Jueves, 12 de noviembre de 2015 | Hoy
DEBUTA BAJO EL CIELO ARGENTINO EXPLOSIONS IN THE SKY
“Primero sólo usaba la reverb del ampli, después le sumé un delay, luego una distorsión, luego otra más, y por último, el pedal más importante de todos: un afinador”, cuenta el guitarrista Munaf Rayani, sobre la evolución
de la banda texana.
Por Julio Nusdeo
Escuchar Explosions in the Sky se parece a viajar del lado de la ventanilla y atestiguar la alternancia de saturación y distensión del paisaje. El cuarteto de Austin, Texas, desprende su post-rock de ese modo onírico y vasto y también lo sujeta de manera bien intensa.
Antes de su primera visita a Buenos Aires, el guitarrista Munaf Rayani atiende en Detroit el llamado del NO y menciona al ubicuo D10S y a Manu Ginóbili, de quien es fan, como casi todo texano. Munaf conoció al guitarrista Mark Smith a los 14 años, tuvieron un proyecto sin nombre junto al bajista Michael James y que la incorporación del baterista Chris Hrasky lo cambió todo: “Tiene un enorme talento para escuchar y para el balance, puede tocar bien fuerte, y al minuto siguiente, bajar la intensidad. La mayoría de los bateristas sólo disfrutan de tocar todo el tiempo, pero Chris sabe cuándo dejar de tocar”.
Munaf añora la escena de su ciudad cuando empezaron, en 1999, antes de su debut How Strange, Innocence, y menciona “bandas increíbles” como And You’ll Know Us By The Trial Of Dead o The American Analog Set. “Había una movida de diferentes estilos pero todos se conocían”, recuerda, “era muy común que los espectadores de un show fueran miembros de otras bandas, siempre recomendándose música unos a otros”. Sus días transcurrían al tanto de nombres precursores del post-rock como Slint o Mogwai: “En 1996 escuchamos Mogwai y quedamos impresionados, con el tiempo sucedió que ellos vinieron a vernos y viceversa y terminamos amigos. Lo mismo pasó con los japoneses Mono, que estuvieron aquí antes de viajar a Buenos Aires hace menos de un mes, son personas súper cálidas. He viajado a Japón por fuera de la banda y me he quedado a dormir en su casa”.
–No teníamos formación técnica, de hecho, cuando compré mi Fender Dual Showman Reverb, lo elegí porque me pareció hermoso y era de mi estatura. En cuanto al sonido, primero sólo usaba la reverb del ampli, después le sumé un delay, luego una distorsión, luego otra más, y por último, el pedal más importante de todos: un afinador. Hasta entonces teníamos sólo uno, que compartíamos, y en las grabaciones había cosas que no quedaban tan bien y resultó ser eso: nuestro primer álbum está todo desafinado.
A la par de sus seis discos de estudio, Explosions ha registrado numerosas bandas de sonido, la última de las cuales es la nueva película de David Gordon Green, Manglehorn. Munaf lo cuenta como una progresión natural: “Nuestra música siempre aparece como imágenes en nuestras mentes. Ahora se nos acerca gente y nos pregunta si queremos hacer la música de sus películas, lo cual sigue siendo increíble”.
–No estoy seguro de que nuestro camino se haya modificado por otros proyectos. Creo que todo puede estimularte, la calle, el día, la noche. Es la continuidad y el ejercicio lo que hace que las cosas se transformen. En discos anteriores podías anticipar “acá explota, acá viene el quiebre, acá baja”. Ahora, es impredecible.
*Lunes 16/11 en Niceto Club, Niceto Vega 5510. A las 21.
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