ver qué me pasa y creerte antes de hacer algo juntos. Ultimamente nos invitan bastante. Esta es una generación que se hizo cargo de que hubo que cambiar un montón de paradigmas, y eso es importante. El tipo que tenés al lado es un compañero, un colega y un trabajador como uno, y tiene que luchar por los mismos derechos. El enemigo no es el que está al lado. Eso es importantísimo.

Con C.O.P.L.A. hubo algo muy noble que tuvo que ver con hacer propia una lucha. ¿Volvería Salta la Banca a encarar algo similar?

Aysine: Ese va a ser, por siempre, el álbum mimado y prodigio de Salta La Banca. Es un enorme orgullo notar que hoy la lucha no está sólo en manos de Vane (Orieta, hermana de Luciano Arruga, a quien está dedicado ese disco), sino que muchos jóvenes se suman a las actividades e iniciativas de familiares y amigos. Misión cumplida. En relación a las luchas, tenemos mil cosas que decir, y vamos a seguir diciéndolas, siempre, en canciones o en el escenario. Quedaron fuera de este disco canciones súper de protesta.

Además, tienen buena onda con muchos futbolistas: se los vio con Sebastián Blanco en Ucrania, con Lisandro Magallán, con el plantel de Racing. ¿Cómo llegaron a ellos?

Aysine: Por la banda. Escucharon, les gustó, y nos localizaron. Y la verdad es que es una alegría poder hacerse de amigos tan profesionales como ellos dos, y Lea Grimi, Germán Pezzella, Marcos Acuña, Dami Lemos, Nico Sainz, entre otros. Es gente que trabaja todos los días para superarse, otro orgullo grande.

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