No me bajés los brazos, pibe
› Por Roque Casciero
”No quiero más tu cultura importada, dame realidad.” No, no es un slogan de la era del corralito, es parte de la canción “Resistencia”, una de las catorce incluidas en el segundo disco de Nativo. El álbum en cuestión se llama Futuro y salió al mercado en la misma semana en que Fernando de la Rúa se escapaba en helicóptero de la Rosada. El autor de la canción, Gustavo Rowek, explica que la intención de la banda fue transmitir que “incluso en el desastre en el que se vive en la Argentina hay un futuro delante de cada uno, que no hay que bajar los brazos. Porque parece que estos garcas también nos hubieran afanado la esperanza”. Carucha Podestá, el cantante de la banda, lo apoya: “Es un mensaje de aliento transmitido con una música que te hace mover, que no es deprimente”.
Rowek fue baterista de dos grupos fundamentales (y completamente disímiles) para el rock pesado nacional: V8 y Rata Blanca. Sin embargo, confiesa que nunca le pasó que un álbum saliera a la venta tan en sincro con el momento del país. “Las letras las escribí en el 2000, lo que demuestra que dos años después todo está igual o peor. De todos modos, el otro día vi en la tele una película sobre Juan Manuel de Rosas y parecía que hablaban de hoy, sólo faltaba meter la palabra bancos. Por eso, agarrás la letra de ‘Ideando la fuga’ de V8, de la que hicimos un cover, y parece que hubiera sido escrita con el resto del disco”, reflexiona.
La idea del futuro por escribirse recorre no sólo las canciones sino también el arte del álbum: en lugar de la típica cajita de plástico, los Nativo idearon un digipack que contiene una especie de anotador con páginas en blanco. “La idea es que cada uno ande con el disquito encima y que lo use para lo que quiera: desde método de autoayuda hasta agenda telefónica, pasando por diario con las vivencias o lugar para firmar autógrafos. Nos gustaría que cada uno escriba ahí su futuro”, se ilusiona Rowek.
El baterista y el guitarrista Sergio Berdichevsky comenzaron a escribir su propio futuro cuando terminaron con Rata Blanca y buscaron músicos para formar Nativo. Ambos rechazaron la oferta (tentadora en cuanto a ganancias) de formar parte del regreso de la banda de Walter Giardino y se enojaron cuando se dijo que iban a estar todos los miembros de la formación más exitosa. “Pedí que mandaran una desmentida porque no queríamos que se confundiera a la gente”, recuerda Rowek. “Empezaron a circular rumores de que Nativo se había separado. Encima tuvimos que parar de tocar porque me había fisurado una costilla. Entonces, como la desmentida no llegaba, mandé cualquiera en una nota. A la distancia, pienso que lo mejor es que cada cual sea feliz a su modo.”
–Rata Blanca volvió a formarse seriamente, hizo una gira, va a grabar un disco nuevo de estudio. ¿Imaginabas que iba a ser así?
Rowek: –Sí. Cuando Walter me hizo la propuesta, en todo momento sabía que era así, que era empezar de nuevo con Rata. Y yo no estaba para eso, porque estoy metido a full con Nativo. Fue sencillo: me llamó y dije que no. Volver a Rata era volver a las condiciones de Rata: componía Walter y nosotros metíamos el poquito que podíamos. No tenía sentido para mí. Y como Rata fue grande con un sistema, ¿para qué romperlo? La verdad, soy feliz donde estoy.
–Seguramente eso significó resignar ganancias.
Rowek: –Claro que resigné un montón de plata. A lo mejor, el fruto de mi trabajo de doce años. Parece que, por suerte, no todo es plata para mí. Aunque tampoco quiero ponerme en el lugar de la Madre Teresa. Simplemente queríamos hacer con libertad lo que nos salía.
Cuando Rowek y Berdichevsky empezaron a darle forma a Nativo, recordaron a un cantante al que habían producido cinco años antes. Lo buscaron y resultó que el tipo recién volvía de Brasil, donde había tenido una banda. “Cuando me llamaron, pensé que querían hacer una banda tipo Rata Blanca, así que pensé que ni en pedo, porque con mi registro sería imposible. Nunca podría meterme en esa fórmula. Pero como me dijeron de hacer una cosa nueva, fui. Y fue un impacto, un amor a primera vista”, recuerda Carucha. El bajista Javier Tumini llegó por recomendación de un amigo, cuando el cuarteto ya había sido conformado con otro músico: “Nos dijeron que era el Robert Trujillo argentino y tenían razón”, dice el baterista. “En el primer ensayo se tiraba al piso y se tocó todo: nos deslumbró”.
–¿Cómo definirían la música de Nativo? ¿Es hard rock?
Rowek: –Es rock. Rock furioso. ¿Qué hacen Faith No More o Alice In Chains? Son bandas de rock, pero tienen un espectro musical muy abierto. Nosotros queremos incursionar en el funk, en el hardcore, en la canción...
Carucha: –Eso tiene que ver con lo que uno escucha. A mí me gusta el soul, vengo de esa escuela, pero me gusta tocar música energética por mi situación personal.
Rowek: –Javier viene del funk, así que la propuesta es abierta de movida. Por eso me encuentro tocando en mi disco temas que en mi vida soñé que iba a tocar, porque venía de otra escuela. Tocar con estos músicos me abrió la cabeza, me enriqueció como músico y como persona.
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