POR ROQUE CASCIERO


OASIS Heathen chemistry sería el título del nuevo álbum, en el trabajaron durante buena parte del año pasado. Según fuentes no oficiales, el disco aparecerá el 6 de mayo, aunque inicialmente se especulaba con un lanzamiento casi simultáneo con el de sus viejos rivales de Blur. ¿Será posible que una nueva guerra mediática entre los Gallagher y Damon Albarn reviva al alicaído rock británico? ¿O quedarán como monigotes malhablados y pasados de moda para la generación que se deslumbra con The Strokes y White Stripes? Más fuerte que estos interrogantes es si alguna vez Oasis logrará componer y grabar canciones como las de sus dos primeros discos, Definitely maybe y What’s the story? (morning glory), en las que hasta hoy se sustenta la fama de la banda y el impacto de su show en directo. Tal como sucedió las tres veces que tocaron en Buenos Aires (dos en el Luna Park en marzo del ‘97 y una, el año pasado, en el Campo de Polo).
La grabación de Heathen... tomó más tiempo del que esperaba Oasis porque Noel Gallagher no estaba conforme con algunas letras y decidió modificarlas. Entonces, su hermano Liam debió volver a registrar las voces. Es probable que en el álbum estén “The hindu times” y “Hung in a bad place”, las dos canciones que el quinteto estrenó durante el tour Noise and Confusion, con el que celebró sus diez años de vida. La vuelta de Oasis a los escenarios se producirá el 5 de febrero en el Wartford Coliseum. Ese concierto oficiará de calentamiento al que dará el día siguiente en el Royal Albert Hall londinense, dentro de un festival para apoyar la lucha contra el cáncer.
Comparado con años anteriores, el 2001 fue relativamente tranquilo para los Barros Schelotto del brit pop. Lo comenzaron con la visita a la Argentina y Brasil, y durante el resto apenas fueron carne de tabloide. Eso sí, para no perder la costumbre, salieron a putear a Damon Albarn cuando el rubio dijo que le gustaría que Liam participara del segundo disco de Gorillaz. Y Noel aprovechó el tiempo libre para poner su guitarra en la canción “Spectral mornings” del tercer disco de Cornershop. En ese álbum (que se titulará Handcream for a generation) también participó el ex bajista y enfermo futbolero, Paul Guigsy McGuigan.


BLUR Durante buena parte del 2001, el futuro de la banda fue una incógnita. La culpa de todo la tuvieron unos personajes que ni siquiera existen: debido a la explosión de popularidad de Gorillaz (muy superior a la de Blur, algo patente en la Argentina), no fueron pocos los que se preguntaron si Damon Albarn iba a dedicarle más tiempo a su proyecto paralelo (¿seguirá considerándolo así?) que a reencontrarse con el guitarrista Graham Coxon, el bajista Alex James y el baterista Dave Rowntree. Pero en noviembre el cantante aseguró que, en su propio estudio, Blur comenzó a grabar el sucesor de 13. Y poco antes de su visita a la Argentina, Fatboy Slim le confirmó al No que estaba produciendo el nuevo trabajo del cuarteto.
Mientras Albarn disfrutaba del éxito de Gorillaz (que está nominado para seis premios Brit Awards), sus compañeros también tuvieron proyectos paralelos. Coxon sacó un álbum solista que no tuvo demasiada difusión, y James, quien había tenido columna propia durante bastante tiempo en el mensuario Q, volvió a escribir: en diciembre salió un artículo suyo sobre los juegos de cartas en la revista The Idler. Para promocionar el número, James estuvo sentado durante una hora en la vidriera del Tower Records de Picadilly Circus, aunque dijo no haber recibido demasiada atención de parte de los transeúntes.
Mientras tanto, en marzo aparecerá Kissin’ Time, un disco de Marianne Faithfull en el que participaron los cuatro. Más precisamente, en la canción que le da título al trabajo, escrita por la ex musa de Mick Jagger y el cantante de Blur. El CD también traerá una colaboración con Pulp,”Sliding through life on charm”. Faithfull y Albarn serán parte (por separado) de “Only connect”, una serie de performances en el Barbican Center de Londres: allí, los artistas convocados presentarán shows muy diferentes de los que realizan habitualmente. El vocalista no llevará allí a su alter ego virtual 2-D sino que tocará con músicos de Mali, cuyos sonidos descubrió en un viaje al Africa hace un par de años.


PULP We love life marcó un espléndido retorno al ruedo. Jarvis Cocker y los suyos siguen en buena forma, a pesar de algunas críticas adversas. Aunque difícilmente vuelvan a lograr ventas como las de Different class, el álbum que los sacó de la eterna rutina de segundones, ya pueden reclamar su patente de clásicos. Si se le presta atención suficiente, se puede descubrir que We love life (que fue producido por el legendario y esquivo cantante Scott Walker) esconde varias sorpresas. Por ejemplo, pese al título positivo, pueden encontrarse canciones que hablan sobre asesinatos o sobre perdedores más o menos anónimos. Y el tan comentado amor repentino de Cocker por la naturaleza, los pajaritos y los árboles implica mucho más que una conversión al hippismo bobalicón. Según sus declaraciones, lo descubrió cuando empezó a desprenderse voluntariamente de los accesorios que le habían pegado por su vida de estrella. “Al final, lo que nos queda son la tierra, los árboles y la naturaleza”, explicó.
Para estar a tono con la temática del álbum, además de sus shows convencionales, Pulp piensa emprender una gira por diversos bosques ingleses a mediados de este año. Cocker y su compañero Steve Mackey (guitarra) siguen adelante con su proyecto paralelo Desperate. ¿A qué se debe el nombre? “A nuestra edad, es desesperante que todavía vayamos a los clubs”, respondió como siempre irónico Cocker. Desperate es una suerte de discoteca ambulante que se corporiza una vez por mes en lugares inusuales. Por ejemplo, en un prostíbulo, un club de trabajadores y hasta en la famosa prisión de Pentonville, durante noviembre pasado. Cantante y guitarrista suelen presentar un set como DJs y después hay shows de artistas invitados como los neoyorquinos ARE Weapons y Princess Superstar.