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Jueves, 29 de octubre de 2015

SERGIO COLOMBO ENSEñA REGGAE

El profesor rasta

Su libro de estudio es el primero del palo y registra su amor por el saxo.

Sergio Colombo –líder del Natty Combo, saxofonista del Indio Solari, ex Dancing Mood y sesionista de mil bandas– cruza la calle Fitz Roy con su hijo Baltazar, que lleva puesto sombrero Panamá y camisa blanca. Van al kiosco a comprar papas fritas, porque después de la entrevista van directo al ensayo y no tienen tiempo de almorzar. Baltazar tiene 6 años y es trompetista en la banda de su papá desde los 5. “Toca en los shows que son antes de medianoche, porque después le da sueño”, dice Colombo, que acaba de sacar Natty Combo Style, su primer libro para aprender a tocar e improvisar reggae con todos los instrumentos. “Hay libros de estudio de jazz, funk, soul y blues, pero no había uno específico de reggae”, explica este saxofonista que, además de liderar El Natty Combo desde 2003, grabó como sesionista en más de 120 discos.

Colombo es discípulo de uno de los grandes saxofonistas locales de jazz, Sergio Petravich, el samurai que le inculcó el amor por el estudio y un sentido de responsabilidad hacia el caño. “Una vez casi le cancelo la clase porque estaba lloviendo muy fuerte y me contestó: ‘Si no ibas a venir porque llueve, no quiero que vengas más’.”

Para comprar su primer saxo, que todavía usa, trabajó durante un año como verdulero. “No tenía la autoestima muy alta. Me consideraba un bueno para nada pero íntimamente sabía que si estudiaba iba a servir para algo”, cuenta. Sin ningún apoyo del padre, que al verlo aparecer con el saxofón le dijo “Andá a la Facultad”, se puso a estudiar hasta diez horas por día. “Comía con el saxo en la mano”, se acuerda. Colombo trató de hacer bien las cosas con su propio hijo: cuando Baltazar cumplió 4, le regaló una trompeta y le enseñó a estudiar. Ahora comparten ensayos, toques y casi no se despegan.

Con El Natty Combo grabó siete discos y, además de tocar con Dancing Mood durante diez años, pasó por Mimi Maura y grabó dos álbumes con Los Cafres. Cuando se puso a trabajar en el libro, Colombo había decidido parar un poco con el laburo de ser “saxofonista de otros”. Pero apareció el Indio y no se pudo resistir: “En vivo nunca vas a ver nada igual. De 200 mil tipos, hay 199 mil saltando y gritando. Se mueve todo”, describe.

¿Cómo ves al reggae argentino?

–Pasa algo cíclico con el reggae. Cada diez años hay una ola de fanatismo y salen un montón de bandas nuevas. Y después se aplaca. El último furor fue entre 2010 y 2012; había conciertos de reggae por toda la ciudad. Ahora el género se depuró un poco.

¿No está un poco trillado el rastafarismo en estos pagos?

–Mirá, conocí todo tipo de rastafaris: los que no comen carne y toman falopa, los que comen hamburguesas... Ser rasta está en el corazón, en ser un buen tipo. Lo importante es ser buena persona y listo.

* Miércoles 18/11 en La Trastienda Club, Balcarce 460. A las 20.

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